𝑀𝑎𝑡𝑟𝑖𝑚𝑜𝑛𝑖𝑜 𝐴𝑟𝑟𝑒𝑔𝑙𝑎𝑑𝑜 [𝑆𝑎𝑡𝑜𝑟𝑢 𝐺𝑜𝑗𝑜 𝑥 𝑇𝑢]

XXXV

"Que siento"

Japón año 2018
Martes 28 de Mayo
9:16 AM
Preparatoria Jujutsu

La mujer castaña dejó salir el humo de su cigarrillo con un poco de pesadez mientras oía todo el drama que le estaba montando su compañero desde hace ya algunas horas

– Satoru ya siéntate vas a cavar un hoyo si sigues caminando de un lado a otro – habló la doctora con un leve fastidio

– ¡No puedo! Estoy preocupado no ha ido a la casa en estas dos semanas – exclamó el mencionado cruzando sus brazos haciendo una mueca

Después de aquel incidente no se había aparecido en su hogar esa noche, al principio creyó que era normal ya que seguramente necesitaba distraerse pero pronto un día se convirtieron en dos, luego en tres, luego en una semana y ni siquiera le contestaba los mensajes o llamadas al teléfono

Estaba un poco más tranquilo cuando la vió de vuelta en la escuela tres días después pero siempre que quería acercarse o explicarle lo que había pasado ella simplemente lo evitaba sin darle la oportunidad de hablar

– ¿Pues que pasó? – preguntó Shoko mirándolo desde uno de los asientos de la enfermería

– Estaba regresando de una misión, pasé por una tienda de dulces y al salir me topé con un tipo que intentó robarle a una mujer – empezó a explicar el de vendas en los ojos – por supuesto me encargué de ese hombre y fue cuando ella me saltó encima

– ¿Y tú lo permitiste? – arqueó una ceja su compañera

– ¡Claro que no! Pero no podía simplemente empujarla así que traté de ser más sutil pero fue cuando _________ llegó – finalizó el albino su explicación – y no me ha dado la oportunidad de explicarle nada por eso recurrí a ti

– ¿A mí?¿Crees que soy tu mensajera personal? – dijo irónicamente soltando el humo de su calada

– Pues eres la única a la que escucharía,no puedo pedirle esto a los estudiantes – contestó el varón con una sonrisa torcida – además solo tú lo sabes

– Si soy tu única opción debes estar desesperado, aunque creo que esto es tu respuesta a lo que te pregunté....– suspiró profundamente la castaña – no quieres estar mal con ella ¿Verdad?

– No...y tampoco me gustaría que me odiara por esta tontería – confesó él con una leve sonrisa – la quiero mucho....

Ieiri lo miró unos segundos antes de apagar su cigarrillo y levantarse de su asiento captando la atención del albino