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Llegamos a Valladolid y pedimos varios uber para que nos llevaran hasta el hotel donde nos instalábamos.

- Que piola - comentó Juani sorprendido contemplando la recepción cuando llegamos.

- Tienen que dividirse chavones, 3 en cada cuarto - todos comenzaron a organizarse y agus se acercó a mí.

- No les voy a joder nada pero necesito ir con ustedes - señaló a Felipe - no voy a aguantarle a Matías todos los días de mi vida - se rió - y me gusta estar contigo - me dió un codazo cariñoso.

- Dale pero pobre Matías posta - le fuimos a decir a Felipe.

Pasamos el día viendo la ciudad todos juntos, comprando detalles, ropa, paseando, y entrada la noche regresamos al hotel.

Noté a pipe bastante distraído durante toda la tarde pero no quise presionarlo.

Al final tuve cuando salí de ponerme la pijama del baño y me lo topé destrozando un libro mientras lloraba.

- ¿Que haces boludo? - le pregunté sentándome a su lado. Me miró con hastío. ¿Había hecho algo?

- Haber si a vos te explica porque a mí no me quiso decir nada - dijo Agustín intentando quitarle el objeto de las manos, sin éxito.

- Salí del cuarto tarado y dejame de romper las pelotas - grito y se incorporó violentamente empujando a agus, el cuál se asustó pero salió del cuarto sin decir nada. Me quedé en el sitio.

- ¿Que carajos te pasa? - le pregunté cautelosa todavía mirándolo.

- Ite a hacer lo que se te cante el orto, solo estorbas acá - ¿qué?

Seguí quieta por si decía algo más, pero su mirada me gritaba que él nunca quiso decir eso.
Agus entro en la habitación y me agarro de la mano para irnos, pero antes miré a pipe confundida y dolida.

- Eso es lo que queres? - el labio inferior le temblaba e intentaba hablar pero no podía.

Soy egoísta, pero no un monstruo. Solté a Agustín el cual no se interpuso y me senté al lado de Felipe y lo abracé. Tardo en corresponderme pero en lo que su cabeza se posó sobre mi hombro, comenzó a llorar.

Como seguía sin hablar cuando nos separamos, entendí que quería estar solo y me fui a tomar algo con lain.

¿Que le pasaba para comportarse de esa manera? Si no me quería decir lo entendía, pero la manera en que no me hablo y se comportó me dolía.
. . .

¿Los Goya son hoy? Sí.

¿Felipe me habló de vuelta? No.

¿Estaba nerviosa? Y preocupada.

Faltaban unas pocas horas para que las maquilladoras y los encargados del vestuario de todo el cast llegaran al hotel para transformarnos e irnos, y no sabía qué hacer con pipe. Íbamos a estar juntos en la alfombra e iba a tratar de hablar con él para saber qué le pasaba.

- ¿Queres que te ayude? - estaba intentando ponerse la corbata delante del espejo.

- Si podes - me miró y elevó la comisura del labio mínimamente. Me coloqué delante de él para acomodarle el accesorio y sentí el peso de su mirada mientras lo hacía.

Cuando terminé me quedé delante de él y nos miramos durante un buen rato. Se agachó un poco para mirarme y me dio un pico. Lo miré confundida.

- Los siento Sab, por todo - le agarre las manos y se las apreté entre las mías, en señal de que no se preocupara - ¿seguís queriendo ir conmigo al evento? - me sorprendí ante la pregunta.

- Obvio si tarado, no pasa nada - le acaricie la cara y nos abrazamos mientras lo mire de vuelta - ¿queres contarme que te pasó? - asintió.

- El libro que estaba rompiendo era uno de recuerdos familiares. Mi hermana me llamó llorando diciéndome que no éramos familia y que no se entero por mis padres, sino por mi primo, el que juro que le estaban diciendo a escondidas a mi familia que no nos dijeran nada - noté que le escocían los ojos pero que se retenía y le acaricie el pelo - nada que justifique la manera en que les hable a agus y a vos - mi amigo estaba sentado en su cama y nos abrazamos los tres

- No te preocupes boludo, ahora vamos a junto la producción y a bardear los premios, y sos el mejor hermano del mundo - Agustín nos dio una palmadita en el hombro sonriendo y lo seguimos escaleras abajo, no sin antes hablar algo importante y necesario.

- Oye feli - me miro mientras yo buscaba las palabras - ¿qué somos a pesar de todo?

Sopeso mis palabras y encontró las mejores.

- Para mí sos la mujer de mi vida boluda - me sonrió avergonzado - depende de vos.

- Quiero ser tu novia pipe - no quería andar con rodeos y también quería que se animara. Me acerqué a él y lo abracé, a lo que me correspondió con un abrazo todavía más reconfortante.

- ¿Entonces lo somos? - me pregunto. Su sonrisa no podía ser más ancha y en ese momento me sentí la mujer más orgullosa del mundo.

- Obvio tarado veni acá - nos besamos cálidamente durante un rato hasta que alguien peto a la puerta.

- Salgan tortolitos que maquillaje los busca - juani abrió la puerta y nos separó mientras tiraba de nuestros brazos. Ambos nos reímos y salimos de la habitación.

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𝐞𝐧𝐜𝐡𝐚𝐧𝐭𝐞𝐝: felipe otaño  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora