Este capítulo transcurre durante las semanas de Subaru en la mansión antes del ataque al pueblo de Arlem.
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Fuera de la mansión Mathers, la semielfa Emilia estaba sentada en el jardín, observando el hermoso paisaje de la mañana con su espíritu felino, Puck, a su lado.
"Lia, perdón por quedarme dormido en un momento tan crítico ayer." Aunque un poco abatido, Puck mantuvo su sonrisa alegre mientras se disculpaba con su hija.
Emilia asintió. "Está bien. Todos estamos vivos, así que no te preocupes".
Puck cerró ligeramente los ojos y cruzó los brazos. "Escuché que ese chico, Subaru, derrotó a esa chica".
Emilia pareció pensativa mientras recordaba la lucha de Subaru contra Elsa. Aunque solo lo había visto brevemente, fue suficiente para apreciar la gran fuerza que demostró en la casa de saqueadores.
"No imaginaba que Subaru fuera tan fuerte. Fue realmente impresionante verlo. ¿Será que tiene algún tipo de protección divina que lo ayudó en la batalla?"
"Probablemente. Demostró ser alguien bastante seguro de su fuerza. Aunque también es un poco arrogante", respondió Puck.
Aunque Puck no podía sentir rastros altos de maná en el cuerpo del chico, emanaba una aura fuerte e intimidante que superaba fácilmente a caballeros y maestros de espada. Además, el hecho de que no pudiera tocarlo cuando se acercó fue extraño.
"Deberías haber visto. La enemiga le lanzó cuchillos, pero todos fueron detenidos en el aire de repente", Emilia agitó las manos hacia arriba y hacia abajo.
"¿Detenidos en el aire?" Puck preguntó. "Nunca he visto ninguna protección divina capaz de hacer eso... Quizás sea una de las muchas habilidades que tiene guardadas".
Emilia estuvo de acuerdo. "Tienes razón. Pero también es bastante extraño. Apareció de la nada y me salvó. Sus ropas son como las de un noble, pero no parece ser uno, ya que no sabía dónde estaba, no tenía dinero y no sabía leer".
"Muy extraño, ¿verdad?" Puck se rió de la desgracia del pobre hombre.
Emilia cerró ligeramente los ojos pensativa y cruzó los brazos. "Bueno, de todos modos, no creo que sea una mala persona".
"Estoy de acuerdo con eso. Pero no puedo evitar pensar que parece sospechoso, ¿no?" Puck voló y se posó en el hombro de Emilia. "Solo necesitas hacer que Subaru Gojou demuestre que no es malo. Te protegeré, pase lo que pase. Así que si intenta hacerte algo, me desharé de él".
"¿Te desharás de él? ¡No digas cosas así!"
Ella tomó al espíritu de su hombro y comenzó a acariciarlo en la cabeza, provocando que el pequeño gato empezara a reír.
"¡Oye! ¡Nada de mimos! Miau... miau. Miau!" Gritaba entre risas.
"¡Oops, buenos días!"
Emilia y Puck se sobresaltaron cuando una voz alta resonó en sus oídos. Se voltearon al mismo tiempo y vieron a Subaru, agachado a la misma altura que los dos con una sonrisa cómica en el rostro.
"Subaru, ¿eres tú? ¡Me asustaste!" Emilia dijo con la mano en el corazón para calmarlo por el repentino susto.
"¡Jajaja! Deberías haber visto tu cara. Fue hilarante", Subaru rió y se sentó en la hierba junto a la semielfa. "Entonces, ¿de qué están hablando ustedes dos?"
Subaru levantó una ceja ante esa respuesta, pero la ignoró. "Entendido. El sol está hermoso hoy, ¿verdad?" Comentó para cambiar de tema.
"Es verdad. Es un día muy bonito", respondió Emilia con una sonrisa.
"¿Será que él está SOLtero?" Se rió de su propio chiste.
Emilia inclinó la cabeza, sin entender el chiste. "¿A qué te refieres?"
Subaru simplemente le dijo que lo olvidara, pero ella no pudo quitarse esa pregunta de la cabeza. Al final, Ram llamó a Subaru para que volviera al trabajo y luego se despidió del lugar, despidiéndose de la elfa y del espíritu.
El día transcurrió normalmente, excepto por Emilia, que estuvo pensativa sobre el chiste durante mucho tiempo hasta la hora del almuerzo. La criada de cabello azul, Rem, fue al jardín para llamar a la semielfa para la comida.
"Emilia-sama, el almuerzo está listo", dijo Rem con su tono neutral de siempre. Pero la semielfa parecía no haber escuchado. "Emilia-sama, ¿está todo bien?"
"E-eh? ¿Rem?" Emilia pareció despertar a la realidad.
"Vine a llamarte a comer, pero parecías pensativa. ¿Algún problema?" Rem preguntó, mostrando un poco de preocupación, aunque sea poco.
"Sí, estoy bien. Solo estaba pensando en algo..."
En la hora del almuerzo, todos los residentes, excepto Beatrice, estaban en la mesa para comer su comida. Aunque fuera un mayordomo, Subaru también se unió a la mesa para comer, para disgusto de una criada de cabello rosa.
"¡Entendí! ¡Así que era un chiste!" Emilia gritó de repente.
Todos se quedaron confundidos. ¿Ella entendió qué?
Subaru rió. "¿De verdad entendiste solo ahora?"
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