LA VIDA DEL HEROE

3

Entristecida, y secando un par de lágrimas, sale de la cabaña número tres, afuera la esperan un chico latino, una nativa americana una chica de color y un chino-canadiense.

-lo sentimos, pero es que estabas tardando mucho, y nos preocupamos, no pensamos que podríamos causar tanto mal- le dijo la chica morena, Hazel, con expresión preocupada y arrepentida- ¿estas bien?

Si, estoy bien- contesta en tono bajo y frota distraídamente su cuello- yo, tarde por que no lo encontraba, estaba dormido ahí en la fuente-

Sorprendentemente no me sorprende esa elección- comenta el mas alto de los chicos, Frank- incluso antes de esto tenía hábitos un poco raros de sueño-

Annabeth sonrió un poco ante eso, aunque el toque de tristeza no la abandonó.

Y bueno, ¿saldrá esta tarde?, ya está todo hecho, todos están informados de que a su alrededor no se deben de usar poderes, y que nadie debe atacarlo- informo el chico latino, Leo Valdez, y al terminar de hablar todos voltearon a verla, ella hizo mueca, suspiro, y mirándolos decididamente hablo:

No saldrá hoy, en verdad no sé cuándo lo haga, pero no dejaremos que eso nos detenga, si no se unirá a nosotros, nosotros seguiremos con el juego por él, para honrarlo, para recordar viejos tiempos, para conmemorar las alianzas que creo, estoy segura de que eso le habría gustado- y con esas palabras partió hacia el comedor donde todos se reunían, esperando el veredicto de la misión que se le encomendó, y al final, repitió el mismo discurso para las personas que estaban esperando, que tristes pero decididas, continuaron con los preparativos para llevar a cabo el evento, ese mismo día.

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En cualquier lugar. El que te quieras imaginar, ya sea un palacio en el centro del cosmos o en un puesto de frutas al lado de la carretera, se encontraban 3 ancianas tejiendo el tapiz de la vida, donde cada hilo además de represar un color representaba la vida misma de un ser, ya sea mortal, inmortal, semidiós o monstruo. Había hilos que se encontraban presentes desde casi el principio, otros aparecían solo en un peño lapso de tiempo y no volvían a resurgir, otros aparecían y desaparecían aleatoriamente, en lo último del tapiz se podía observar el predominio de un color verde mar un tanto obscuro y si seguías la hebra te dabas cuanta que estaba abandonada, hecha a un lado, como si estuviera esperando ser usada, pero también muy cercana había una hebra de tonos negro y rojo el cual estaba hilándose de manera mecánica por la distraída anciana del centro. La cual sin darse cuenta sigue con su trabajo mientras la hebra verde mar desaparece sin más.

Un cambio en el aire sucede de repente, y el suelo y todo lo que las rodea comienza a temblar.

¿Qué está pasando? - exclama Átropos, con un hilo aun entre sus tijeras.

Esto se siente muy mal, no puedo comprenderlo- susurra Laquesis mirando alrededor, y en esa inspección se topa con su hermana Cloto, quieta y pálida, con expresión de horror, en su rosto- ¿Cloto? ¿Qué sucede? -

El hilo- es lo que sale de su boca mientras voltea al lugar en que lo había visto por última vez.

¿Qué pasa con el hilo? ¡Cloto EXPLICATE! - exige Átropos.

Se fue, no está, el hilo de Perseo ha desaparecido- indica con hilo de voz, y con eso observan como lo tejido con ese mismo color se comienza a deshilar. Con expresiones de horror, y de manera un tanto automática se toman de la mano, y realizan el ritual que solo en otra ocasión usaron, para detener el tiempo y ver que hacer.

De un momento a otro todo se queda en calma, las paredes se quedan quietas, al igual que el mundo entero.

¿Qué haremos? Necesitamos recuperarlo- exclama Átropos, mirando seriamente a sus hermanas.

No se, esto nunca había pasado, quien lo tiene sabe que podría causar un gran desastre con ese hilo- cometa Laquesis

Y eso nos lleva a ¿Quién lo tomo? - pregunta Átropos mirando directamente a Cloto

No lo sé, sabes que habíamos apartado ese hilo para cuando se necesitara, solo lo hilaba lo suficiente para mantenerlo con vida, no se quien lo tomo, todo ha estado en calma, no tengo ni idea- dice de manera nerviosa y asustada.

¿Cómo que no tienes idea, quien más hila ese tapiz aparte de ti? -

¡ustedes! Se supone que es trabajo de todas, no solo mío - Contesta irritada- como dije la cosas han estado tranquilas, sabes que después de tales guerras, las cosas se calman, perdón por no prestar atención, y relajarme después de años de estar viendo lo que implicaría cada detalle del tapiz.

¡YA! - grito Laquesis- ya no importa cómo fue que esto paso, debemos enfocarnos en como arreglarlo.

Todas comienzan a idear planes, piensan un instante y Cloto y Átropos voltean a verse, manteniendo una conversación silenciosa, cuando terminan, voltean y observan a Laquesis, quien asustada niega, sabe que es muy peligroso, por eso no se había hecho nunca, pero sus hermanas no apartan la mirada pues saben que es único que pueden hacer, aunque con ello arriesguen mucho.

¿A quiénes enviaremos? ¿Cómo explicaremos las cosas? - pregunta finalmente Laquesis, aceptando que era la única opción factible.

Enviaremos a los que están ahora en el campamento, los semidioses, un par de cazadoras y amazonas, también a algunos de los otros panteones con los han convivido- dijo Átropos.

También deberíamos de llevar a algunos de los fallecidos-le siguió Cloto.

Claro, para que vean las alianzas que se han hecho, que es lo que hay en juego- reflexiona Laquesis- ¿Y a Perseo también? ¿cómo le llevaríamos? - pregunta finalmente.

No podemos, cuando menos no al actual, la falta de hilo lo impide, pero podemos enviar a una de sus versiones anteriores, ahora lo único que falta es decidir ¿a cuando los mandaremos? - habla Cloto.

Mmm... debe ser antes de las guerras, lo suficiente para que los cambios sean tan significativos, y así impedir que el robo se realice... diría que antes de que el chico naciera, pero las cosas ya se estaban gestando años antes mmm... 1987 creo que es la fecha más factible- finaliza Laquesis.

Con los detalles cubiertos, vuelven a tomarse de las manos, listas para que el ritual necesario de lleve a cabo, con ello la gran mayoría de los ocupantes de campamento mestizo desaparecen, dejando solo y agobiado a un chico de ojos verdemar, justo cuando las voces se vuelven más fuertes y deja es capar el grito más tormentoso jamás oído.