¿Aún me amas?

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Alexander:
Amor mío, que prohibido eres entre los frutos de los frutos, bello y magnífico entre los árboles del infierno. . . Acojeme entre tus brazos y cubre mis hombros con gran calor similar al astro eterno.. besa mis mejillas y mis labios; que ignorante soy yo al no saber de tú amor, pero ahora que lo he comprendido, ven a mí, vuelve y besame, besame hasta sangrar y saber que soy tuyo en realidad. . . Te extraño como el hombre de carne extraña al paraíso y a su padre.. te extraño tanto... Que mi alma, se ha de perder entre los caminos del abismo si no te he de encontrar, guíame nuevamente con tú dulzura hacía tu eterna presencia... Y corresponde lo que alguna vez tuvimos; Amor... Aunque, ahora que ante la bestia me hallo, te he de rogar de rodillas que perdones mi blasfemia y mi ser pusilánime. . . Que abras tus ojos lacrimosos para cumplir nuestra promesa: "He de estar contigo desde el principio de los principios y del final evidente; he de caminar contigo al altar y he de morir a tú lado.. que la muerte nos perdone y que el maligno se apiade de nosotros, puesto que después de muertos nos hemos de seguir amando, aunque en la lava del averno tengamos que arder"... O, ¿Acaso habrás olvidado aquellas palabras que tan llenas de jubilo me vociferaste sobre el oído?. . . ¡Que cruel!, ¡Que cruel eres..! Cariño; ¿Porque no vienes aquí y besas mis labios?, ¿Porque no vienes aquí y te posas entre mis brazos?... ¿Me cambiaste por la princesa?. . . ¿Me cambiaste por ella?.. ¿Acaso no sabes que aún te estimo?, ¿que sueño contigo todas las noches de mi mísera vida?. . . ¡TE RUEGO! ¡TE LO IMPLORO! ¡VUELVE CONMIGO!. . . Consuela mi pobre alma que en la punta del abismo está. . . ¿Acaso el amor no es suficiente?.. ¿Acaso no lo es?, ¿Acaso esto es para tontos?. . . ¿Esto es algo pasajero?. . .

── Señor, señor, ¿Porque ha de llorar?... ¿Quién le ha causado tanta pena?; ¿Quién, quién?...

Lo miré. . . Pero que dulces son los niños que inocentes son por naturaleza. .

── Es simple nostalgia. . . No deberías preocuparte. . Pues como cualquier humano, he de derramar lágrimas por pena y dolor. . .

Y acaricié con mi mano su rostro; perderé la cordura. . . Te necesito tanto.. como un borracho al alcohol. . . Napoleón. . .
Recordé aquello:
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(. . ㅤ.)

Napoleón;

Ví lo que fuí, infame y blasfemo, pues la muerte, que divina es, me esperaba sentada sobre mí cama, mirándome a los ojos; ¿esperaba acaso que me arrepintiera?. . . Y yo solo mordí mis labios; "Se que nacimos para morir pero.. déjame besarlo una vez más, he de pedir con egoísmo, que, mis pies no me fallen y caminen hacia la meta, en donde ellos me esperan de espaldas.. cumple mi último deseo, parca mía... Alarga mi vida, alarga la de él y la de todos aquellos que me amaron alguna vez". . .
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── Debería acercarse.. saludarlo siquiera o despedirse, sr. . .

Escuché alguna voz, externa a la mía, ¿Quién querría verme? ¿Quién?; solo abrí los ojos y lo ví... ¿Era posible esto?

── ¿A-Alexander?. . .

Susurré mientras alzaba mi mano a su supuesta figura, que se posaba en la puerta.

── Napoleón...

Y el alzó su mano en respuesta a la mía. . . Sin embargo, no ocurrió nada, pues aparté la mirada y el me dió la espalda.

── Oh..~ Napoleone, Napoleone. . .

Escuché sin precedente alguno; la poca curiosidad que me quedaba despertó, e hizo que mi mirada pudiera localizar a esa persona... Arthur Wellesley.

── Pero que descortés de mi parte...

¿Que era lo que quería? No tenía nada por ofrecerle o darle, ya no me quedaba nada, absolutamente nada.

Algo pasajero || Romanov & Bonaparte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora