Prólogo

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La sociedad se refiere a la juventud como la mejor etapa de una persona, por qué es cuando tiene ese ímpetu de alcanzar sus sueños, la valentía de enfrentarse a lo desconocido, el sombro por lo que nos rodea y la alegría genuina que abunda en el corazón.

"La juventud es el período de lo posible".

Pero, ¿Que pasaría si tu vida cambia de la noche a la mañana?

Sólo piénsalo, tu cumpleaños número 17 transcurre con normalidad, te despiertas, vas a la escuela, te organizan una pequeña fiesta y te vas a dormir.

¡Pero al día siguiente despiertas en una realidad que no es la tuya!

¡Díos mío! ¡Debí obedecer cuando dijeron que no comiera tanto pastel!

¡Yo no soy Jeon Beomgyu!

O sea, si soy, pero no él de esta realidad.

¡Cada vez que lo digo suena más descabellado!

— ¡Beomgyu!— escuché un grito.

Tomé impulsó y aventé el balón con fuerza a la persona que esta enfrente de mí, después de todo estamos jugando quemados, es obvio que debe de estar preparado para los golpes de la vida, en este caso, un balonazo.

Más no esperé que lo recibiera con la cara, al parecer me pase un poquito de fuerza.

Los presentes gritaron sorprendidos cuando Kang Taehyun, alias el "hombre de hielo", cayó en un golpe seco al suelo.

— ¡Soldado caído!— exclamó su mejor amigo, Sunghoon.

— ¡Una ambulancia!— continúo su otro amigo, Jungwon.

Cerré los ojos con fuerza, no es posible que lo haya vuelto arruinar.

¡Sólo tenía que hacer una cosa y lo arruiné!

— ¿Porqué aventaste el balón, Beom?— cuestionó Yujin.

— Por qué estamos jugando— dije dudoso.

— El juego acabó hace más de 10 minutos— Félix se rió nervioso.

— Te grité por qué parecias muy metido en tus pensamientos y no nos hacías caso para irnos del gimnasio— siguió hablando Yujin.

— Más no esperábamos que le aventaras el balón a Kang.

— ¡Pero, hey!— chilló Yujin.— Incluso distraído tienes la puntería del súper deportista que eres.

Ellos continuaron hablando, pero no les presté más atención, me centre en mirar como ayudan a Taehyun a levantarse del suelo, parece muy adolorido.

No es para menos, el balonazo y la caída fueron fuertes, pero no tan fuertes como el nuevo Acción líquido, que deja un olor a vainilla limón.

No transcurrió mucho tiempo cuando él paso a mi lado.

— Lo siento— murmuré avergonzado.— No era mi intención.

— Siempre es la misma mierda contigo, Jeon— me miró fijamente.— Presta más atención, demuestra que todavía tienes cerebro.

Saqué un pañuelo del bolsillo de mi pantalón y lo extendí hacia su nariz que esta comenzando a sangrar, sin embargo, él me alejó de un manotazo.

— No me toques— hablo molesto.— No te quiero cerca de mí.

Retomo su caminata chocando su hombro con el mío y sus amigos lo siguieron, mirándome con burla.

— ¡Esos idiotas!— Yujin exclamó.— Voy a golpearlos, eso es lo mínimo que merecen.

— ¿Estás bien, Beomie?— Félix acarició mi cabello.

— Sí— susurré.— Estoy bien.

Miré el camino por dónde se fue Taehyun.

En este mundo paralelo Kang Taehyun es un chico popular por sus grandes habilidades deportivas, las cuales le otorgaron la oportunidad de ser capitán del equipo de baloncesto.

Sin embargo, lo más resaltante es su odio hacia Jeon Beomgyu, y peor aún, que el sentimiento era mutuo.

En mi realidad, Kang Taehyun es un amante de la fotografía y él chico que me gusta.

¿Cómo es posible que en una realidad nos queramos y en la otra nos odiemos?

¡Nada es como yo lo recuerdo!

Aquí Min Yeonjun es hijo de una familia privilegiada y aprendiz de una compañía de entretenimiento, próximo a debutar como centro de su agrupación. En cambio, el Yeonjun que conozco es el hermano atrapado en el medio, amante del skate y la "madre" del grupo.

Por otro lado, Choi Soobin es un adicto al estudio, podría estarse destruyendo el mundo a su alrededor, más eso no lo desconcentra de su lectura. El otro Soobin era deportista y todo un rompecorazones, aunque su corazón le pertenecía a nuestro amigo pelirrojo, además de ser el "padre" del grupo.

Y mierda, mi pequeño y adorable Kai, aquella masita de ternura ahora parece un viejo decrépito en el cuerpo de un adolescente, con tan sólo mirarlo te dan ganas de darle una buena porción de azúcar para verlo tan siquiera un poco enérgico por una vez en su vida.

Lo peor de esto es que debo de juntar a esos cuatro para poder regresar a mi realidad, pero parecen repelerse entre sí.

¡Por más que lo intentó no puedo tener a más de dos en el mismo lugar!

Me dan ganas de juntar a los cuatro, claramente a base de mentiras y amarrarlos en alguna silla para evitar su escape y así poder explicar mi absurdo plan.

¿Querrán escucharme?

No lo creo.

Mi mente de violinista no puede pensar más, podré aprenderme miles de partituras, los tiempos de las notas e incluso ensayar hasta desmayarme, y ni así, ¡Ni así soy capaz de pensar un plan!

¡¿Que es esta tontería?!

¡¿Acaso estoy siendo castigado por haber sido el espermatozoide más rápido?!

No lo entiendo, hasta hace poco todo iba bien y ahora las cosas son un desastre.

¿Cuándo podré regresar a mi vida?

Es decir, que este respirando y mi corazón latiendo no es indicio de estar vivo.

Vincent Van Gogh, decía: "El arte es para consolar a aquellos que están rotos por la vida".

Mi vida era una suave melodía, más ahora sólo es una horrible resonancia, un desgarrador eco.

Los músicos tocamos una sinfonía llena de vida, unimos los corazones a través de una melodía y es cuando la música supera las palabras, traemos a la mente miles de recuerdos con tan sólo tocar una partitura.

No soy Jascha Heifetz y mucho menos Paganini.

Soy Jeon Beomgyu, un jóven violista que desea regresar a su vida, abrazar a su familia y amigos, decirles lo mucho que los ama.

No soy más que un adolescente que desea volver a su realidad.

Pero sobre todo, deseo ser...

El protagonista de mi vida.

The protagonist of my lifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora