—Lamentamos su perdida, majestad. —Dijo uno de los tantos funcionarios del palacio —. La reina es joven. Estoy bastante seguro de que tendrán descendencia muy pronto.
Jimin asintió, recordando que muy probablemente "su mujer", no sería capaz de procrear de nuevo.
—No tengo prisa por tener un heredero. —Respondió Jimin, dando un sorbo de su te.
—Majestad. No quiero ser entrometido, pero yo, como su Eunuco y anterior sirviente de su padre que en paz descanse...
Jimin se burló, soltando una leve carcajada antes de chasquear su lengua.
—Ese anciano debe estar revolcándose en las llamas del infierno. La paz no es una opción para nosotros.
—Majestad... —Dijo el anciano hombre. Sus ojos muy abiertos.
—Solo di lo que ibas a decir.
—Yo solo queria recordarle, que es su deber como Rey, y como Alfa, el tener descendencia, Majestad.
—Y es tu deber agachar la cabeza ante mi y hacer lo que te diga sin decir ni una sola palabra. —Respondió Jimin con firmeza —. No quiero escuchar una sola palabra más de tu parte o juro que tus genitales no será lo único que te corten, ¿comprendes?
—Si, Majestad. —Dijo el hombre haciendo una reverencia —. Perdone mi imprudencia. Por favor, perdóneme la vida, Majestad.
Jimin solo rodó los ojos y salió de sus aposentos, ignorando a quien quiera que se atravesara en su camino. Quería estar solo, aunque sabía que aquello sería imposible.
—¿A dónde crees que vas? —Preguntó una voz detrás suyo.
Jimin ignoró a Jeon por supuesto. O al menos eso fingió, encerrandose en una de las habitaciones vacías del palacio, más específicamente los aposentos de su difunto padre.
—¿Qué creés que estas haciendo? —Preguntó Jungkook una vez entró de igual manera a la habitación. Quedando estático al ver como el Omega retiraba una a una las prendas de su cuerpo.
—¿No te enseñaron a tocar acaso? —Dijo Jimin con tono sarcástico pero sin detener sus movimientos.
—Estos no son sus aposentos.
—¿Y?
—Llamará la atención. Vístase y salga de aquí.
—¿Por qué tendría que hacerlo?, tu no eres quien para darme órdenes, Jeon. No eres más que un guardia que se encarga de salvar mi culo del peligro. Y se vez en cuando profanarlo con ese pedazo de carne qué cuelga de tu cuerpo.
—Majestad.
—No me quejo. Me encanta cuando lo haces, de hecho. En realidad, no me importaría si quisieras hacerlo ahora mismo de nuevo.
—Estamos en los aposentos de su difunto padre.
Jimin río, se acostó sobre la alfombra de la habitación y abrió las piernas, invitándolo.
—Vamos Jeon. Entra en mi, tu sabes que quieres. No creo que a mi padre le importe de todos modos. Incluso si lo hiciera, solo podría echarse la culpa a si mismo, por obligar a su único hijo... Bueno, al último que decidió no matar al no tener más opción, a fingir ser algo que no es con tan de cumplir sus caprichos egoístas.
—Tu no eres muy diferente a el entonces.
—¿Qué quieres decir?
—Justamente eso. Sabes que estoy comprometido y aun así, intentas agobiarme con tus feromonas para intentar obligarme a fornicar contigo de nuevo.
—¿Obligarte? —Habló Jimin, cerrando las piernas y sentándose en la alfombra.
—Si. Intentas seducirme pero no lograras nada con ello. Accedí a estar contigo porque la situación lo ameritaba y después tan solo... No fui lo suficientemente fuerte para resistirme a tu celo. Pero ya no más. En estos momentos no estas en celo.
—¿Estas tratando de decir que yo te obligue?
—No quito mi parte de responsabilidad en todo esto. Sin embargo es por eso mismo que estoy terminando lo que sea que signifique todo esto. —Dijo Jungkook dándose la vuelta para salir del lugar —. No se lo repetiré de nuevo. Regrese a sus aposentos. —Finalizó para salir de la habitación.
—¿Qué es esto? — Jimin murmuró al sentir una punzada dolorosa sobre su pecho.
Era extraño. El jamas había experimentado esto. El jamas había sido rechazado.
Cualquier error lo corrijo mañana