XX.

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–Tenemos años de amistad, Cregan, ¿cierto? –Jacaerys podía ver al hombre tensarse.

–Así es, Jace –Respondió.

–Tú hermana tiene la entrada prohibida a King's Landing –Murmuró Jacaerys.

–¿Por qué? –Cuestiono con confusión.

–Ella ha insinuado que mi esposo y tú tienen una clase de... aventura –Dijo entre dientes.

–Jacaerys, el príncipe Aegon y yo no...

–No me interesan tus excusas, se sincero, Cregan, ¿quieres a mi esposo? –Cuestiono

Hubo un momento de silencio tenso antes de que Cregan admitiera con voz apenas audible:

–Sí, lo quiero.

Las palabras apenas habían salido de su boca cuando Jacaerys estalló en furia. –¡Cómo te atreves! ¡Eres mi amigo, confiaba en ti!

–¡Tú ni siquiera lo quieres! –Rugio Cregan– Él estaría mil veces mejor si estuviera casado conmigo, yo no trataría de encerrarlo o privarlo de su libertad, él seria feliz –Gruñó.

–¡Yo no lo privo de nada! ¡es feliz! En el norte él podría morir del frío, y su dragón lo pasaría mal, ¡es mi esposo! –Gritó.

–Él no te ama, Jacaerys, estoy seguro de que si lo intento, él me querra, y te abandonará por cuenta propia –Dijo Cregan, muy seguro de si mismo.

–Intentalo, Cregan, y entonces olvidare que te considere un hermano, y todo tu reino se vera reducido a cenizas –Amenazó el Velaryon.

La habitación quedó cargada con la tensión de la amenaza de Jacaerys. Cregan se mantuvo firme, su mirada desafiante reflejaba su convicción.

–No me importa tu amenaza, Jacaerys. Haré lo que sea necesario para estar con él, incluso si eso significa enfrentarme a ti y a tus dragones –declaró con determinación.

Jacaerys lo fulminó con la mirada, pero en su rostro también se vislumbraba dolor y preocupación. Sabía que Cregan era capaz de cumplir su palabra, y la idea de perder a su esposo y a su mejor amigo lo llenaba de angustia.

–Estás jugando con fuego, Cregan. Y te advierto, el fuego de los dragones quema con furia incontrolable –advirtió– Yo creo que tu visita en King's Landing llegado a fin.

Cregan tragó saliva, sintiendo el peso de la advertencia de Jacaerys. Sin embargo, decidió no retroceder.

–¿Qué hay de los asuntos que venía a resolver? –preguntó, tratando de mantener la compostura a pesar de la tensión en el aire.

Jacaerys lo miró con frialdad, su expresión endurecida por la ira y la traición percibida.

–Todo está solucionado. Ahora quiero que te marches de King's Landing antes de que olvide que éramos casi hermanos –declaró, su voz temblorosa por la mezcla de emociones.

Cregan se estremeció ante la amenaza velada en las palabras de Jacaerys, pero mantuvo su postura.

–No me iré sin él, no puedo irme sin antes hablar con él –respondió con firmeza, refiriéndose a Aegon.

Jacaerys lo miró con desprecio.

–Entonces prepárate para enfrentar las consecuencias de tus acciones. No te equivoques, Cregan, si intentas llevarlo contigo, o te entrometes en nuestro matrimonio, serás condenado a la horca por tu traición –sentenció, su tono dejando claro que no había margen para la negociación.

Cregan tragó saliva nuevamente, sabiendo que estaba en una situación peligrosa.

Necesitaba hablar con Aegon.

"The dragon jewel" -JacegonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora