Althea
Oh, no. No me puedo creer que vaya a estar en la misma clase que Aiden. Pero ya no se trata de eso, si no de que los astros parecen haberse alineado por un momento porque justo ahora se está dirigiendo en línea recta hacia mi mesa. ¿Serán impresiones mías? Vale, parece ser que no. Parece que, efectivamente, los astros se han alineado para que justo el único sitio libre de la clase sea el que está al lado de mi mesa.
Aiden se sienta sin decir nada. No puedo evitar fijarme en él, observándolo a través del rabillo del ojo. Le queda tan bien esa camiseta negra. Está bastante cambiado en comparación con el año pasado, pero el pelo castaño, más largo que antes de las vacaciones, le queda bastante bien. Está bastante serio, no creo que quedarse en esta clase sea lo que más le apetezca del mundo ahora mismo. Así, inmersa en mis pensamientos, pasan aproximadamente cinco minutos, o eso me parece a mí, aunque en realidad debe ser una eternidad porque, de repente, Aiden se gira y pregunta, en tono cortante:
- ¿Pasa algo?
Al principio pienso que no se dirige a mí y, extrañada, respondo:
- ¿Me estás hablando a mí?
A lo que Aiden responde:
- Claro, ¿acaso hay alguien más que lleve diez minutos mirándome fijamente?
Lo miro fijamente mientras pienso: ¿de verdad hacía falta ser tan borde? No voy a responder de manera amable, y menos con el tono irónico que ha utilizado en esta última pregunta, así que sonrío y mantengo la calma lo mejor que puedo, mientras le digo:
- ¿Acaso tendría yo algún interés en mirarte? Estaba mirando a la nada.
Aiden me mira sorprendido. ¡Já! No se esperaba esa respuesta. Pero, para mi sorpresa, gira la cabeza y mira al frente sonriendo sin decir nada.
Resoplo. Acabamos de llegar y ya está intentando terminar con mi paciencia. Pero no voy a dejar que esto suceda. Me levanto, cojo el bolso y, con una sonrisa, le pregunto a Ana que si le importa cambiarme su sitio en la segunda fila por el que he ocupado este rato yo, en la última. Ana sigue con la vista la dirección que le señalo y asiente riéndose. Vaya, parece ser que no soy la única que se ha fijado en el nuevo alumno.
La clase discurre con normalidad, entre presentaciones del profesor y una breve introducción de cada uno de nosotros y, cuando suena el timbre y la clase está prácticamente vacía, veo a Aiden acercarse a mi sitio. Otra vez.
- Una pena que hayas cambiado de sitio, iba a ser divertido. - Me sonríe y abandona la clase.
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PÍDEME LA LUNA
RomanceEs el último año de instituto y Althea pretende vivirlo al máximo. Siempre ha creído en el amor, le gustan las películas románticas y las sorpresas, pero realmente su historia sí que se convertirá en una. No se espera, bajo ningún concepto, que el c...