Dulce mentira [Hermione Y Tú]

Capítulo 13

—¿Dónde habías estado?

—En la biblioteca

—¿Sola?— siguió cuestionando

—Con quien esté o no, no es de tu incumbencia— contraatacó

—¡Te han visto hablando con ella!

—Es mi compañera de habitación, además llevamos casi las mismas materias y a veces tenemos que hacer tareas juntas, obviamente le voy a hablar pero eso no te tiene que importar

—No es alguien de fiar ¡Ella y Draco pasan todo el tiempo juntos!

—¡Porque son familia!

—¡Exactamente! ¡Es una Black!

—No decías lo mismo cundo babeabas por Liz ¿O ya lo olvidaste?— Ron no dijo nada mas— Y tú, deja de asentir a todo lo que él dice— apuntó a Harry— no sueltas ese estúpido libro, y de acosar a Draco ni hablemos, no puedes acusar a las personas sin tener pruebas

—¡Algo trama! ¡Lo sé!— dijo el de lentes

—¡Kai también!

—¿Yo que?— ni Harry o Ron emitieron una sola palabra. Sabían que al pertenecer a la misma casa había el riesgo que apareciera en cualquier momento pues estaban en la sala común, aun así estaban seguros que no se aparecía ya que acostumbraba a volver a los dormitorios casi al toque de queda o de paso no volver en ningún momento, no se esperaban que apareciera así como así— ¿Qué pasa? ¿Se les olvidó cómo hablar? Qué raro, podría jurar que estaba hablando perfectamente antes que llegara y precisamente hablaban de mí — dijo con burla pero seguían sin decir nada— ya veo, bueno, los dejaré solos para que sigan hablando de los demás a sus espaldas— dijo mientras subía a su habitación y desaparecía por las escaleras

—Se los dije— Les regañó Hermione— iré a disculparme

—¿Disculparte? ¿Lo dices enserio?— Ron parecía enojado— Su tía fue metida a Azkaban, escapó, asesinó y torturó, y ni hablar de su padre. Sirius dijo que era un mortifago— esto último lo dijo bajando la voz— Mamá siempre dice que la manzana nunca cae lejos del árbol— Kai quien se había quedado en las escaleras, al escuchar eso decidió irse del lugar, ya había escuchado más de lo que debía y para su sorpresa, esas palabras salieron

—Contigo no se puede— ya estaba estresada de discutir con sus amigos y mejor se fue a su habitación con la intención de disculparse con Kai

Hermione entró a la habitación y encontró a lavender ahí, por ende ya no pudo hacer lo que quería. Anotó mentalmente en hacerlo luego, no le gustaba hablar si su compañera castaña estaba ahí, sentía que invadía su privacidad

* * *

—¡Apresúrate! El partido no va a durar todo el día

—¿Yo? Fue tu idea separarnos y eso nos tomó más tiempo

—Ya te dije que era para no levantar sospechas. Que el barbas ese no esté en el castillo no significa que podemos pasearnos juntos a nuestro antojo

—Haces que suene raro

—Porque lo es. Recuerda que no somos los más unidos, primito

—No me digas asi, es molesto

—Pues perdón. Primito

—Que molesta eres

—Ya, relájate, te saldrán arrugas como a tu padre— dijo riendo. El Slytherin se quedó en silencio— lo siento, no quise...

—Solo olvídalo y mejor sigamos— Draco continuó avanzando por los desolados pasillos del castillo, mientras Kai lo seguía solo unos pasos atrás.

Lo que dijo estuvo mal y se percató hasta que las palabras ya habían salido. La relación entre Draco y su padre no era la mejor y lo sabía, desde pequeño le ha tenido más miedo que respeto, y eso continua siendo así hasta el momento

Dejaron los pasillos y cada uno se dirigió a su dala común. Draco permaneció en su dormitorio pero Kai no pudo por la ruidosa fiesta de victoria por el partido

Hermione habían estado actuando raro desde el partido y lo estaba aún más hoy que sería la reunión de Slughorn. Todos los estudiantes ya sabían sobre eso y todos querían asistir, o al menos casi todos.

Kai y Draco nuevamente estaban caminando por los pasillos, aprovechando que la mayoría de los profesores estaban en la fiesta, al igual que los prefectos, era el momento perfecto para deambular por los pasillos sin ser vistos. Lo que ambos olvidaron fue que lo más probable era que Filch no asistiría a esa fiesta y para su mala suerte los encontró. Kai fue la única que logró escapar aunque Draco nunca supo cómo, en un momento estaba a unos metros de él y en unos segundos ya no. Al siguiente día le pregunto pero solo le dijo que se fue corriendo esperando a que él también lo hiciera, no fue muy convincente pero decidió creerle