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Quien diría que una chica de tan solo 18 años hija a estar con alguien de 35 años por petición de ambas familias

Así es estoy comprometida con  un empresario al cual no conozco, solo se su nombre Antoni muy bonito por cierto, aquí es donde mi vida cambia y el inicio de una gran historia esta por empezar

[.....]

Mi nombre es Aida según mis padres soy como un regalo o un don para ellos por eso el nombre, no me quejo somos millonarios mi padre es una de las empresas más famosas del país pero no la primera

Pero hubo un momento en que entramos en crisis y aquí es donde mis padres toman la decisión más loca que es casarme para poder salvar la empresa, por conveniencia se podría decir

¿Ahora? Bueno en este momento estoy peleando con mis padres por tomar cartas en el asunto sin consultarme

Aida: ¡lo que dicen es una estupidez! -lo dije molesta-

Mamá: hija nosotros tampoco queremos hacerlo pero es por nuestro bien, entiende por favor

Me cruzo de brazos bastante enojada mis lágrimas amenazaban salir por el coraje, mi madre solo trato de consolarme

Aida: no lo sé mamá, ni siquiera conozco a ese tipo..-lo digo no convencida y un poco triste-

Mamá: lo sé por eso tu padre vendrá con el y su familia para llegar a un acuerdo jamás dejaríamos que algo malo te pase -soba su hombro-

Suspiro y solo asiento, se que todo estará bien solo me limitaré con ese hombre hasta que la empresa de mi padre vuelva a su normalidad

                   

(.....)

La noche llegó y yo ya estaba lista para recibir a esa dichosa familia quien nos sacará del apuro, no tardó mucho cuando se escuchó la llegada de mi padre, atrás de él venía una pareja un poco ya mayor claro los saludé con la mayor educación que pude y ellos correspondieron gustosos

Cuando hiba a cerrar un pequeño empujón hacia la puerta hizo que me percatara de alguien afuera, era un chico alto, con un traje y un aroma embriagador alce la mirada para chocar con esos ojos negros penetrantes como si quisieran ver mi alma, lo único que me dio fue un gran escalofrío en mi espalda no supe que hacer ni como reaccionar hasta que su voz masculina me sacó de mi trance

XX: ¿me dejarás pasar?...

Lo dijo en un tono demasiado frío para mi gusto, pero con una superioridad impresionante, solo le abri la puerta dejándolo pasar

¡ni siquiera me dio las gracias! Que mal educado, cerré la puerta al momento que entro y fui a la sala donde estaban ambas familias, tanto a el como a mi nos hicieron sentarnos juntos y así fue ellos delante de nosotros y la situación era un poco tensa al igual que incómoda, yo no podía estar al lado de este hombre ¡me pone mal con tan solo tenerlo cerca!

Mi MaridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora