El Chico en la Penumbra: Tras las Sombras del Deseo

CAPITULO 5: ¿Roxi podra escapar?

Roxi, con el sabor amargo de la sangre en sus labios, se levantó de la silla como un ave herida que intenta volar.

"No logré saber cuál era el trato", susurró para sí misma, mientras la oscuridad del bosque parecía cerrarse a su alrededor como una trampa.

La atadura que la sujetaba estaba suelta...

como si Adam hubiera querido darle una oportunidad de escapar.

Pero Roxi no se detuvo a pensar en eso
Abrio la puerta con sus fuerzas
Vio un inmeso bosque,

Ella simplemente corrió, con el dolor del golpe aún latente en su cachete.

No puedo con el dolor
¿Realmente tengo que tolerar esto?

Los árboles altos y oscuros parecían danzar a su alrededor,
sus ramas como brazos que intentaban atraparla.

Pero Roxi siguió corriendo, con el viento en su cabello y el miedo en su corazón.

Hasta que, de repente, una mano la agarró del brazo y la detuvo en seco.

Roxi se dio la vuelta y vio a Alex, su mirada era fría y distante, como la luna en una noche sin estrellas.

"¡Impostor!", gritó Roxi, intentando zafarse de su agarre. "¡Maldito traidor! ¡Déjame! ¡Idiota!"

Alex no respondio.

Una expresión vacía dio, como si hubiera perdido su alma en el bosque.

Darse cuenta de la realidad, dando entender los problemas que traeria para Roxi

Realmente Alex no era el amigo que creía que era.

Fuerte.
E

se hombre era muy fuerte..

¿Zafarse es realmente una opción?

Con un movimiento veloz y silencioso, como una sombra que cae,
Alex descargó su mano, un golpe preciso y fatal.
El dorso de su mano, un arma letal y fría,
Golpeó la cabeza de Roxi, y ella se desplomó, sin vida.

Su cuerpo cayó al suelo, como una flor que se marchita,
Inconsciente y vulnerable, sin defensa ni grita.
La habitación se volvió oscura, un vacío sin sonido,
Como si el tiempo mismo se hubiera detenido, sin movimiento ni ritmo.

Alex se quedó allí, mirando a Roxi con una expresión vacía,
Sin emoción ni piedad, como una estatua de piedra fría.
Luego, se dio la vuelta y se acercó a Adam, que esperaba con una sonrisa,
Una sonrisa burlona y cruel, que helaba la sangre en las venas.

Roxi abrió los ojos, pero la oscuridad la envolvía,
Un manto negro que ocultaba la realidad.

La habitación, un laberinto de sombras sin fin,
Donde la luz se escondía, y
las sombras se retorcían, serpientes vivas,
Que se movían con sigilo, con un susurro que helaba.

Y en ese silencio, voces lejanas resonaban,
Susurros que parecían venir de la eternidad.
Ecos en una caverna vacía, un lamento sin fin,
Que resonaba en el alma de Roxi, como un grito sin voz.

"Vaya, parece que atrapaste a mi conejo...", dijo una voz.

"Es un fastidio tener que lidiar con tus fetiches, Adam...", respondió Alex.

"No es nada que no estés acostumbrado", dijo Adam, su voz era un cuchillo que cortaba el aire, dejando un rastro de ironía.

"No importa cuando sea lo que te debo, pero tener que...", empezó a decir Alex, pero Adam lo interrumpió.

"Vete si piensas que eres libre de librarte de esto", dijo Adam, su voz era un golpe, un puñetazo que dejaba a Alex sin aliento.

Hubo un silencio incómodo, un vacío que parecía tragarse todo a su alrededor, como si la habitación misma estuviera esperando algo.

"Exacto", dijo Adam, su voz era un susurro, un secreto que solo él conocía. "Ya sabes que quiero que hagas".

Roxi se despertó.

Vio a Adam afilando su cuchillo, su mirada era fija, como si estuviera hipnotizado por la hoja.

Alex estaba en la puerta de la habitación, su mirada era vacía, sin expresión, como si fuera una estatua de piedra.

"Como era habitual en él"

"No entiendo por qué ayudas a este retorcido, Alex", dijo Roxi, su voz era un grito, un lamento que parecía venir del fondo de sí.

Pero Alex no respondió, simplemente se quedó allí, sin moverse, sin expresión.

Continuara...

Hawa
"No me siento a gusto contigo"