Atrapado en un reto

Nueva Ama

??: Jejeje, esta era la sorpresa que me tenías preparada?

Amanda: Efectivamente, sabía que te iba a gustar, además, está atemorizada.

Dijo para después soltar una malévola y breve risa que terminaría de afirmar las sospechas de María, definitivamente la odiaba.

Detrás de Amanda se encontraba Sofía, conocida por casi todo el instituto dónde coincidían todos, ella era considerada la bully, era capaz de hacer lo que sea por llevar a cabo sus planes normalmente retorcidos, era una chica mimada en todos los aspectos.

Su aspecto físico estaba cuidado de pies a cabeza, empezando por esos tobillos y piernas limpias y no bastante morenas que siempre lucía en junio, siguiendo por su cintura simplemente perfecta, su barriga con su característico pircing en el ombligo, sus senos que si bien, no eran pequeños, tampoco eran muy grandes, y para terminar su preciosa cara, labios carnosos, nariz pequeña, ojos perfectamente simétricos y su pelo, liso y tintado de rojo. A decir verdad, casi perfecta, si no fuera por su actitud de niña caprichosa y egoísta.

Bajaron juntas las escaleras hasta pisar el suelo del sótano y ver a su muñeco de pruebas en frente de sus narices, maniatada y sin posibilidad de defenderse, una presa perfecta.

Amanda: Te doy los honores para hacer con ella lo que quieras.

Sofía se acerca poco a poco, saboreando lo que siempre habia soñado, tener a alguien bajo sus pies.

Al llegar levantó su pie derecho y le atinó una patada en todo el pecho haciendo que esta se caiga para atrás. Ya en el suelo Sofía se acercó por el lado y se sentó en el suelo poniendo sus pies en dirección a la cara de María.

Maria: Dios... Estáis locas, no podéis hacerme esto.

Sofía: Ja! Si que puedo, de hecho lo estoy haciendo.

María: Sabes? Siempre me has caído mal.

Sofía: No me importa, no soy tu psicóloga, ahora mismo no estás en posición de reprocharme nada, harás lo que te diga, no tienes más remedio.

María, impotente, agachó su cabeza aceptando su destino, no podía hacer nada.

Sofía se dispuso a quitarse las convers que traía puestas, así desprendiendo un olor en todo el sótano casi inaguantable, este olor era diferente a los demás, no era tan desagradable, más bien era como a sudor.

Sofía: Bien, ya estás tardando en oler mis zapatillas, y no pienses que te las voy a acercar, tendrás que raptar cómo puedas.

María sin más opciones se dispuso a raptar, tardó aproximadamente medio minuto en llegar a las zapatillas, acto seguido metió la nariz dentro de estas, Sofía con sus dos pies presionó la cabeza de María por detrás intentando hacer que se ahogase.

Era una sensación horrible, dentro de las zapatillas estaba el mismo aroma de antes, sin embargo, era más cálido, además, la plantilla de estas estaban empapadas de sudor ya que Sofía venia sin calcetines y todo el sudor que desprendían sus pies iban directamente a estas.

Después de unos minutos dejó de presionar su cabeza y María sacó su nariz de las zapatillas, hiperventilando y recuperando oxígeno.

Sofía: Ya está bien, ahora besarás mis pies cómo si fuera una diosa, TU DIOSA.

María: P-por supuesto Diosa.

Sofía: Ja, esto es mas fácil y satisfactorio de lo que me imaginaba.

Maria se puso manos a la obra, empezó besando sus talones, toda la superficie de las plantas estaban ligeramente sucias.

Sofía: Sabes? Ya me aburrí, ahora lamerás mis pies.

María: P-pero acababa de empezar.

Sofía: Acaso me estás contradiciendo?!

María: Por supuesto que no Diosa, haré lo que me pida.

Sofía: Así me gusta, ya estás tardando en empezar escoria!!

María siguió por donde lo había dejado, sus talones, daba lengüetazos por toda la planta, llevándose a la lengua toda la suciedad y restos que habían en sus pies.

Amanda se acercó.

Amanda: Quieres que te ayude con esto? Ahí te va.

Soltó un escupitajo en los pies de Sofía, el cuál se deslizó y cayó suavemente en la boca de su sirvienta.

Después con su pie aplastó la cabeza de María mientras ella seguía lamiendo y lamiendo.

No se detuvo en ningún momento, ya había aprendido la lección, de hecho, parecía que lo hacía hasta mejor.

Entres lamidas y lamidas Amanda escupía en la cara de María, humillandola hasta el punto más extremo.

Después de aproximadamente una hora se escuchó cujir la puerta del sótano, a lo que miraron todos...

INFO: Podéis darme ideas para nuevas historias que publicaré más adelante o bien para terminar esta en cuestión, de todas formas, muchas gracias a los que están votando estas historias y a los que están simplemente leyendo, sentíos libres de decirme lo que queráis. Muchas gracias por leer :)