Única parte

29 4 0
                                    

-Entonces ¿qué te parece?- escuché decir a Nejire.

-Ah, sí, el morado esta bien.- contesté.

-Mirio, no pregunté eso- me respondió, no sonaba molesta, en realidad tenía un mes tratandome con mucho cuidado.

-Perdón, estoy distraído, ¿de qué me hablabas?

-No importa- terminó por decir- Yo lo resuelvo- me abrazó.

Le correspondí el abrazo pero la verdad es que solo quería irme a mi habitación o a un lugar donde pudiera estar solo. Había pasado un mes desde tu partida y yo aún no sabía como manejar las cosas.

Estoy yendo a terapia, a veces mi psicóloga me pregunta por ese día, me recomedó anotar las cosas que recuerde o lo que te quiero decir, pero no puedo no sé qué comentarle ni qué decirle.

Te he escrito demasiado, pocas cosas le he leído y justamente ha pasado un mes sin escucharte llamarme "Sol". Así que creo que hoy es el momento.

Tu muerte fue un evento catrastrófico para mí, por lo que ella aceptaba darme consultas cuando lo necesitara, no recuerdo bien si la llame antes de encontrarme a Nejire o después pero iba directo al consultorio.

-Mirio- me saludó haciendo un ademán para que me sentara frente a ella- por favor toma asiento.

-Hola- saludé sentándome.

-Bueno, ¿de qué hablaremos hoy?

-Hoy se cumple un mes. Y yo le he mentido, escribo bastante sobre él.

-¿Te gustaría leerme un poco?

Asentí y saqué el cuaderno que me había dado, yo lo había forrado con un color morado porque me recordaba a ti, yo realmente esperaba que ella no se enojara conmigo porque te escribía como si tu pudieras leerlo.

"Aún no puedo creer que no estes aquí,"- comencé leyendo- me cuesta trabajo adaptarme a una vida sin ti. Por los pasillos murmuran cosas sobre mí: soy "el Sol que perdió su brillo", para nadie fue sorpresa que empezaramos a salir, ¿te acuerdas que nos apodaban el Sol y la Luna?, siempre te hacía gracia que nos dijeran así- sonreí al recordar tu sonrisa- pero lo éramos, destinados a encontrarnos pero no a permanecer juntos, solo en un eclipse y ese ya había pasado- intentaba no llorar- Mucha gente me admiraba más a mí que a ti y eso me molestaba, todos veían mi seguridad pero jamás veían la tuya, incluso tú. Siempre fuiste valiente, más que yo, y yo te admiraba por eso; desde que nos conocíamos me encontraba admirándote... Igual debí darme cuenta desde antes de que te amaba. Todavía me encuentro buscándote en la multitud, compro tu comida favorita y termino comiendo las cajas de takoyakis de pulpo que tanto amabas.

Camino por los pasillos sintiéndome perdido, culpable, miserable. Extrañando cada parte de tu ser, tu presencia y tu forma de verme, extraño todo de ti, Tamaki. Te extrañare lo que me reste de vida y ruego a quién sea que controla los destinos de la gente que el mío acabe pronto, no podría estar una vida sin tí, no quiero hacerlo. Apenas ha pasado un mes y empiezo a olvidar algunas cosas- hice una pausa porque las lágrimas me impedían leer- empiezo a olvidar tu voz, cómo sonaban algunas palabras en tu boca, la fuerza de tu agarre en mi mano. Cuando estoy en una situación de peligro, busco inmediatamente tu mirada para calmarte, porque eso hacía yo, pero ya no estas aquí.

Únicamente ha pasado un mes, y yo... no sé cómo he podido respirar sin ti. Me haces mucha falta, siempre me faltara tu presencia a mi alrededor, tu mano en la mía, tu cabeza sobre mi pecho, tu almohada en mi cama. Extraño verte Tamaki, sentir tu presencia.

Ya no tengo ánimos para seguir siendo un héroe porque ni siquiera pude salvarte a ti ¿cómo podría salvar a mil personas si tú falleciste por mi ineptitud?

