Otro día aburrido en la escuela, pero por suerte solo quedaban dos meses para que las vacaciones de verano iniciaran. Lo único malo de esa parte son los exámenes finales sinceramente, siento que no voy a sobrevivir a estos.
- Hey, Lea, ¿tan siquiera estás escuchando algo de lo que te digo? - preguntó Umi con cara de fastidio.
Rápidamente salí de mi trance mental y le presté atención por primera vez.
- Perdón estaba distraída - dije dando un pequeño sorbo a mi agua.
Ella soltó un pequeño suspiro de agotamiento.
- Entonces, ¿tienes algo planeado para acercarte a él? - dijo en un susurro.
Su pregunta captó mi atención, la observé por unos minutos para luego pensar en algo pero lastimosamente.
- No se me ocurre nada - dije restándole importancia al asunto.
Ella hizo una expresión exagerada y dramática.
- No me lo puedo creer - dijo con fastidio.
Le di otro sorbo a mi botella de agua, el agua estaba justamente como me gusta ni muy fría ni muy caliente.
- No quiero incomodar, ni mucho menos parecer intensa - dije con sinceridad.
Me dedicó una mirada comprensiva para, luego señalar a la persona que acababa de entrar por la puerta del salón. Con paso calmado y con un semblante indescifrable pasó de largo a mi lado y se sentó en la mesa de atrás. Su lugar habitual donde se sentó al inicio del curso.
- Bueno, tengo que correr, toca clases con el químico y ya sabes lo correcto que suele ser - dijo con cara de espanto como si sobrevivir a la clase de química fuese un logro inalcanzable.
- Suerte - dije sin forzar mi voz.
Simplemente mi amiga asintió y salió corriendo directo a su clase. Observé como mi compañera de asiento se colocaba a mi lado para seguido dejar la mirada sobre Angel, la cual seguro estaba concentrada en su cuaderno de dibujos.
De forma inconsciente volteé mi cabeza observando al par de hermanos idénticos que se sentaban tras nosotras. Les dediqué una sonrisa a cada cual y volví a mi posición inicial.
La clase de Física transcurrió con normalidad, la electrostática no es muy complicada, así que me di el lujo de recordar aquel día.
Era marzo por la tarde, recuerdo perfectamente aquél día, miércoles día seis sino mal recuerdo. Era por la tarde, solo teníamos clase de Geografía Regional ya que la de Química se había suspendido debido a una repentina junta del profesor. Habíamos terminado la clase con tranquilidad y aún sobraban una minutos para poder irnos a nuestras casas. Esa día tenía un objetivo claro. Estaba decidida a declararme a él. Tenía un rostro serio, me perturbaba sentía que no era un buen momento para él, no quería incomodar, ni molestar. Éramos amigos, para mi era un buen amigo con el cual compartía muchos gustos. Pero al final terminé desarrollando un tipo de sentimientos romántico hacia él. Era ahora o nunca estaba decidida a decirle lo que siento pero simplemente la capacidad d habla abandonó mi cuerpo. Estaba frustrada, sentía que estaba preparada para esto, pero al final mis estúpidos nervios me han traicionado. Entonces estalle de la risa, una risa digna de una loca acompañada de lágrimas que desbordaban mis ojos y caían. Mi compañera me observó con rareza, no esperaba una reacción de esa forma de mi parte. Ella me consoló con suaves caricias en mi cabello. Era conciente de mis sentimientos hacia él, sabía incluso de mi plan de confesión. Quedaba poco tiempo para que el día escolar terminase y finalmente me armé de valor. Organicé mis libros y útiles escolares, metiendo estos a mi mochila. El sonido del timbre sonó y varios alumnos salieron del lugar a toda prisa. Me levanté y sin saber que hacer me acerqué a Angela para ayudarla a recoger sus cosas. Observando sus movimientos con cautela, miré como se colocaba la mochila sobre su espalda y caminaba en dirección al chico más inteligente del salón el cual se sentaba de trás de mi amiga Angela. Simplemente aproveché el momento y me acerqué a él. Hice una señal con mi dedo índice para que se acercara un poco. Él era unos centímetros más alto que yo. El entiendo la seña y guardando la distancia se acercó respetuosamente a mí. Acerqué mi rostro hasta mis labios estabas a un simple roce de su oreja.
- Te amo - dije en un tono de voz lo suficiente claro para que lo haya escuchado él.
Nuevamente, los nervios me atacaron y como un misil salí del salón a toda prisa dejando a mis amigas de trás. Umi, quien era de otro salón venía a nuestro encuentro, pero la tomé de la mano y la arrastré hasta la salida, dejando al aire las preguntas que me hacía en el camino. Hasta que llegamos a unos lindos árboles cerca de la entrada le expliqué la situación la cual ella por parte me felicitó. Poco tiempo después, llegaron a nuestro encuentro Angela y Amy. Ellas me explicaron la reacción de él, la descripción que me dieron fue, pensativo, serio. No sabía que pensar al respecto, de todas formas no teníamos clases hasta el próximo lunes.
Luego de ese día él terminó por escribirme por messenger y comenzamos a hablar a conocernos poco a poco, aunque para este momento seguía siendo igual de arisco y cerrado. Las clases terminaron y me despedí de los hermanos idénticos para salir con mis amigas de la institución.
- Es enserio, ustedes son increíbles - expresó Umi.
Las demás simplemente se limitaban a observar el drama de Umi por el camino a nuestras casas.
- Ya ha pasado más de un mes desde mi confesión, tal vez simplemente él este pensando la forma de como rechazarme - dije de forma pesimista.
- Oh no, mi cielo, es que no ves como te mira, suelta corazones y toda esa mierda romántica cuando te ve - dijo Umi con una expresión alegre.
- Te inventas cosas - dije.
- Es que no has visto como te mira - dijo Umi de forma pícara.
- Como sea, nos vemos el próximo lunes - se despidió para desviar su andar al camino que lleva a su casa.
Luego de dejar a Angel frente al edificio donde vive y separarme de Amy en el desvío. Finalmente llegué a mi casa. Me quité el uniforme y me puse ropa más cómoda con unas lindas chanclas de color rojo. Me preparé una merienda rápida y comí. El resto de la tarde me dediqué a jugar videojuegos o ver la televisión. Hasta que llegó la noche y con ello la hora de dormir. Mi mamá me arropó, y me dió un beso deseando buenas noches para mí. Buscando una posición perfecta, mis ojos comenzaron cerrarse lentamente hasta que , lo que vi no era la pared de mi habitación. Aquel lugar era simplemente aterrador.
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Hasta El Último Latido
Science FictionLuego de irse a dormir, Lea ha despertado pero el lugar que sus ojos perciben no se parecen en nada a las paredes de su habitación. Junto a su amiga Umi emprende un viaje de supervivencia en aquel mundo de devastación. Hasta que sus corazones emitan...