𝐃𝐀𝐌𝐍 𝐄𝐑𝐎𝐓𝐈𝐂 𝐏𝐄𝐑𝐕𝐄𝐑𝐓 ┊Katrina es una joven fuerte y decidida que ha tenido que enfrentarse a numerosas adversidades desde que era una niña. Criada en un entorno difícil y sin apoyo familiar, se ha acostumbrado a luchar por sí misma y...
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Quince minutos.
Toji había estipulado quedarse solo quince minutos en aquel sitio y luego retirarse. Sin embargo, el tiempo parecía distorsionarse dentro de aquella inmensa casa, donde el césped impecable y las múltiples sirvientas ataviadas elegantemente lo recibían.
Atravesó la puerta con el firme propósito de no quedarse más allá del tiempo acordado, pero el entorno lo absorbía de tal manera que una hora había pasado inadvertida.
Una situación habitual era ver a ese niño observándolo con asombro desde abajo, con la boca abierta.
─Enano, ¿dónde está tu padre? ─el menor se detuvo en seco, inmóvil en el mismo lugar, mientras un rubor rosado se apoderaba de sus redondeadas mejillas en respuesta al hecho de que el pelinegro le hubiera dirigido la palabra.
─Vaya. Hasta que te dignas en aparecer.
Un hombre de estatura alta, vestido con un yukata de color oscuro y un obi negro, irrumpió en la conversación entre Fushiguro y el menor. En su mano derecha sostenía una botella de calabaza con licor, claramente embriagado por la cantidad de tragos que había consumido. El menor, al percatarse del estado en el que se encontraba su padre, corrió hacia él intentando ayudarlo, pero al notar la tensión en el ambiente entre el hombre y Fushiguro, decidió retirarse y dejarlos a solas.
La atmósfera se cargó con un silencio incómodo, mientras ambos hombres se miraban fijamente, esperando a ver quién tomaría la iniciativa para romper el hielo que se había formado entre ellos.
─¿Cuál es la razón por la que me has hecho venir hasta aquí? Estoy ocupado.
─Dales la orden a tus putas de que esperen por tí, no es complicado. ─ambos se dirigieron hacia una habitación apartada para poder conversar sin ser interrumpidos. ─Pronto tu hijo cumplirá años.
─Creí haber dejado claro mi opinión sobre ese tema. ─vociferó el pelinegro.
─No debes opinar en este asunto. Ese niño medio huérfano necesita ser educado para poder eventualmente convertirse en el líder del clan. A pesar de los errores de su padre, se le permite mantener el apellido, deberías agradecer. Pobre engendro.
El corazón del pelinegro ardía con fervor mientras trataba de procesar la difícil decisión. Había sido presionado y amenazado por el clan Zen'in para incorporar a su hijo en sus filas, algo que él nunca había deseado ni previsto. Sin embargo, se sentía culpable por no haber sido un buen padre y por haber permitido que la situación llegara a ese punto.
Sabía que al hacerlo, ponía en peligro la vida de Megumi, pero también sabía que si se negaba, tanto él como su pequeño serían castigados severamente. La presión era abrumadora y la incertidumbre lo consumía por dentro. No podía permitirse fracasarle a su hijo, pero tampoco podía permitirse ir con todo contra el clan.
En su mente, se debatía entre hacer lo que no creía correcto y proteger a su familia, aunque eso significara involucrar a su hijo en un mundo oscuro y peligroso. Era una decisión que le pesaba en el alma y que lo atormentaba día y noche.
