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—Joder, había olvidado lo lejos que el maldito auditorio está.

—A veces siento que el mundo está en nuestra contra. — respondió Mark al japonés.

—¿Podrían dejar de quejarse? Es sólo el primer día y están comenzando a hartarme. — atacó Johnny.

El canadiense puso su típica cara de ofendido y estuvo a punto de responderle al mayor de los cuatro, pero Jaehyun intervino antes.

—¿Y ustedes podrían dejar de pelear por cualquier tontería?

—¿Te caíste de la cama o algo por el estilo? — dijo Yuta.

—Sabes que no deberías responder a una pregunta con otra pregunta, ¿cierto?

—Así­ como Johnny no debería posar todas las mañanas frente al espejo y alardear sobre lo atractivo que según él es.

—No reflejes tus inseguridades en mí, por favor.

—Respondiendo tu pregunta, no, no me caí­ de la cama. — respondió Jaehyun a Yuta, interviniendo en la mini-pelea de Johnny y Mark antes de que se hiciera más grande. Sabía que aquellos dos alfas no los llevarían a ningún lado estando enojados.

Después de seguir caminando un poco más, llegaron a dicho auditorio. Habría una conferencia dada por el rector de la universidad antes de empezar las clases. Cuando llegaron, la mayoría de los asientos estaban ocupados. Yuta logró divisar a lo lejos unos cuatro lugares que, afortunadamente estaban libres y juntos.

Empezaron a correr rápidamente a ellos pero a mitad del camino se detuvieron al ver que Jaehyun lo había hecho y se había quedado estancado unos pasos atrás.

—¿Qué sucede? — interrogó Johnny.

—¿Sienten eso? — preguntó, cauteloso.

—¿Qué cosa?

—Aroma a vainilla y miel.

Jaehyun sintió como su lobo interior comenzó a inquietarse y moverse desesperadamente como si tratara de buscar o seguir algo con ese olor.

Entonces lo supo.

Lo había encontrado.

A su omega.

El problema era que, dentro del auditorio, habían mínimo quinientas personas y las que aún estaban llegando.

De pronto, se sintió completamente abrumado y sin saber que hacer. Volteó hacia sus amigos que lo miraban expectantes por su reacción.

—Saben, es mejor que... vayan ustedes, sí­, eh, guardenme un lugar, necesito... necesito ir a despejarme, sí­, eso es, voy al baño un momento, ahora regreso.

Y se fue corriendo.

Ni siquiera se fijó en que, casi llegando a la puerta de entrada y salida, se dirigía un omega en su misma situación, por lo que, terminaron chocando.

Cuando ambos se recompusieron, fue como si todo alrededor fuera ajeno a ellos. Como si el mundo se detuviera sólo por ellos. Como si el planeta dejara de girar. Como si el universo les perteneciera.

Y es que, Jaehyun al concentrarse en los ojos del contrario, sintió que sí­, el universo entero estaba en sus manos.

Había un brillo, uno que jamás había visto en otra persona.

De sus ojos, pasó a observar sus pestañas, largas y finas.

A su nariz, ligeramente respingada.

A sus mejillas regordetas, ligeramente rojizas.

A sus labios, gruesos y carnosos.

Y la realidad es que, pudieron seguir así­ por horas, tan sólo mirándose, apreciándose el uno al otro, pero desafortunadamente, el mundo comenzó a andar otra vez, o tal vez nunca se detuvo realmente. Una profesora los sacó de la pequeña burbuja que habían creado.

—Disculpen, muchachos. La conferencia está a punto de empezar. Tomen asiento por favor, ahí­ hay dos lugares disponibles.

Señaló dos asientos que, efectivamente, estaban libres.

Juntos.

Uno al lado del otro.

Así­ fue como Jaehyun terminó sentado al lado de su posible pareja destinada en el primer día de clases.

Y lo que le esperaba.

❝𝗲𝘅𝗰𝗶𝘁𝗶𝗻𝗴!❞ | jaewooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora