La vida de Park Jimin es un desastre, el panorama mejora cuando consigue un nuevo empleo, todo sería perfecto si su nuevo jefe no fuera el hombre con quien compartió una noche de pasión desenfrenada.
⠀ .⠀ ⠀‿‿ ‿‿ ୨ ୧ ‿‿ ‿‿⠀ ⠀.⠀⠀
Jimin ya...
Por un momento dejo de pensar para seguirle el beso porque es lo único que mi mente me dicta, pero cuando recobro el sentido lo empujo. Jungkook se muestra descolocado por un segundo y yo también. Estamos en el trabajo y a pesar de que nadie nos ve, está mal hacerlo aquí.
—¿Qué rayos, Jungkook? —Mi corazón late rápidamente, pero yo lo ignoro, diciéndome a mí mismo que es por el susto que alguien nos vea y no porque el beso me ha afectado—. No puedes besarme así como así. Mierda.
—Hace unos segundos te dejaste llevar. —Por lo visto a él le ha afectado el beso porque respira entrecortadamente y su pecho sube y baja con fuerza. Quiero cerrar la distancia entre nosotros, apoderarme de él y volver a sentir sus labios tibios sobre los míos. Pero cuando lo veo y me doy cuenta de dónde estoy, mis sentidos me alertan.
—Estamos bien así como conocidos, ¿por qué quieres joder esto? —Estoy tan malhumorado y con tanta frustración que empiezo a despotricar contra él—. Solo nos hemos acostado una vez, ¿qué más quieres? ¿El segundo round? Estamos en el trabajo, Jungkook, y por mucho que quiera repetir contigo no es correcto. Eres el jefe y con solo una palabra hacia mí estoy despedido. Yo tengo mucho que perder a comparación de ti. Deja de ser egoísta y no vuelvas a acercarte a mí a menos que sea algo estrictamente del trabajo.
Dicho eso salgo de allí cruzándome de bruces contra Yujin, quien me mira asombrada. Estoy alterado sintiendo mis mejillas calientes, apuesto a que mis labios también los están por el beso, pero le sonrío cuando ella me saluda. Con disimulo levanto mi dedo pulgar y limpio la comisura de mis labios, solo por si acaso.
—Hola, Jimin.
—Hola, Yujin —digo pasando por su lado sin detenerme a hablar con ella un segundo más.
Pero ella tiene la desfachatez de hablarme.
—Que tengas un buen día. —Sí, tú también—. ¡Oh, hola, Jungkook! ¿Qué ocurrió en la reunión con Jay Park...?
No alcanzo a escuchar porque la puerta se cierra y yo doblo la esquina, no sin antes ver que ahora ella se ha encerrado con Jungkook donde anteriormente estábamos. Ignoro la oleada de celos que me atraviesa y bajo al primer piso donde es mi lugar. Yoongi y Chaewon están en sus sitios, así que me siento en el mío y trato de no pensar en lo que acaba de suceder. Me sumerjo en mi trabajo para mantener mi mente ocupada y no estar pendiente de Jungkook.
Creo que no tengo mucho éxito en eso porque exactamente cuarenta y tres minutos después baja Jungkook y se dirige a su despacho sin una sola mirada en mi dirección. Trato de no comerme la cabeza en ello, pero es imposible cuando he notado su cabello revuelto y su camisa semi-arrugada.
Esta vez cuando cojo el manuscrito en mi mesa, lo aprieto tan fuerte que algunas hojas se doblan.
En mi mente repito mi mantra.
Deja de pensar en él. Deja de pensar en él...
Funciona. Por un rato.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.