𓋼𓍊 Capítulo 2

15 4 4
                                    

Aaron

Una vez más las clases habían comenzado y las vacaciones de verano habían llegado a su fin. Nuevamente la misma rutina fastidiante regresaba y con ella un nuevo ciclo escolar daba inicio.

Como todos los primeros días, los adolescentes se amontonan en la puerta principal del colegio para entrar y escuchar las mismas y típicas palabras de bienvenida y aliento que nos daba el directos cada año, para luego apresurarse a sus aulas y demandar como propios los bancos donde se sentarian el resto del año.

Yo no tuve que hacer mucho, todos sabían que el último banco del fondo era mío cada año, así que solo llegué y coloque mis cosas en mi silla. Unos momentos después mi mejor amigo hizo presencia en el aula, tan apresurado y adormilado como siempre.

- Agh, otro primer día -dice para luego soltar un bostezo qué logra contagiarme y sentarse a mi lado.

- Hola a ti también, Luka - conteste.

-Oh sí, hola Ronnie. ¿Que materia tenemos la primera hora?

-No se, ni me interesa. Quiero dormir.

-Veo cuanto te encanta levantarte temprano - Me responde de forma sarcástica con un tono divertido en su voz.

-No empieces con tu sarcasmo, porque no voy a tener problema de aventarte por la ventana que esta detrás nuestro.

-Entendido, fuerte y claro. Hablarte por las mañanas es una carta de suicidó.

Luka no logro decir ninguna otra estupidez más debido a que la profesora había ingresado y dado inicio a la clase. Como todos los años nunca podían faltar las presentación entre profesores y alumnos aunque no hubiese nadie nuevo a quien presentarse, luego de conversar los mismos acuerdos áulico de cada año, la divertidisiama clase de matemáticas dio inicio con un breve repaso de los temas vistos el año pasado.

- Muy bien, Aaron, los ejercicios están perfectos, puedes ir a sentarte. - Aunque no lo parezca soy muy buen alumno.

Una vez nuevamente en mi asiento no tuve que hacer nada más por le resto de la hora, ya que mis compañeros tardaron milenios en resolver algo tan fácil, lo que demoro todo el resto de la clase.

El resto de las materias pasaron tan aburridas como de costumbre y gracias a dios el timbre del recreo resonó fuerte avisando que podíamos descansar de esta tortura al menos por un rato.

Al salir al patio del receso mi mejor amigo me pidió que lo acompañaste a buscar el desayuno qué nos otorgaban las auxiliares de la institución cada mañana.
En ese pequeño lapso en el que esperaba por Luka, algo llamo mi atención.

Una chica que parecía ser de mi edad, con el pelo castaño largo hasta la cintura y una sonrisa deslumbrante qué me cautivo. No la reconocía, lo que era extraño ya que todos aquí en Portobelo parecían conocerse. La vi riendo junto a una chica de la otra división, creo que se llama Aidana, supongo que la chica de bella sonrisa a su lado es su compañera, debe ser nueva por aquí.

Un golpe en mi brazo me trajo consigo a la realidad. Mí mejor amigo reía a carcajadas a mi lado.

- ¿Qué tanto mirabas tú, eh? -Luka siguió la dirección de mi mirada hacia aquellas chicas -¿Y ella quien es?

- Se lo mismo que tú, nada, y tampoco me interesa saberlo. Volvamos al salón.

- ¿A caso te gusto la linda chica nuva, Ron? - Chasquee la lengua con molestia al oír la nueva estupidez que pronunciaban sus labios.

-No. Además tampoco es tan linda.

- Como digas, pero avisale eso a tu cara.

-Tirarte por la ventana sigue en pie, recuerdalo. -Luka solo ríe divertido ante mi amenza, ya esta tan acostumbrado que no surge el efecto de espantarlo.

¿Muy pronto para decir "Te amo"? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora