CAPITULO 02: BUSCANDO TU PERDON (05)

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¡Advertencia!, capitulo con contenido sexual explicito y violencia, solo para + 21, tomar precauciones. 

Completamente sola en ese lugar, me abracé las piernas mientras reflexionaba. Sin querer, las palabras de Joaquín, aquel día que deseé estar con él, retumbaron en mi mente, recordándome que debía ser un instante único y especial. Pero Tobías Amenazado con dejarme o buscar a otra si no cedía, me sentía tan confundida que, por más que lo pensaba, no hallaba una respuesta. Incluso mi subconsciente sugería que lo mejor era esperar, pero como toda adolescente obstinada, no quería perder a Tobías por eso. A pesar de tener la mente en desorden, volví al campamento; había pocas personas alrededor de la fogata. Sin mirarlos, entré en la tienda y, todavía meditando sobre el asunto, me quedé dormida.

Al día siguiente, tras compartir el desayuno con todos y ante la falta de organización para las tareas del campamento, los profesores propusieron un torneo de vóley playa para resolverlo. La atención de todos se centraba en el partido; gracias a Tobías, habíamos ganado dos veces. Yo, llena de emoción, lo alentaba, pero él parecía más interesado en las chicas que se acercaban. A pesar de saber que yo lo miraba, las acariciaba como quería. Eso me lastimó y, en un momento de celos e impotencia, cometí el mayor error de mi vida.

Cuando él terminó el set y comenzó a caminar hacia la playa para desenterrar una de las botellas para los jugadores, decidí seguirlo, consciente de que si lo llamaba, no me haría caso.

- Tobías -dije con nerviosismo, él se giró al escuchar mi voz y su sonrisa se esfumó.

- ¡Ah! Eres tú -dijo con evidente molestia.

- Tobías -repetí, esforzándome por controlar la ira que su comportamiento me causaba.

- Mira, si tienes algo que decir, dilo ya. Debo ir a ayudar a las chicas con el próximo juego y si gano, me han prometido un premio interesante -explicó con un tono sugerente.

- ¿Cómo puedes hablar así en mi presencia? -protesté, sintiéndome herida.

- Ya te lo dije claro, Makarena. Estoy cansado de esperarte. Te lo advertí, así que no me responsabilices ahora -declaró Tobías.

- ¿Cómo puedes decirme eso? -interrogué, luchando por retener las lágrimas.

- No empieces a llorar, ya te lo advertí, tengo mis necesidades y si tú no quieres satisfacerlas, buscaré a alguien que sí quiera -afirmó Tobías con calma.

- ¿Es que no significo nada para ti? –pregunté, mientras unas lágrimas se escapaban.

- Te he dicho que sí, que significas mucho. De hecho, debería ser yo quien te pregunte eso, porque por lo que veo, tus sentimientos hacia mí parecen ser falsos. –respondió Tobías.

- ¿Cómo puedes dudar de mí? ¿Acaso te he mentido alguna vez? –repliqué, sintiéndome muy ofendida.

- Entonces, ¿por qué no lo haces conmigo? Se supone que esa es la mayor muestra de amor, ¿no? –preguntó Tobías, indiferente.

- Lo sé, pero yo... –balbuceé nerviosa.

- Mira, si no vas a decirme que lo harás conmigo, mejor no me digas nada. –dijo Tobías, pasando a mi lado con la intención de irse hacia la cancha de vóley improvisada. No sé por qué lo hice, pero fui tan ingenua que arruiné todo.

- Está bien. –murmuré, y él se detuvo al escucharlo.

- ¿Entonces? ¿Lo harás conmigo? ¿O me dejarás divertirme con las chicas? –preguntó Tobías, mirándome fijamente.

- Lo haré. –respondí en un susurro tan bajo que no pudo oírme, mientras ocultaba mi rostro mirando al suelo.

- ¿Qué has dicho? –inquirió Tobías, acercándose y colocando su oído junto a mi rostro.

TU, EL DUEÑO DE MI AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora