✨La Diadema de Oro✨ (Shadowpeach ) Lmk

Capitulo 8 / ?

||💠 Revelaciones y Decisiones 💠||

Macaque avanzaba lentamente hacia el campamento, cada paso cargado de la angustia y las dudas que lo atormentaban. La conversación con uno de sus viejos compañeros había dejado cicatrices profundas en su mente. Las preguntas y las incertidumbres se agolpaban en su cabeza, cada una más dolorosa que la anterior. La sensación de inquietud era casi palpable, y su corazón latía con una intensidad que le parecía imposible de soportar.

Nunca antes había sentido una ansiedad tan abrumadora, ni siquiera durante los tiempos más oscuros con Wukong. Los recuerdos y las preocupaciones lo habían arrastrado a un torbellino emocional, y antes de darse cuenta, ya estaba frente al campamento. La atmósfera, cargada de una calma engañosa, contrastaba con el caos interno que vivía.

MK, sentado junto a Tang, levantó la vista al notar la llegada de Macaque. Su rostro estaba marcado por la preocupación, como si estuviera a punto de recibir una mala noticia.

-Macaque, ¿estás bien? -preguntó MK, su voz llena de inquietud al ver la expresión tensa del mono.

-¿Y la madera? -inquirió Tang, notando el retraso y la falta de las esperadas provisiones.

Con un gesto lleno de frustración, Macaque arrojó el libro al suelo con un golpe seco, el sonido resonando en el ambiente. La acción, cargada de enojo, hizo que ambos amigos se quedaran paralizados, incapaces de procesar lo que acababan de presenciar. Tang se quedó sin palabras, confundido y sorprendido. Sabía que el libro era un tema delicado, uno que Macaque no debería conocer.

MK, con el rostro pálido y la mente abrumada por la culpa, se levantó de su asiento, tambaleándose ligeramente. Sabía que no podía seguir ocultando la verdad.

-Mira, Macaque, mi intención nunca fue ocultarte la razón de este viaje. Realmente no sabía cómo íbamos a empezar -dijo MK, nervioso y rascándose la nuca-. Pero sabía que, sin importar cómo, íbamos a hacerlo como un equipo. Hasta que el sello se rompió y la corona se contaminó...

Macaque lo miró con una seriedad que heló el aire. Las palabras de MK parecían insuficientes ante el dolor que sentía.

-Creo que es suficiente -dijo Macaque con una frialdad dolorosa-. Gracias por intentar ayudarme, o lo que sea. Pero yo mismo me sacaré esta corona rota de la cabeza...

Con un giro brusco, Macaque empezó a caminar hacia el bosque, su figura oscura recortándose contra la luz crepuscular. Sintió una mano en su hombro, deteniéndolo en seco. Era MK, con una súplica en la voz.

-Macaque, por favor, no huyas otra vez. Sé que esto no fue tu culpa, pero déjanos arreglar el error que cometimos... Que cometí -MK intentó apelar a su sentido de equipo, sus palabras cargadas de desesperación-. Vamos, Macaque, sé que de alguna manera podemos romper esa corona. Pero confía en nosotros, ¿puedes?

Tang, también se acercó, colocando una mano en el otro hombro de Macaque, su mirada llena de arrepentimiento.

-Sí, Macaque, no te vayas, no lo hagas solo otra vez. Tal vez cometimos el error en primer lugar de ponerte eso en la cabeza para, tal vez, ayudarte sin quitarte tus poderes.

El aire estaba tenso, cargado de emociones no dichas. Macaque, con el corazón dividido entre la desconfianza y el deseo de creer en sus amigos, sintió el peso de sus palabras. La esperanza de que aún había un camino hacia la redención y la posibilidad de reparar el daño parecía al alcance de la mano, pero las dudas seguían presentes.

En ese momento, el destino de Macaque y sus amigos pendía de un hilo, y la decisión que tomara podría cambiar el curso de sus vidas para siempre. La noche se cerró alrededor del campamento, la oscuridad del bosque envolviendo sus corazones en un manto de incertidumbre.