Días después de la batalla, Nejire me contó a detalle lo que había pasado. Antes de desmayarme tú me salvaste de caer en manos de ese villano, solo no te dio tiempo de correr antes, no me dejaste para poder huir, me llevaste contigo hasta donde pudiste. También me contó que no moriste en el campo de batalla, fue en la ambulancia camino al hospital y que le dijiste al pequeño Kirishima que me dijera que no perdiera la fé, la esperanza, que tomara todo para seguir adelante ya que los héroes mueren y que me amabas, que por el amor que sentía por ti siguiera adelante. No puedo, simplemente no puedo, no tenías que morir allí, teníamos que casarnos, teníamos que graduarnos, el amor que siento por ti es enorme y me duele tanto el corazón que tú ya no estes aquí. También se que le dijiste que al menos yo tendría una oportunidad de salir adelante, que si yo hubiera sido el herido, tú jamás habrías salido de la depresión. Te equivocaste, yo no soy fuerte, no sin ti, jamás he sido la mitad de fuerte que tú.

Tú sabrías qué hacer, sin ti estoy vacío por completo. No sé ni qué quiero hacer. Eres la muerte que jamás me voy a perdonar. Yo debí morir allí, no tú. No debías ser tú. Teníamos tanto camino por recorrer, amor de mis amores, tantas cosas por vivir, tantas aventuras y ¿ahora qué haré con ellas?, ¿dónde deposito todas mi esperanzas y mis sueños si tú te has ido?

A veces me gustaría que esos cuentos de lámparas y jarrones mágicos fueran reales para que mi único deseo sea verte una vez más; si pudiera cambiar algo en esta vida sería ese momento, si pudiera cambiar mi vida por la tuya, lo haría sin pensarlo dos veces, no me importa si es el diablo, si es Dios, si es quien sea, aceptaría recorrer todo ese camino de tortura por ti.

Algunos días camino hasta tu habitación para verte, pero esta completamente sola, me quedé con tu ropa favorita. Nejire no lo sabe porque se enojaría conmigo, pero es lo que me queda de ti; a veces duermo en tu cama para despertar oliendo a ti.

Lo más difícil es escuchar a Eri hablar de ti, ella sabe que moriste, y cada que tocan la puerta abre con la esperanza de que seas tú, pero evidentemente no eres tú.

Intento estar bien, hay buenos días donde me acuerdo de una anécdota divertida, cada que veo al cielo pienso en ti y en lo mucho que te gustaba tomarle fotos, así que ahora lo hago yo. Hace algunos días volví a ponerme mi traje para salir a patrullar pero uso tu capa, porque me hace sentir protegido.

He querido contarte como va la vida después de un mes sin ti, apesta no lo negaré, no voy a decir que estoy bien porque no es así. Fatgum hizo un pequeño santuario en tu nombre, Kirishima y algunos chicos de la clase A y B, Nejire, los profesores y yo compramos una placa con tu fotografía, para ponerla en la escuela y que todo el mundo sepa el gran héroe que fuiste y que pudiste llegar a ser, quiero cambiarme el nombre a Sun porque así me llamabas tú además que tú eras Suneater.

Creo que he quedado completamente seco de tanto llorar, lo hago al menos 8 veces al día, a veces es menos, a veces es más, a veces no puedo ni salir de mi cama. Mi vida se volvió desastrosa sin ti. Espero algún día volver a estar bien. Espero algún día no tan lejano volver a verte, en fin, podremos tener la vida eterna para nosotros.

Te amo Tamaki Amajiki, no te prometo estar completamente bien sin ti, jamás podría, pero te prometo esforzarme cada día un poco más. Con amor, Mirio.- Cerré mi cuaderno, y terminé de llorar, creo que eso fue todo lo que hice durante la sesión. Al final All Might tuvo que ir por mí y llevarme hasta mi habitación. Se quedó conmigo hasta el día siguiente. Cuando me desperté me di cuenta que era el día en que tu placa llegaba, así que me alisté para recibirla y hacer la ceremonia.

Como código de vestimenta les pedimos que usaran colores morados.

Me coloqué mi ropa, la única playera morada que tenía y unos pantalones negros. Caminé hasta donde seria la ceremonia, en el patio detrás del gimnasio para que no estuvieramos tan apretados. Y mientras caminaba y la gente llegaba, sentía esas miradas, aquellos murmullos de lástima, de enojo y reproche.

Entonces te vi, volabas, te paraste en mi hombro y te quedaste allí un rato, eras de color azul con negro; un degradado bonito, bastante grande a decir verdad, tus alas eran preciosas, te acerqué mi dedo para que pasaras sobre él y así lo hiciste.

-Gracias por visitarme, por favor espérame- te dije y te volviste a pegar a mi hombro para luego volar sobre los presentes en tu ceremonia.

Y por primera vez en un mes pude sonreír otra vez, tanto que Nejire se sorprendió.

-Él está bien- le dije- Me esta esperando Nejire, y yo esperaré con ansias el día en que vuelva a verlo. 

Si tan solo pudieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora