Letizia iba manejando hacia su casa, trataba de concentrarse solamente en el camino pero no podía evitar ir viendo a través de los retrovisores si nadie la iba siguiendo, después del día que vio al hombre que creía muerto no había salido sola y le aterraba la idea de que aquel hombre intentara hacerle algo.
- ¡Maldita sea!- Maldijo a lo alto cuando se asustó con el timbre del celular que anunciaba una llamada entrante.
- Hola- contestó activando el manos libres del auto por seguridad para no tomar el celular con la mano.
- Letizia, hola ¿Cómo estás?- Se escuchó en el altavoz.
- Bien Arturo ¿ustedes?
- Me da gusto, igual, muy bien, te llamaba para preguntarte si estás ocupada- Dijo el esposo de su cuñada del otro lado de la línea. -Lo que pasa es que hoy nos tomamos el día para venir a la nueva sucursal de la cafetería y queríamos ver si podías venir.
- Con gusto, ahorita iba para mi casa pero mándame la ubicación exacta y voy para allá.- Puso las intermitentes y se orillo en la calle para poder abrir el GPS.
- Perfecto, ya te la envío.
- Está bien, ahorita los veo.- Colgó la llamada y entró a la aplicación de mensajes para abrir la ubicación que le habían mandado a iniciar la ruta.
Afortunadamente no estaba muy lejos de la cafetería y no había tráfico, por lo que tardo menos de lo que esperaba.
- ¿Hay algún problema si dejo el auto aquí?- Le preguntó Letizia estacionándose afuera, aún sin bajarse del auto a Arturo, que ya la esperaba en la entrada.
- Para nada, ahí está bien- Arturo se acercó y le abrió la puerta del Audi para que bajara.
Se saludaron con un beso en la mejilla y entraron a la cafetería.
- ¿Dónde está Ingrid?
- Fue por Jos a la escuela, pero ahorita viene. Sí quieres por lo mientras te enseño bien la sucursal- Le mostró el lugar, incluyendo la cocina, le enseñó el lugar en donde querían poner la pintura que Letizia haría para ellos, todas las cafeterías tenían un diseño vintage, en tonos color negro y café con bombillas antiguas que daban una luz amarilla, en la pared destinada para la pintura estaba una fila de gabinetes tipo piel negros.
- Está muy bonito todo, al igual que las otras sucursales, creo que ya tienen todo listo- Dijo Letizia viendo a su alrededor.
- Si, ya casi está, faltan pequeños detalles en la cocina, pero ya vamos muy adelantados.- Se encogió de hombros sonriente. -Ah mira, te trajimos un pan marmoleado.- Dijo recordando que lo habían dejado en la barra.
- Ay, muchas gracias, no se hubieran molestado, se ve muy bueno y huele riquísimo- Contestó Letizia tomando la charola de plástico con el pan en sus manos.
- iTía!- Le gritó Josefina, mientras entraba corriendo para abrazarla como era costumbre.
- Hola chiquitina.- Letizia puso la charola en la mesa para poder abrazarla también. -Hola Ingrid.- Saludó a su cuñada que venía atrás de la niña.
- Dios esta niña me ha venido apresurando todo el camino porque le dije que estabas aquí.- Rió Ingrid.
- Es que mi mamá maneja muy lento- Dijo la niña desde los brazos de Letizia, jugando con su cabello.
- Mejor dicho, tú eres muy ansiosa cuando sabes que verás a tus tíos- Le contestó su papá. -Siéntense, les preparo un café y a esta princesa una malteada.
- De chocolate papi y un pastelillo- Le pidió la niña mientras tomaba asiento a lado de su tía.
- Pero dale una chica porque si no al rato no comerá bien.- Dijo Ingrid antes de que entrara Arturo a la cocina. -No trajimos pastelillos Jos y aquí aun no se pueden hacer porque faltan cosas.- Se sentó también frente a ellas.
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A la deriva (adaptación)
FanfictionLetizia Ortiz es una mujer de 32 años, parece tener una vida tranquila; hija única, con un sólido matrimonio desde siete años atrás, tiene una licenciatura en artes pero no ejerce ya que trabajó un par de años y después sólo se dedicó a su hogar. Su...