[ᵉⁿ ᵖᵃᵘˢᵃ ☐] "Perro de pelea", tan acostumbrado al ruido, a las heridas, ¿cuál es la razón de que tu mente recuerde tan vívidamente...?
⤜You're an angel, I'm a dog.
(Or you're a dog and I'm your man)
¿... el daño? ¿Por qué seguir peleando?
(You beli...
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"—Volveré, ¿de acuerdo?"
Así que, aquello era el tan conocido karma.
Se decía que al mundo le gustaba jugar haciendo pagar a cada ser humano, de ser conocidas la muerte y la vida, eran existentes las reencarnaciones e hilos mágicos que te unían a otros, historias antiguas que la humanidad había creado para darle su explicación a todo antes de que la llegada de la ciencia fuese la idea cierta.
"—Tengo que hablar con Bang para captar su atención, está en una junta"
Entre las creencias existía el Karma, aquel modo en que el mundo vengaba cada obra mala del ser humano en vidas pasadas, por acciones crueles.
En sí, era el pago a tu maldad.
"—No te muevas,..."
Y era divertido creerlo hasta que topabas a personas que no parecían relacionarse con todo el mal que pasaban.
Como lo era, para él, Dan.
"—después de que yo salga, entrarás con ella"
Y es que la idea de un karma no encajaba del todo correcta con el perfil que veía en él, que conocía. No lo imaginaba en "vidas pasadas" haciendo cosas que no fuesen para ayudar más a los demás que a sí mismo.
Así que, acariciando su cabeza mientras el chico dormía, en compañía de Doori y de fondo los gritos histéricos de Bang, se dijo a sí mismo que Dan era como un ángel. Pues se decía que los ángeles que caían del cielo, eran a los que el mundo más gustaba de poner en pruebas horribles... y dolorosas.
"—... ¿está bien?" Sus últimas palabras para el chico en cuanto caía la tarde, frente a la oficina de Bang no dejaban de dar vueltas. Y es que se reprendía por haber hecho aquello, dejarlo solo, cuando más que nadie, sabía que In-su estaría más que fascinado en joder la vida de todos al notarse a punta de ser descubierto, buscando dañar en mayoría a su víctima. Una mierda. —¿Está bien?, Seong...
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Desperté de toda ensoñación en cuanto la mano de la líder del grupo de Dan tocó mi rodilla, la miré a mi lado izquierdo y relajé el agarre que inconscientemente había apretado sobre el cuerpo del chico a mi lado.
—Yo... Sí, él está bien. Duerme, ahora —lo voltee a ver, y aquello no duró mucho antes de que mi mirada se alejase rápidamente al sentir la culpa recorrerme—. Lo siento, esto- esto me tiene tenso.
Había terminado en un llanto capaz de hacerme doler la cabeza. La imagen del chico que amaba siendo lastimado de ese modo no había ayudado a sentirme menos peor cuando, al salir de la oficina de Bang tras tanta palabrería y tiempo no lo había encontrado en ningún lado.
