XXIV. La chica que nació sin nada

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El viaje a casa en el carro de mi tía fue un poco incómodo hasta que terminamos hablando como normalmente siempre lo hacíamos.

Cuando llegamos a la casa, Sora me recibió con ronroneos y se restregaba contra mí, maullando. Mi sonrisa se agrandó demasiado al verlo. Lo agarré y lo sostuve entre mis brazos, lo había extrañado mucho, más de lo que había imaginado.

"¡Aiko!" Hana exclamó.

La niña se acercó a mí, corriendo con sus brazos abiertos. Solté a Sora con delicadeza en el suelo y recibí su cálido y agradable abrazo.

"Hola, Hana." Dije.

"Te fuiste por mucho tiempo... Te extrañé." Murmuró con su ceño ligeramente fruncido.

Con esa frase podía asumir que mi tía le había ocultado todo. Supongo que es mejor así, después de todo, es muy pequeña. Cuando crezca, ella entenderá la oscuridad de algunas personas.

"Lo siento. No fue mi intención preocuparte." Respondí, riendo un poco para calmarla.

Ella negó con la cabeza y me abrazó más fuerte.

"No importa. Volviste." Afirmó.

Una sonrisa triste apareció en mi rostro.

Volví. Por fin, estoy en casa.

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Tiré mi cuerpo a mi cama después de toda la reunión que tuve con mi tía, Hana y Sora. No podía expresar cuanto había deseado este momento. Estaba tranquila y no tenía que preocuparme por nada, por ahora.

"Ah..." Solté un suspiro.

Rodé un par de veces en mi cama para acostumbrarme a la comodidad de esta. Mi almohada la acomodé y la reacomodé hasta estar segura de que me gustara. Sin darme cuenta, mis ojos se cerraron por sí solos en cuestión de segundos y me quedé dormida por más o menos dos horas.

Al despertar por el estruendo de un portazo, pude escuchar la voz de mi tío en la sala. Me levanté rápidamente, abrí la puerta de mi habitación y fui corriendo hacia donde estaba para saludarlo.

No lo veía desde hace mucho tiempo.

"¡Tío!" Exclamé sonriendo cuando lo ví.

Él estaba sentado en el sillón, acariciando a Sora, y cuando hablé, volteó a mirarme con sorpresa, pero a la vez, con felicidad.

"¡Aiko!" Exclamó y se levantó del sofá para abrazarme. "Estás aquí..."

Correspondí su abrazo, asintiendo con la cabeza. Me sentía un poco débil y la firmeza con la que me estaba abrazando no estaba ayudando mucho a mi comodidad, sin embargo, no me atreví a decir algo. No quería arruinar el momento.

Después de unos segundos, sus brazos volvieron a sus costados y me observó de cabeza a pies con detenimiento, intentando encontrar algo.

"¿No estás herida? ¿Te revisaron bien? ¿Segura?" Preguntó preocupado.

Ladeé mi cabeza, para luego asentir, soltando unas pequeñas risas.

"Sí, en el hospital me revisaron bien. Estoy segura." Afirmé.

Su expresión lentamente se calmó, viendo la seguridad con la que hablaba, aunque, luego de un momento, su ceño se frunció. Temí lo peor.

"Los de la U.A... ¿cómo pueden ser tan descuidados? Menos mal son la academia número uno para futuros héroes y no pueden defender a sus estudiantes de villanos. Increíble." Mi tío comenzó con su discurso, a lo que yo contesté con un suspiro.

Héroes [Todoroki Shoto - BNHA - ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora