"Déjate llevar... No finjas inocencia."
Trafalgar Law es un maestro estricto y frívolo para sus estudiantes. Su puño de hierro al momento de impartir clases es indiscutible. Monkey D. Luffy es sólo otro de sus alumnos; con un rostro aniñado y un cue...
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"Ponte de rodillas, cariño; y no precisamente para rezar."
"Profesor, ¿está usted bien?"
Trafalgar parpadeó cuando Luffy agitó su mano llena de pequeños anillos de plata frente a sus ojos.
Su ceño se frunció al saber que aquella caricia sobre su polla no había sido nada más que un maldito truco de su maldita imaginación.
"Joder" pensó antes de tragar duramente y tratar de recuperar la compostura ante su alumno.
"¿Eh? Ah, sí, estoy bien" los rosaditos labios del monito se fruncieron en un adorable puchero y la erección de Law pulsó nuevamente.
"¿Está seguro?" inquirió Luffy con preocupación, acercándose un poco más a su profesor y tomándose el atrevimiento de tocar su frente con la palma de su mano. "Está rojo y suda mucho, ¿se siente bien?"
El aroma a coco de Luffy abrumó a Trafalgar en demasía, por lo que aferrándose al poco control que aún poseía; tomó la mano de su alumno y la alejó en su totalidad de su cuerpo.
"He dicho que estoy bien, Luffy." sentenció roncamente, usando aquella maldita voz que volvía loco a todo aquel que tuviera el placer de oírla en persona.
Las mejillas de Luffy se calentaron y Law mordió su labio inferior al ver al azabache bajando su mirada de forma sumisa.
Mierda.
"L-lo siento" susurró Luffy un poco cohibido por la dominante presencia del mayor.
Law aflojó su corbata levemente y respiró hondamente antes de preguntar:
"¿Qué es lo que quiere?" demandó gélidamente. "Hable rápido, no tengo todo el día."
Luffy asintió y tras una corta disculpa habló:
"Bueno, me he enterado por medio de mis compañeros que usted estaba dispuesto a dar tutorías privadas para aquellos que tuvieran una nota negativa."
Law arqueó una ceja y cruzó sus brazos sobre su pecho.
"¿Y? Vaya al punto."
Luffy miró directamente al mayor y este sintió que sus rodillas fallaban al ser plenamente consciente de aquellos orbes dorados y relucientes como el oro y tan penetrantes como un par de dagas afiladas.
"Necesito de esas clases, maestro Torao." rogó suavemente el chico de cabellera azabache. "Sé que he descuidado mis notas y quiero esforzarme para lograr pasarlas" Law pensó momentáneamente y Luffy juntó sus manos antes de volver a suplicar con voz ahogada. "Por favor; haré lo que sea."
Haré lo que sea...
Haré lo que sea...
Lo que sea...
"Ponte de rodillas, cariño; y no precisamente para rezar" pensó Law tan perversamente que incluso se sorprendió a sí mismo.
"Está bien" aceptó al notar que el ambiente era llenado por una tremenda frustración sexual de su parte. Tomando su maletín y sus carpetas de trabajo; Law se dirigió a la puerta del aula antes de ordenar. "Vaya al salón de maestros en cuanto acaben las clases. Allí aclararé el resto con usted."
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