¿Por qué me dejaste ir?

0 0 0
                                    

Una vez leí que las personas inteligentes aprenden de los errores de los demás, siempre me he considerado inteligente, o eso creí hasta que el me hizo sentir, perdida en mi propia piel.

24 de noviembre, 2022.

Creo en Dios desde que tengo uso de razón.

—Venga Amara, vas a llegar tarde.

Termino de trenzar mi cabello observando que ningún mechon rebelde este fuera de lugar. Tengo cierta mania con el orden de las cosas, me gusta que todo esté como debería ser. Cabello perfectamente trenzado, vestido largo y sin arrugas, zapatillas bajas y cómodas. Amo el orden, pero entre mi hermana y yo, ella es la responsable.

—Por el amor de Dios...

Escucho como se queja de mis actos cuestionables desde el otro lado de la habitación. Termino finalmente con mi cabello e inmediatamente salgo a su encuentro.

—Es pecado utilizar el nombre de Dios en vano. —Sonrío sin poder evitarlo, al encontrarla en la sala, ganandome de lleno "La mirada" esa de ceño fruncido y labios apretados mientras deja de observar la hora en su reloj de muñeca.

Siempre tan pendiente del tiempo.

—También es malo llegar tarde tu primer día de trabajo.

Cómo niña chiquita le saco la lengua.

Vera es mi hermana mayor, pero también la persona que ha cuidado de mi desde que tengo conciencia. Si me enfermaba, ¿Quién me cuidaba?, Vera. Si tenía un examen, ¿Quién me ayudaba a estudiar?, Vera.

Vera. Vera. Vera.

Ella era mi admiración.

—Lo bueno se hace esperar— guiño un ojo.

–¡Venga, pues!—Se ríe empujándome fuera de casa. Y se siente como si acabará de tirarme a la vida adulta, cosa que realmente hizo. —¡Llámame cuando salgas, te amo!!

Y cierra la puerta justo frente a mi nariz.







Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Desearía no desear haberte conocidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora