Es curioso cómo las cosas no siempre resultan como uno desea. Decidí contener mi frustración y salí a buscar a Jinnie sin llevar mi mochila.
Tomé el primer autobús disponible para ir a recoger a mi novio. Teníamos planes de ir al cine, y luego quería invitarlo a cenar. Mientras viajaba, no sabía cómo llevar los chocolates que había comprado, ya que temía que se derritieran en mis manos. Era un nuevo tipo de chocolate que, estoy seguro, le encantaría a Jinnie. Todavía no estaban a la venta, pero conozco bien sus gustos y quería sorprenderlo.
Durante el trayecto, mi mente no dejaba de pensar en mi pequeño llavero. ¿Dónde podría estar? Y cuando Jinnie se enterara, ¿qué iba a suceder? Ese llavero tenía un valor sentimental muy grande para nosotros.
Recuerdo perfectamente el día que me lo dio. Fue después de la primera gran discusión que tuvimos como pareja, y también fue el día en que nos reconciliamos. No hablamos durante dos días después de aquel terrible suceso, en el que él me pidió que termináramos. Fueron los días más dolorosos de mi vida.
¿Fue culpa de Hoseok? No. Ahora lo sé con certeza.
Y sí, volví a llorar porque me sentía desesperanzado y no lograba entender el motivo ni la razón de lo que había sucedido.
¿Podría ser porque no le pedí permiso a su madre para salir con él? Me lo preguntaba una y otra vez.
Podría ser una de las razones, pero ya llevábamos más de un mes saliendo. Aunque mi Jinnie a veces puede ser muy tajante y demasiado estricto consigo mismo, no creía que ese fuera el motivo principal.
Porque de igual manera, al final, él siempre iba a hacer lo que quisiera. Y en ese momento, él deseaba estar conmigo, juntos.
Así que decidí enviar a un fiel escudero. Me debía un favor.
Cuando le expliqué la situación, me observó con una expresión de desconcierto y dijo que no quería morir. Era evidente que estar a solas con Jinnie era peligroso, según Park Jimin. No habría nadie que pudiera socorrerlo o ayudarlo si algo llegaba a suceder. Además, me advirtió que, si pasaba algo, la responsabilidad recaería completamente en mi conciencia.
Aun así, Jimin reunió todo el valor que tenía y se dirigió a la casa de Seokjin para hablar con él. Le encomendé la tarea de averiguar el motivo de su comportamiento y de hacerle cambiar de parecer sobre nuestra ruptura.
Desde la distancia, observé cómo Jimin ingresaba a la casa. Durante todo ese tiempo esperé con la esperanza de que la conversación fuera fructífera. Pasaron cuatro largas horas llenas de incertidumbre y angustia, sin recibir ninguna respuesta a los millones de mensajes que le envié a Jimin.
Fueron momentos que prefiero no recordar, pero no tenía otra opción. Finalmente, cuando Jimin salió, lo vi con una enorme sonrisa en el rostro, llevando en sus brazos unos tuppers que eran un regalo de mi querida suegra, aunque en ese momento no sabía que lo era.
Me acerqué a él en un punto donde Seokjin no pudiera vernos desde su ventana, y lo jalé una cuadra más lejos. Allí, sin poder contener más la ansiedad, le hice la pregunta que me estaba carcomiendo por dentro.
“Dime, Jimin, ¿qué te dijo?” le pregunté, desesperado.
“¡Ay, Dios santo! No puedes ser más paciente,” respondió con cierta exasperación.
Me estaba desesperando aún más. “¡Pero dime ya! Has estado allí más tiempo del que deberías, y no creo que haya sido simplemente para ver televisión o comer,” exclamé al notar en su rostro que había acertado en mi suposición. “¡Demonios, Jimin! Tenías que ir allí para obtener información,” rugí, sintiendo cómo la frustración se apoderaba de mí.

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HASTA EL DÍA QUE ME QUIERAS | KOOKJIN
Teen FictionJin y Jungkook son dos amigos de la infancia, siempre juntos, siempre creyeron ser inseparables, pero la vida les tenía preparado diferentes pruebas que los llevaron a seguir diferentes caminos. Al reencontrarse, ¿Puede el tiempo haberlos cambiado d...