Simples recuerdos.

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ㅤㅤ       R&B

ㅤㅤ   Aún recuerdo el dulce aroma de tú cuerpo, aquel que quedó Impregnado en mi alma y mi piel

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ㅤㅤ   Aún recuerdo el dulce
aroma de tú cuerpo, aquel que quedó
Impregnado en mi alma y mi piel.

1812

El silencio de ambos hombres decía todo. Ni siquiera podían verse a los ojos sin sentirse "derrotados", demaciadas emociones corrían por las venas de los dos. Se notaba que en cualquier momento si alguno se atrevía a ofrecer alguna simple caricia todo se derrumbaría y volverían a caer en el infierno de la ignorancia y cegera.
Alexander estaba tan conciente de eso, sin embargo, cayó ante los pies de Napoleón. Sin duda estaba tan seducido por su porte que se dejó llevar por las garras de la lujuria y el amor que los obligó a estar en esa situación escandalosa.
Trataban de silenciar algo tan bajo. Era completamente imposible hacerlo, cuando había por detrás suspiros, gemidos y sollozos de un placer imposible.
Y el primero en actuar fué el eslavo de actitud gélida. Parecía tranquilo, aunque por dentro estaba hecho un desastre, ¿De que se arrepentía?, ¿No era acaso eso era lo que había deseado casi durante esos años de supuesta relación?.
Caminó sin pena al costado del que había hecho "suyo" durante algunas noches y simplemente se dedicó a bajar la mirada. ¿Que tanto pensaba?.. ¿Que era lo que reflexionaba?... ¿Realmente se arrepentía?.

── Alexander..── Susurro el Corso, evidentemente trataba de evitar que el contrario se fuera. Habían pasado demasiados días alejados de uno y del otro y sentía esa necesidad de tenerlo cerca suyo antes de volver a sus respectivas vidas normales.
Quería tener sobre su cuerpo el aroma del dueño de su corazón..

── Se terminó..── Dijo con tal simpleza que sus ojos se humedecieron con lágrimas tan amargas como el jugo de un limón. Sus entrañas se retorcía por dentro.. y su corazón estaba apunto de estallar como una simple tira de dinamita. Le dolía tanto... Se sentía morir.

── ¿Qué?.. ¿esto realmente no significó nada para ti?, entregué mi alma y mi corazón a tus deseos. Y mi cuerpo actuó bajo el tuyo. ¿Realmente esto no es nada?, ¿Entonces que es para tí todo esto?...── Exclamó el de sangre Italiana. Su mano descubierta tocaba su pecho desnudo, sus labios delgados temblaban y su expresión mostraba desepcion. Había esperado tanto para ese momento... Y todo se había ido por la ventana como si de basura se tratase.

── ¿Por qué conformarte conmigo?, conoces a tantas personas.. ¿y entre ellas me elegiste a mi?, que completa estupidez...── Detuvo su caminar justo frente a la gran puerta de la habitación.. tan reluciente como las estrellas en una noche de luna...
Sus ojos azules, apagados por la pena miraron directamente a los de su amante. Los zafiros grises por los años, se apartaron de los suyos...
El silencio tan abrumador del que habían escapado volvió a reinar como nunca. Napoleón, simplemente empezó a vestirse algo apresurado. No se despidió, no lo beso, no hubo nada entre los dos, simplemente pasó al lado de Alexander y se fué...

"La ausencia de él me sigue
doliendo...Su risa y sus dulces
caricias perduran en mí cómo si
fueran huellas en el prado"

Alexander;

Con esperanza esperaba la llegada de aquel comandante de figura tan cautivadora y fragancia natural. Esperaba las caricias que quizás me proporcionaría y los besos tan desenfrenados y apasionados que adoraba conceder. No podía esperar a que su risa inundara el palacio imperial.. por eso siempre mantuve una gran serenidad, esperanza y pasión por verle nuevamente... Quizás no me expresé bien aquel día de primavera con rafaga invernal, pues las dudas malignas comían mi mente y por no lastimarle tuve que apartarle tan bruscamente.. me dirán cobarde y puede que yo sea tal cosa llena de prejuicio. Sin embargo.. duele más admitirlo frente a él, una figura de alto valor, inteligencia y gran atractivo...
Me mantuve con la frente en alto, esperando su presencia frente al gran ventanal que adorna alguno de los muchos cuartos del castillo. Mi vista siempre se perdía en el horizonte, mientras que, mis ganas de ver a algún soldado francés escoltar algún carruaje aumentaban la adrenalina y nervios de mi cuerpo. Me incitaban a marcharme por asuntos del país.. aunque yo no me iba, ¿Que tal si ese día, el se dignó a verme una vez más?.. ¿Que tal si ese día me contaba alguna de sus muchas asañas tan heroicas para mí y para el?, ¿Que tal si el se dignaba a besarme una vez más?.. ¿Si el me seducía nuevamente con sus movimientos tan naturales y elegantes?... ¿Cómo reaccionaría el si se enteraba que yo no estaba cerca de su esencia?... Me odiaria, ¿Cierto?. Ahora lo único que puedo hacer es esperarlo hasta que se digne a aparecer.. hasta que ambos extrañemos la presencia del uno y del otro y nos demos cuenta que esto, no es Algo Pasajero.

── Señor.. no pretendía interrumpirlo... Y me disculpó si lo hice, pero... El ejército Napoleónico está invadiendo el país.. ¿Que hacemos?..─

Mantuve mi mirada en la mesa en dónde me hallaba elaborando algunos trabajos interiores. Ebozé una sonrisa ladina y me mantuve en silencio. ¿Por fin te dignaste a aparecer?.. y también parece que te dejaste llevar por los rumores venenosos de mí país. Me sentía algo emocionado y preocupado a la vez. ¿Que debería hacer ahora sí mis ansias subían por los cielos y me daban unas ganas enormes de verte?.. acariciar aquel cuadril y esa tez tan delicada y bella que me cautivó ayudaban a acrecentar mi excitación.
Oculté aquello con la orden de una reunión rápida para ayudar a combatir las fuerzas del ejército francés y de él...

Y así pasaron los días en los que mi país agonizaba por las golpizas continuas del que fué algún día mi mayor y apreciado aliado. Seguía esperando su presencia y no simples cartas que mostraban lo vacía de la situación y su gran deseo por verme.. yo simplemente requería de sus acciones. Si invadió mí país sin decir nada, ¿porque no puedo esperar su presencia para que calle mi boca sin decir una sola palabra?. Quizás yo sea demaciado duro o simplemente.. amo cuando el ruega por algo con su propia voz y con sus acciones tan calculadas que son tan comunes de el...
Incluso cuando se dió la orden de quemar Moscú, no dejaba de pensar en tí.. y en lo difícil que debes de estarla pasando con este viento algo helado, tan común de los países eslavos... Parezco un ignorante y alguien que no se preocupa por su gente... Sin embargo, si me preocupo por ellos y por tí mi dulce amor prohibido.

"No he pasado un día sin amarte; sin tener en mis brazos aquella dulce sensación que acelera mi corazón; con tú calor y tú esencia que llena mi ser de gloria y ambición. Aunque mi mente este sumergida en la guerra que devasta vida y que arrebata mi sonrisa, te hallas solo en medio de un campo de sanguinem; esperando a mi llegada.. quisiera sacarte de aquel infierno y volver a llenar tus memorias con recuerdos de beldad. Aquellos que has perdido entre sangre y muerte. Por eso te ruego que vuelvas a mí... Tomaré tú mano entre la tormenta y te protegeré de la brisa"

R&B








Algo pasajero || Romanov & Bonaparte. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora