Que está haciendo

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Emma solo tenía 8 años cuando hizo esa pregunta a su padre quien le acompañaba en el tren, Y es que la escena era algo diferente. Pero comencemos por conocer un poco a emma.

Emma era hija de Julio un hombre que se dedicaba a vender jugos en una unidad deportiva cuya esposa se quedaba en casa a cuidar del resto de la familia. Emma era una chica curiosa por naturaleza, le encantaba jugar con sus muñecas pues solo era una niña. Solía jugar a la comidita y a las escondidas, también cuidaba de sus hermanos menores y hacía lo que podía para ayudar a su madre con las labores de la casa. En pocas palabras emma era una niña en toda la extensión de la palabra.

Ese día el padre de emma la llevó consigo porque habría un curso en la unidad deportiva donde Él trabajaba, y quería que emma aprovechara la oportunidad. Esta era una forma de aligerarle la carga a su esposa quien estaba muy ocupada en casa con los otros dos niños mientras emma estaría ocupada en su curso, Julio aún no sabía de qué se trataba el curso pues en ese momento la inscribiría. Así es que tomó de la mano a emma cruzó la carretera principal y entró a los andenes del metro, mientras tanto emma observaba todo el bullicio que implicaba trasladarse en esta ciudad, había jóvenes corriendo para llegar a clases hombres ocupados leyendo el periódico, había personas tocando varios instrumentos en la entrada al metro pidiendo algunas monedas en fin era un día bastante ajetreado. Cuando Julio yema entraron en el vagón que les correspondía tomaron asiento pues había lugares disponibles.

De pronto como si el tiempo se detuviera entró una mujer muy bien parecida de atractiva figura y un rostro Lozano, a pesar de que ya tendría algunos años pues su cabello delataba que era una mujer de edad. Entró al mismo vagón que emma y su padre Julio y con esta mujer venía un jovencito que le seguía por detrás. La mujer tomó asiento y le indicó al niño que hiciera lo mismo. Mientras comenzaba en el recorrido emma no dejaba de observar a esta mujer y al niño que le acompañaba. La mujer cruzó la pierna mientras leía un libro, mientras tanto el niño un poco aburrido solo la observaba. No habían pasado ni 5 minutos de que había comenzado el trayecto cuando el niño le dijo...

- Y ahora ya puedo?

La mujer bajó el libro, se retiró los lentes y le dijo...

- Si está bien, pero hazlo con cuidado.

De pronto como si de un cachorro recién soltado de su correa el niño se abalanzó al piso comenzó a retirarle los tacones que traía puestos junto con unas tobimedias y mientras lo hacía olía y besaba los pies de esa mujer. Lo hizo de una forma brusca Y eso se podía percibir porque la mujer de pronto le dijo...

- Juan. Te dije que lo hicieras con cuidado. Mira que la gente te está viendo. qué van a decir de ti?

El niño volteó a ver a su alrededor y vio un par de rostros que estaban prestando atención a sus actos Y entonces se abochornó. Agachó la cabeza, le puso nuevamente las medias a la mujer y se sentó con rostro a disgusto.

Emma no sabía qué pensar lo único que se le ocurrió fue ver a su padre y preguntar...

- qué está haciendo papá.

El padre con discreción le dijo a emma que era de mala educación ver a otras personas.

De pronto la mujer sonrió al observar la situación y el público que había llamado con su acción. Entonces una vez más cruzó la pierna y ahora fue ella la que se quitó la media y dijo...

-Vaya que huelen estas medias, llevo 4 horas con estos tacones y recién me los estoy quitando no sabes cómo han sufrido mis pies.

Entonces levantó su pie desnudo lo acercó al rostro del niño y le dijo...

- Juanito puedes por favor frotar mi piecito pero hazlo con cuidado hijo recuerda que siempre tienes que tratar a las mujeres con mucha delicadeza, a nosotros las mujeres nos gusta que nos traten bien pero con cuidado. está bien hijo?

El niño dijo...- Sí tía está bien. Perdón.

Y comenzó a frotar los pies de la mujer. Y mientras lo hacía la mujer movía sus dedos de pronto los alejaba de las manos y tocaba la nariz del niño incluso con sus dedos presionaba su nariz y esto le causaba mucha risa. No sé en qué momento pasó de frotarlos a besarlos. De pronto la situación se tornó muy tierna el niño estaba muy ocupado mimando aquellos pies.

Mientras emma observaba la situación comenzó a sentir en su interior un poder que nunca había sentido como si hubiera descubierto un poder interno, un poder que siempre estuvo allí guardado pero que no había comenzado a fluir. Ese poder se reafirmó cuando vio el rostro de su padre y de otros pasajeros con ganas de ir y ser ese niño. A pesar de que solo tenía 8 años emma comprendió que esa mujer tenía no solo influencia en el pequeño Juan que le acariciaba y besaba sus pies sino en todas las personas de ese vagón.

Todo esto dejó una profunda huella en emma, fue como si ese viaje fuera un antes y un después en la vida de emma. De tal forma que cuando emma bajó del tren junto con su padre y llegó a la unidad deportiva sabía claro lo que quería. Y esto se evidenció en la elección de la actividad a la que se inscribiría. Antes de llegar emma quería asistir a un curso de repostería y tal vez preparar pasteles para sus hermanos y su madre. Pero ahora quería una actividad donde estuviera más activa así es que decidió atletismo. Su padre le preguntó..

- Estás segura que quieres atletismo. Recuerda que tú quieres hornear y te gusta mucho hacer comidas.

Emma contestó...

- Quiero correr, quiero correr mucho para que huelan mis piecitos y la gente quiera olerlos como los de esa señora que estaba en el tren.

A Julio le dio risa lo que pensó su hija pero no le dio muchas vueltas al asunto porque entendía que al final estar en atletismo implicaría menos gastos a lo mucho necesitaría un par de tenis y era todo mientras que si entraba repostería seguro requeriría más cosas, así que la inscribió a atletismo.


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