CAPITULO 4: ¿Recuerdo de Adam?

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El dolor se convierte en placer, la humillación en éxtasis, En el juego de la seducción, no hay límites ni finales

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El dolor se convierte en placer, la humillación en éxtasis,
En el juego de la seducción, no hay límites ni finales.
Él es el monstruo en mi mundo, el fuego en mi piel,
Y yo soy su musa, su reina en su cruel edén.

Roxi

En la penumbra de la noche, donde la oscuridad danza,

Se oculta un secreto, una sombra que avanza.

Susurros de deseo, promesas de pecado,

En el silencio, nuestros cuerpos entrelazados.

La tensión en el aire es palpable mientras me enfrento a Adam con determinación

Mis palabras resonando en la habitación oscura.

Antes de que pueda reaccionar, su expresión se oscurece con una ira incontrolada, su puño se levanta en un rápido movimiento.

POF

-GOLPE-

llega tan rápido que apenas tengo tiempo para reaccionar.

Siento el impacto como un rayo,

un estallido de dolor que consume mi rostro mientras mi cabeza se ladea con la fuerza del golpe.

Un zumbido ensordecedor llena mis oídos mientras caigo hacia atrás, el sabor metálico de la sangre llenando mi boca

El dolor es agudo y punzante, cada centímetro de mi piel gritando con agonía mientras luchó por recuperar el aliento.

"Eso es todo lo que tienes, ¿verdad?" murmuro, mi voz temblorosa pero firme tirada en el suelo.

"Eres patético, Adam. Un cobarde que solo puede recurrir a la violencia para salirse con la suya."

La expresión de Adam se retuerce en una mueca de ira y sorpresa, como si mis palabras lo hubieran golpeado más duro que cualquier puñetazo. 

Narrador

Por un momento, Roxi ve un destello de algo más en los ojos de Adam, una sombra de dolor y remordimiento que se desvanece rápidamente bajo su máscara de arrogancia.

Y entonces, en un instante fugaz, tengo un vislumbre de un recuerdo, una imagen de una mujer con ojos llenos de desprecio y disgusto mientras me golpea con fuerza.

"Eres un monstruo", dice, su voz llena de amargura y desprecio. "Nunca serás nada más que un monstruo para mí."

El recuerdo se desvanece tan rápido como vino, pero en ese breve momento, Roxi sabe que ha golpeado una fibra sensible en Adam. Por un instante, ella ve la verdadera oscuridad que se esconde dentro de él, una oscuridad alimentada por el dolor y la traición.

Con un gruñido de frustración, Adam se da la vuelta y sale de la habitación, dejándola sola en la oscuridad con el eco de sus pasos retumbando en sus oídos. Pero a pesar del dolor y la humillación, sabe que esta no es la última vez que se enfrentan.



Roxi dice "Y la próxima vez, estaré lista".


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El Chico en la Penumbra: Tras las Sombras del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora