La magia del amor

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¡No puedo creerlo! Solo a mí se me ocurre salir hoy. Pero , ¿en qué momento se ha puesto a llover de esta manera? Y encima el coche , llevando más de una hora de camino ,se detiene y no arranca. Eso me pasa por acceder a los deseos de mi hermano. Mi sobrino hace dos meses que llegó al mundo, y mi hermano no para de insistir para que vaya a conocerlo, aunque, siendo sincero, no es algo que me apetezca enormemente. En primer lugar, me da pereza ir hasta donde viven, ya que son dos horas de carretera; en segundo lugar, estoy muy cómodo aquí , en mi entorno ;y en tercer lugar, no me gustan los niños.

Sin embargo , como buen hermano que soy, al final he cedido, y ahora estoy en medio de un barrio bastante mejor que el mío, empapándome porque cada vez llueve con mayor intensidad, con un hambre feroz , y buscando un sitio donde resguardarme ya que está claro que hoy no podré llegar .

Tras caminar unas calles, decido entrar a una pastelería que también es cafetería. En cuanto paso me dan ganas de volverme a ir al ver la decoración; el local está repleto de corazones y esas cursilerías. Ya sé que el día de San Valentín está al caer , pero yo lo odio. Hace casi un año, la que fuera mi novia decidió dejarme por mensaje diciéndome que no le aportaba lo que ella necesitaba. ¿Y qué era lo que necesitaba? Le di todo mi amor , mi tiempo, le presenté a mi familia...pero por lo visto ella quería otras cosas mas superficiales ,y yo no podía permitírmelo. ¿Quién entiende a las mujeres?

Mi estómago ruge, así que me acerco al mostrador y veo un sinfín de bollería. Ahora mismo me los comería todos porque tienen una pinta estupenda, aunque la mayoría de ellos sean en color rosa y con forma de corazón. ¡Qué asco de amor!

─Perdona, ¿me pones esa palmera de chocolate?

─Claro─ responde la pastelera sin levantar la cabeza del cuaderno .

Pero, cuando se dispone a servírmela , le veo el rostro, y me quedo estupefacto.

─Aquí tiene  ─dice dejándome la palmera bien envuelta sobre el mostrador.

─¿Gisela?

En ese momento , ella repara en mí y se queda tan sorprendida como yo .

─¿Julio?

Le sonrío y asiento. Gisela y yo fuimos compañeros de instituto. Ella siempre me gustó , pero jamás me atreví a confesárselo. En aquel tiempo , yo era un chico muy tímido.

─Has cambiado ...─me dice todavía sin quitarme ojo.

─Eso espero─ rio ─.Han pasado demasiados años.

─Cierto...¿Hace cuánto no nos vemos?

─Desdelos dieciocho.

─Y ahora tenemos treinta─ comenta.

Nos miramos algo cohibidos. Que sensación extraña. Pero , el sonido dmis tripas nos distrae.

─Voy a comerme la palmera aquí.

Ella acepta, y se sienta a hacerme compañía en una mesa. Al terminarla no me voy. Sigue lloviendo , y para qué negarlo, quiero estar aquí, con ella. Pero , llega la noche , y no tengo donde quedarme , pues la casa de mi hermano todavía se encuentra bastante alejada. Así que , no tengo otra opción que contárselo, para ver si ella sabe de algún lugar en el que alojarme.

─Quédate en mi casa. Tengo una habitación de sobra.

No puedo mentir; su propuesta me sorprende , pero me gusta mucho, y esa noche la aprovechamos para ponernos al corriente de nuestras vidas. Han sido muchísimos años perdidos , pero conectamos a la perfección, tanto que parecemos amigos íntimos.

Ala mañana siguiente amanece un día espectacular, la lluvia ya ha cesado, y yo, desafortunadamente, debo seguir mi camino Me despido de Gisela, pero con una promesa:

─Dentro de unos días me tendrás de vuelta.

Por lo que me marcho , no sin antes pasar por un taller mecánico para que revisen mi coche, y en cuanto lo tienen listo , reanudo mi trayecto. Paso unos días en casa de mi hermano, quien me regaña por haber tardado tanto en conocer a su hijo. He de reconocer que me gusta estar con ellos, aunque mi mente no hace otra cosa que pensaren ella, y a pesar de que mi hermano me insiste para que me quede más tiempo , me niego. Necesito verla.

Tras un viaje que se me hace eterno, entro con una sonrisa en la pastelería. Vislumbro a Gisela detrás del mostrador , agobiada, y con una fila interminable de clientes. ¡Hoy es el día de San Valentín! Así que , sin pensármelo , y sin tener ni idea del negocio , decido ayudarla. Minutos después ya no queda nadie.

─Gracias  ─me dice quitándose el delantal, pues es hora de cerrar.

─No me las des. Era necesario. Tenía ganas de estar contigo ...asolas ─le acaricio suavemente la mandíbula.

Traga saliva.

─Y yo...¿Damos una vuelta?

Caminamos por un parque cercano, y sin poder evitarlo, acerco mi mano a la suya y la entrelazo. Ella me sonríe , pero no la retira. No paramos de hablar, reímos juntos , hacemos fotos que plasman lo felices que somos ahora, y mentalmente no puedo parar de reprocharme:¿por qué no tuve la valentía de acercarme a ella antes?

Nos cruzamos con un mimo, Gisela me mira con ojitos embelesados , y yo le tiro una moneda. El mimo con una sonrisa me ofrece una rosa que obviamente le regalo a Gisela , y de pronto acerco mucho mi rostro al suyo.

─Espero que no tengas novio.

─¡Julio, por supuesto que no! Si tuviera novio no estaría teniendo esta....cita.

─¿Esto es una cita?─ pregunto burlándome de ella.

─No sé ...tal vez.

Su actitud avergonzada me despierta mucha ternura.

─Me alegro muchísimo que estés soltera.

─¿Ah sí?¿Y eso por qué? ─se remueve coqueta.

─Porque ya no puedo aguantarme más.

Ella frunce el ceño , pero yo no le doy tiempo a reaccionar, porque inmediatamente poso mis manos sobre sus caderas , la atraigo y la beso. Me da igual estar rodeados del mimo y de las personas que pasean , porque siento que solamente estamos ella y yo.

─¡Feliz San Valentín !─ me dice sonriendo cuando nos separamos.

─¿Sabes? Yo no soportaba esta fecha ,y digo "soportaba" porque tú , en solo un par de días , has logrado que vuelva a amarla.

 ─Es la magia del amor.

Ambos sonreímos, y yo no puedo resistirme a volver a acercarla hacia mi cuerpo y besarla de nuevo, porque ahora que la he encontrado de nuevo, no pienso dejarla escapar jamás. Las casualidades pocas veces se repiten , y a mí , Cupido me ha lanzado su flecha para que , en esta ocasión , pueda ser feliz al lado de Gisela. Porque es ella....siempre ha sido ella.

El puzzle del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora