Día 2

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En las ajetreadas calles de Barcelona, España, el amanecer traía consigo una inquietud inusual. Ravageclaw, transformado en un león gigantesco de melena negra, corría desbocado por la ciudad. Su tamaño, igual al de una camioneta, parecía aún más imponente bajo la luz del sol naciente. Una antigua herida marcaba su pata trasera, un recordatorio constante de un pasado violento.

A su paso, coches se desviaban bruscamente, chocando entre ellos y provocando accidentes en cadena. El sonido del metal chocando contra metal resonaba por las calles, acompañado de los gritos de terror de los peatones y el repique lejano de las sirenas de emergencia.

De repente, en medio del caos matutino, una figura emergió con determinación. Un hombre, vestido con un traje de látex azul, negro mate y con toques blancos, se plantó firmemente frente al león. La valentía en su postura era palpable, contrastando con la furia desatada de la bestia.

Ravageclaw se detuvo en seco, sus ojos amarillos brillando con sorpresa y reconocimiento. La transformación fue inmediata y brutal: la bestia se encogió, su melena se desvaneció y el rugido se apagó en un jadeo. Cayó de rodillas, el pavimento rascando su piel humana recién recuperada.

Por un instante, el silencio reinó. Ravageclaw, ahora un hombre herido pero no vencido, se levantó lentamente. Su mirada se cruzó con la del hombre en el traje de látex, una chispa de desafío encendida en sus ojos. Bajo la luz dorada del amanecer, el aire fresco de Barcelona prometía que esta historia estaba lejos de terminar.

¡Tú! - exclamó con una voz áspera, mientras se levantaba

Ravageclaw - dijo sorprendido

¡Maldito superhéroe de tercera! - exclamó acercándose al español amenazante

No dejaré que me insultes así - dijo preparándose para pelear 

¿Estás seguro de eso Chronoport? - preguntó con una sonrisa sádica

Si - contestó para después detener a Ravageclaw en el tiempo y se teletransporta a atrás de e y trata de golpearlo pero Ravageclaw lo detiene - ¿¡qué!? - pregunto exclamando

No eres tan fuerte si no detienes el tiempo eh - contestó después de reír

Imposible yo..yo lo detuve - dijo todavía impresionado

¿Seguro? - cuestionó sacando un frasco que parecía tener una gota de color verde

No - exclamo con horror - dime que no tomaste Frov - agregó

Ravageclaw esbozó una sonrisa feral, sus ojos brillando con una mezcla de triunfo y desprecio. En un movimiento rápido y brutal, lanzó un cabezazo contra Chronoport. El impacto fue devastador, enviando al héroe volando por los aires. Chronoport chocó contra la fachada de un edificio cercano, el estruendo resonando como un trueno en las calles de Barcelona.

Los medios de comunicación no tardaron en llegar, sus cámaras enfocando cada detalle del enfrentamiento. Reporteros ansiosos se agolpaban, transmitiendo en vivo para una audiencia atónita, capturando la magnitud del caos que se desataba ante ellos.

Mientras tanto, Chronoport caía al suelo, todavía herido por el impacto. Se desplomó sobre el pavimento, luchando por levantarse. A su alrededor, el murmullo de la multitud y el parpadeo constante de las cámaras creaban un escenario surrealista. Pero a pesar del dolor, una determinación firme ardía en sus ojos.

Joder este tío me rompió la nariz - dijo para si mismo mientras se la reacomodaba

Ravageclaw se acercó a Chronoport con pasos pesados y una amenaza palpable en su mirada. La sonrisa sádica no abandonaba su rostro mientras se deleitaba con la vulnerabilidad de su adversario. Chronoport, con esfuerzo, se puso de pie, su traje de látex azul y negro ahora cubierto de polvo y escombros.

FaddeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora