Buenos Amigos

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La noche envolvía la ciudad con su manto oscuro, y el sonido de los coches y las conversaciones en los bares de la ciudad creaba una melodía melancólica en el apartamento de Pau. Sentado frente a su ordenador, con la luz tenue de la lámpara iluminando la habitación, Pau sostenía su teléfono en la mano, observando con preocupación la pantalla que permanecía en silencio. Camila, su amiga desde la niñez, había estado distante últimamente, y aún que estuviese lejos de la que era su casa, no tenía porque ser una razón. Pau no podía evitar sentir que algo no estaba bien.

Con un suspiro, y muchos pensamientos, decidió llamarla. Mientras esperaba que contestara, su mente vagaba hacia los recuerdos de los días en los que solían pasear juntos por las calles de Barcelona, compartiendo risas y confidencias bajo el cálido sol mediterráneo.

Finalmente, la voz de Camila resonó al otro lado de la línea, llena de sorpresa y alivio al escuchar a su amigo. Durante la conversación, Pau pudo percibir la tensión en su tono de voz, y supo que algo la estaba perturbando profundamente. Con delicadeza, le recordó a Camila que siempre podía contar con él, pase lo que pase, y que estaría allí para apoyarla en todo momento.

Camila titubeó al principio, pero luego se abrió a Pau sobre los problemas que había estado enfrentando. 

-"Es solo... todo es un poco abrumador últimamente", admitió con voz temblorosa. Habló sobre sus luchas internas, sus dudas y temores que la mantenían despierta por la noche.

-"Siendo sincera, hace ya casi cuatro años del fallecimiento de mi madre", dejó una breve pausa para respirar. "Pero sigue en mi cabeza como si hubiese sido reciente".

-"Cami, la pérdida de tu madre ha dejado huella, erais inseparables; dolerá toda la vida pero ella luchó por no dejarte sola, no lo consiguió, pero fue muy valiente", Pau trató de transmitir su opinión.

Pau la escuchó con atención, ofreciendo palabras de aliento y consuelo mientras Camila se sinceraba sobre sus preocupaciones más profundas.

-"Acaba de cambiar la hora y se nota que apenas has descansado pequeña, ve a la cama", añadí preocupado.

-"De acuerdo grandullón, descansa, te echo de menos", añadió Camila. 

Después de despedirse de Camila, Pau sintió la necesidad de hablar con sus compañeros de equipo y mejores amigos, Héctor y Marc. Habían sido sus aliados más cercanos en el campo de fútbol y fuera de él, compartiendo victorias y derrotas, risas y lágrimas.

Con rapidez, marcó los números de Héctor y Marc y los invitó a unirse a una videollamada. En pocos minutos, los rostros familiares de sus amigos aparecieron en la pantalla, iluminando la habitación con su calidez y camaradería.

La conversación fluyó con naturalidad, y pronto estaban compartiendo recuerdos y anécdotas de sus días en el campo de fútbol. Héctor habló emocionado sobre el próximo partido y las estrategias que habían estado preparando. Mientras que Marc comentaba el entreno de hoy.

[treinta minutos después]

"Recuerdo cuando Camila nos retó a un partido de fútbol en la playa", dijo Héctor con una sonrisa. "Fue una competición épica. Camila no se rindió ni un segundo, ¡incluso marcó el gol de la victoria!".

Pau y Marc asintieron, recordando con cariño la determinación de Camila y su espíritu competitivo. Compartieron anécdotas de otros momentos en los que Camila los había sorprendido con su valentía y fuerza de voluntad.

"Parece que siempre estábamos más unidos cuando Camila estaba cerca", comentó Marc con nostalgia. "Ella tenía una forma especial de unirnos y darnos fuerza".

Pau asintió, reconociendo el impacto positivo que Camila había tenido en sus vidas. "Es verdad. Siempre nos ha inspirado a dar lo mejor de nosotros mismos, tanto en el campo como fuera de él".

Pero en medio de la alegría, no pudieron evitar mencionar su preocupación por Camila. Héctor expresó su preocupación con voz suave, ofreciendo palabras de aliento y apoyo para su "gruñona" en apuros.

"Camila siempre ha sido una persona fuerte, pero todos necesitamos ayuda a veces", dijo Héctor con seriedad. "Estoy aquí para ella, al igual que tú y Marc. Juntos podemos ayudarla a superar cualquier cosa".

Marc asintió con determinación. "Absolutamente. Camila es una parte importante de nuestras vidas, y haremos todo lo posible para ayudarla a superar esto".

Pau asintió con seriedad. "Quiero que Camila sepa que siempre será bienvenida en casa. Si necesita un lugar donde refugiarse, aquí estará".

Los tres amigos se sumieron en una reflexión silenciosa, recordando los momentos compartidos con Camila y la influencia positiva que había tenido en sus vidas. Sabían que, pase lo que pase, siempre estarían ahí el uno para el otro, al igual que lo habían estado para Camila en el pasado.

Después de despedirse de Héctor y Marc, Pau se recostó en su silla, reflexionando sobre el poder de la amistad en tiempos difíciles. Sabía que, pase lo que pase, nunca estaría solo en su camino, rodeado por el amor y la camaradería de sus amigos.

Con una sensación de paz en el corazón, se prometió a sí mismo seguir siendo un faro de luz y apoyo para aquellos que lo necesitaran, recordando siempre que, en la oscuridad de la noche, la amistad brillaba como una estrella guía, iluminando el camino hacia la esperanza.



"Perder a un ser querido nos sumerge en un profundo dolor que parece no tener fin. Cada recuerdo se convierte en un tesoro, y la ausencia se hace sentir constantemente. A pesar de ello, encontramos consuelo en el amor y el apoyo de quienes nos rodean. La pérdida nos enseña la importancia de valorar cada momento y nos impulsa a vivir con pasión y propósito en honor a quienes ya no están físicamente con nosotros."

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⏰ Última actualización: Apr 13 ⏰

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The Way I Loved You  [ Héctor Fort ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora