"Déjate llevar... No finjas inocencia."
Trafalgar Law es un maestro estricto y frívolo para sus estudiantes. Su puño de hierro al momento de impartir clases es indiscutible. Monkey D. Luffy es sólo otro de sus alumnos; con un rostro aniñado y un cue...
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"Vamos cariño; haz ahegao para tu señor."
Luffy gemía agudamente, con sus piernas separadas en su totalidad y con Law entre estas, penetrando su pequeño y esponjoso culito sin piedad.
Las embestidas eran duras, crueles a decir verdad, pero a Luffy le encantaban, lo hacía y mucho.
Su parte inferior estaba completamente desnuda, pero en su parte superior aún tenía la camisa del uniforme, misma que mordía con fuerza para no terminar gritando ante semejante placer recibido.
Trafalgar gruñía y embestía profundamente, maltratando la próstata de su coqueto alumno.
Sus ojos se posaron en Luffy y la sorpresa le llenó al ver que los ojos de este parecían querer rodar hacia atrás.
Joder ¿acaso iba a hacer lo que él pensaba? Porque si era así, le jodería más fuerte.
"Ah... Profesor... ¡Sí, ahí, justo ahí!" Trafalgar sonrió malévolamente al ver que la polla de su alumno goteaba sobre su propio estómago, mezclándose con el sudor de su cuerpo y dándole una erótica imagen que, estaba seguro, repetiría más de una vez.
Follar a Luffy sobre el escritorio era lo mejor que le había ocurrido, el menor era bastante flexible y por ende sus piernas serían más fáciles de manipular.
La cabellera azabache del menor se adhería a su frente, sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas de placer y el sudor, su boca estaba abierta, dejando escapar un hilillo de saliva que aumentaba el morbo de su imagen.
"Oh, joder..." Law miraba embelesado la manera en que su polla entraba y salía del culo de Luffy, y aquello le hizo aumentar sus embestidas.
Los gritos y sonidos de sus bolas chocando contra las nalgas de Luffy resonaban en la sala de maestros, con sus respiraciones pesadas y jadeos roncos y agudos.
Cualquiera que viera aquello, haría bastante dinero al grabar una escena porno de aquel calibre.
Luffy ansiaba que el mayor le hiciera realizar aquel acto morboso que tanto le encantaba, y estaba a nada de lograrlo.
"¡Señor.. m-más!" lloriqueó con los ojos entrecerrados.
Las sonrió y siseó al sentir la tensión en sus bolas, iba a correrse. Su mano tomó la polla desatendida del azabache y la masturbó mientras aumentaba sus empujes.
Una sonrisa depravada surcó sus labios antes de ordenar.
"Vamos, cariño; haz ahegao para tu señor."
Luffy aún en medio de su nube de placer, gimió agudamente. Sus ojos rodaron hacia atrás, la saliva se escurrió fuera de su boca y esta se mantuvo abierta en todo momento.
Trafalgar gruñó al ver el ahegao de su pequeño alumno y finalmente, con un par de empujes, se corrió en el interior de Luffy, llenándole de su semen caliente y cremoso.
Y Luffy, bueno, él sonrió complacido al conseguir lo que quería.
Hacer ahegao.
Fin.
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Simple, corto, interesante y fácil de adaptar, kriko
