Onceavo capítulo

7 3 34
                                    

Era mi cumpleaños, el cumpleaños número 18, un día que se suponía que sería especial en la vida de cualquier persona. Pero yo no quería celebrarlo, recordaba todos los cumpleaños que pasé solo, en mi habitación, a veces sin comer o adolorido por algún golpe. Nunca en mis días, desde que tengo memoria celebré un cumpleaños como los demás niños.

Pero esa mañana desperté con Red a mi lado, ya llevábamos un mes de relación y éramos muy felices juntos. Me quedé quieto, olvidando todas mis preocupaciones con solo ver esos ojos hermosos verdes. El pelo de Red con algo de sudor se pegaba a su frente y lo hacía ver muy caliente.

Pero me obligué a aguantarme, ya tendríamos tiempo para eso. Besé su cara, provocando una sonrisa preciosa.

- Amorcito, para! - dijo mi caramelito entre risas.

Entonces me detuve y lo besé a los labios. Olvidé por segunda vez mi propósito y subimos el tono del beso, así que mordí a mi paso sus labios, succionándolos y introduciendo mi lengua en esa cavidad que me atraía como un imán. Su esencia a frutilla era hipnotizante y sentí que se acentuaba en su cuello. Así que dejando su boca me dirigí a su cuello, dejando chupetones por todos lados.

- Bebé, qué harás hoy por tu cumpleaños? - preguntó mi Red, tratando de controlar unos gemidos, que yo quería escuchar a toda costa.

- Nada - dije contra su piel, provocando un gemido, satisfactorio.

- Cómo no vas a hacer nada? Te olvidas de que un día como hoy, hace muchos años yo me confesé??

Me incorporé hasta quedar en su misma posición.

- Claro que no lo olvido, pero también recuerdo el dolor que te hice pasar y me duele a mi también.

- Ya no te culpes más por eso, ya te perdoné... Perdónate tú también, mi precioso ángel.

- Está bien, caramelito.

- Entonces qué harás hoy? Alguna vez pensaste en hacerte un piercing?

- Me encantaría... pero no estoy seguro, mi amor.

- Hazte uno en el pecho y otro en el labio, mi solecito.

- Para qué quieres el del pecho??- pregunté de manera provocadora, tenía una buena idea de la motivación o idea que tenía mi novio en su cabeza.

- Pues...- Red dijo, con voz ronca mientras acariciaba mi abdomen.

- Lo hago si tú te haces un tatuaje.

- Donde?- preguntó él mientras se acercaba a mi boca y me besaba rudamente, con fuerza, empujando mi pecho y subiéndose sobre mi. Cuando nos separamos un hilo de saliva salió de nuestros labios y sonreímos ambos, los ojos de Red brillaban de una manera preciosa y la lujuria se podía notar. Sus ojos se oscurecieron aún más y adquirieron un verde muy intenso, que me revolvió el estómago. Quería en ese mismo instante estar dentro de mi Red. Y al parecer la necesidad era mutua, por lo que Red tomó apresuradamente la botella de lubricante y sobre sus dedos echó una cantidad razonable para luego comenzar a embestir su propio agujero, preparándose para mi. Mientras él hacía eso yo recorría todo su cuerpo, con la mirada. Las caras que hacía me hipnotizaban, pero aún se veía necesitado.

- Bebé - dije yo - Móntame, hazlo ya.

Entonces Red movió su bonito culo sobre mis caderas, y introdujo lentamente mi extensión en su agujero, sacándonos un gemido a los dos. Él sonrió y me besó, un beso que denotaba amor y destilaba deseo hacia mi.

Yo en mi pasado tenía muchas inseguridades, pero mi Red se encargaba de acariciar todas mis inseguridades y asegurarme que yo le gustaba aún con ellas, y que a sus ojos yo era atractivo y me amaba más que a cualquier otro.

Yo dudé de sus palabras en un principio, pero con los días que pasábamos juntos y los hechos que Red demostraba yo iba adquiriendo más seguridad en mi mismo y una alegría incomunicablemente grande.

Decidí hacerme el piercing, donde mi novio quería. Pero no porque yo fuera a someterme ante él, o humillarme... Si no, porque a mi me gustaba y siempre había querido unos.

Y mi precioso se hizo un tatuaje en la cadera, donde solo yo podría verlo, lo que me daba una satisfacción enorme porque aunque no era celoso me gustaba saber que habían cosas especiales que mi caramelo me mostraba solo a mi... Era caliente, debo admitirlo.

Y aunque parezca un adolescente hormonal no era solo eso, yo también le aseguraba y transmitía mi adoración por él, cantábamos juntos, nos reíamos juntos y jamás pasábamos por momentos aburridos si estábamos en la compañía del otro. Extrañé demasiado a mi mejor amigo, al que desde el principio fue el dueño de mi corazón.

Hacíamos el amor, mientras repetíamos promesas y cumplidos que salían del corazón, no buscábamos mentir, no planeábamos terminar, todo iba perfectamente bien.

Pero... seguiría así??

...

CLARO QUE SI! Diría la escritora de este libro, pero no lo puede prometer, porque a veces las historias toman un rumbo diferente y abren sus alas y vuelan solas. Así que veamos juntos que sucederá a continuación.

Qué te parece?

Este capítulo es un poquito más corto, porque me pareció más que nada aclaratorio en cuanto al amor que se tienen estos dos, nuestros personajes favoritos, no es así??

Hablando en serio, de ser humano a ser humano...

Cual es tu personaje favorito de la historia hasta ahora?

Claro que luego puede cambiar, pues no hemos llegado al final de esta historia y quedan maravillosos y no tan maravillosos personajes que presentarte

Un graaan abrazo: La escritora de este cuentito, que te quiere mucho.

Luxury Caramel (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora