CAPÍTULO 51 - RENACIMIENTO

3.2K 299 56
                                    

CAPÍTULO 51.


Renacimiento.

James.

Mi mente me repite una cosa; su corazón se acaba de detener. Lo hace por largos minutos. Minutos donde su recuerdo inunda mi mente como una película, reiterándome cuanto le fallé. Hice las cosas mal y ahora no sé como hacer para evitar que ella se vaya.

La noche en la que pude haber evitado esto me trae nuestra conversación.

—¿Me utilizaste solo para follar?

—Es lo que tú has hecho todo este tiempo, ¿No? ¿Qué te sorprende? Necesitaba coger y tu me abriste las piernas en el mejor momento.

Esa imágen es un puñal mortal en mi consciencia, su rostro mostrándome cuanto la estaba hiriendo, y aquí estoy, rogándole a la vida que me dejara escuchar su dulce voz por un momento, volver a ver esa mirada tierna de amor que no la aproveché mientras la tenía.

No logro escuchar nada a mi alrededor más que ese pitido ensordecedor, veo como se rinden, como niegan con la cabeza ante la última descarga en su pequeño cuerpo. Cierro los ojos, negandome a aceptar esta realidad, una vida sin la mujer que amo no sería vivir.

Intento no desvanecerme al observar como colocan en su pecho el desfibrilador una vez más sacudiendo su pecho. Retrocedo mirando el monitor que me agita el pecho.

—¡Tenemos pulso!

Suelto un sollozo derrotado.

Está viva. Sigue aquí, no se ha ido.

Me dejo dominar por mis impulsos e ignoro todas las reglas de seguridad ingresando a la habitación

—¡Señor, no puede estar aquí! —los guantes frios de una de las enfermeras rodean mi brazo, pero no logra evitar que llegue hasta Amber.

Caigo de rodillas a un lado de la camilla donde su cuerpo se encuentra conectado a miles de aparatos.

—Denle unos minutos —la voz rendida del doctor acalla las protestas de las mujeres.

La miro, un tubo conectado a su boca es lo que le permite seguir respirando. Está pálida, su cabello antes sedoso y lleno de vida, ahora está sucio y opaco. Quiero tocarla, sentir su calidez, pero me reprimo por miedo a lastimarla.

Rozo muy suavemente sus dedos fríos y un chispazo eléctrico es lo que recibo, pero no muevo mi mano de la suya por más que sea un contacto tan leve.

—Perdóname por ser el causante de todo. Discúlpame por no cuidarte y protegerte como te lo prometí...

Bastan unos segundos más observándola para que algo dentro de mi se de cuenta de lo que realmente ha pasado. Algo demasiado profundo me dice que a Amber ya la perdí desde mucho antes.

—Necesitas vivir, necesito volver a escuchar ese te amo como cuando lo dijiste en la casa de la isla —murmuro trayendo ese recuerdo que le brinda un alivio a mi corazón, ella creía que no la escuché, pero ¿Cómo podría no hacerlo? Respiro hondo, hablar se siente como espinas clavadas en la garganta—. Se acabó, preciosa. Finalmente eres completamente libre.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora