Introducción

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¿Sabes ese mal humor que te entra cuando te despiertan por la mañana, muy tempano y sin ningun tipo de delicadeza?
Ese era mi caso. ¡LA IBA A MATAR!
-TAYLOR SMITH HOTS, CORRE SUCIA DIABLA, PORQUE COMO TE COJA VAS A MORIR- le chillé, con notable enfado en mi voz.
-No lo harás Day, ¡soy más rápida que tú!- dijo divertida a la vez que asomaba su pelirroja melena por el hueco de puerta.

Si, Tay era así, pelirroja, alta, ojos marrones, en fin, cualquier chica envidiaría esas curvas de infarto. Menos yo, claro.

Yo tenia la melena morena, estaba rapada por detrás, alta como ella, ojos verdes, y mi cuerpo era semejante al de ella, como ya he dicho, nada que envidiar.

Todos os preguntaréis si somos hermanas y la verdad es que no.
Tay perdió a su madre cuando era pequeña, y mamá y papá decidieron que era buena decisión adoptarla, ya que no tenía a ningún otro familiar. Desde entonces Tay vive conmigo, y es una tortura que ella me tenga que despertar cada mañana de la no-delicada forma en la que lo hace.

¡No me cambies!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora