El desafío de amar a un/a amig@

Capitulo trece

26 de Julio 2024, Buenos Aires, Argentina

<Diana Gonzalez

  Convivir sola. Era algo de lo que yo estaba acostumbrada y la mayor parte del tiempo en esos días quería estar sola, necesitaba pensar y entender la situación que estaba pasando yo con mi familia, por que aunque no éramos tan unidos con mis papás, yo quería que estén bien de todas formas. Mamá esos días la había pasado tan mal que hasta a mi me dolía verla así.
 Mamá era una mujer muy fuerte que siempre dejo todo por todos, siempre fue mi heroína aunque ni siquiera sabia todo lo que hacia o me gustaba; yo hace tiempo la veía mal, pálida, desanimada, con vómitos, sin ganas de nada ni de comer, pero mi hermano y papá pensábamos que le pasaría en un tiempito, hasta ella misma nunca pensó en llegar a ese momento de su vida que tendría que dejar de preocuparse por los demás y luchar con una enfermedad que la mayoría de las personas con eso, no sobrevivía.
  ¿Teníamos miedo? Mucho ¿Teníamos esperanza? Por supuesto ¿Mamá quería estar bien? Si, pero algo que me dejo pensando mucho ayer, es que ella aunque dijera que no se estaba despidiendo, ella sabia que esta batalla no era nada fácil. Yo era la mas afectada, ayer no comí en todo el día, no hice nada, simplemente volví del hospital directo a mi cama llorando y llorar y llorar y llorar. Fran comió con papa la comida que nos dejo mi padrino preparada, apague mi celular, por suerte Tomas entendió que necesitaba estar sola, le trajo a papá hoy a la mañana una caja de chocolates para mi con una carta larguísima que me escribió, se quedo a la mañana y le hizo unas galletitas a Fran, papá se lo agradeció mucho y que a pesar de la diferencia de edad conmigo, lo veía como un buen chico.

 Pero, mientras yo, extrañaba a Nicolas, lo necesitaba mucho, en un par de días ya volvíamos al colegio y no sabía absolutamente nada de él, ni él de mi. 
Sentía como dolores profundos en mi pecho, unos dolores que dolían mucho por que yo necesitaba a esa persona tan importante que amo con toda mi alma, estuvo en mis momentos mas vulnerables y mis mejores momentos, yo lo necesitaba como nada y mas en esa situación que lo hacía el doble de imposible olvidarlo.
Él en tan poco tiempo logro conquistar gran parte de mi corazón no solo con sus acciones, sino también con sus palabras que siempre me decía mas que nada a través de una pantalla por que nunca habíamos sido tan cariñosos en persona. Extrañaba tener es hombro donde descansar, esos brazos donde me sentía segura cada tanto con un abrazo, las locuras que hacia y como siempre extrañaba los ojos que siempre me alentaban a seguir adelante a pesar de cualquier situación.
Yo amaba con toda mi alma a ese amigo que después de las peleas, seguía estando conmigo en todo momento. Hubo momentos en el que nos distanciábamos mucho y eso aunque me hacia mal y el lo sabia, entendí que eran momentos para pensar en nosotros, por que de eso se trataba una amistad, tomar caminos distintos pero siempre caminos paralelos aunque no sean iguales esos pequeños recorridos de la vida yo disfrutaba mucho tener alguien a mi lado y mucho mas me encantaba que justamente él fuera esa persona.
Yo entendía totalmente lo que era un tiempo entre los dos, pero en ese preciso momento necesitaba sentir su presencia conmigo, lo necesitaba a él.

...

  Me dormí toda la mañana esa vez, me levante digna a bañarme como a las once, papá y Fran fueron a ver a mamá por que se tenía que hacer unos estudios.
  Ya me estaba por entrar a bañar, la bata sin nada abajo estaba puesta, iba a ponerme música pero preferí escuchar el agua caer en el piso después de recorrer mi cuerpo. Pero toda mi planeación duro poco por que dos segundos antes de entrar de vuelta en el baño ya con el pelo suelto, escuche la puerta, rezongue y sin ganas baje a abrir hasta sin importarme como me veía ni quien era. Tomas, con un ramo de rosas rojas en la mano y una cartita con mi nombre en ella escrita de una letra cursiva delicada y fina de color dorado, se recargo en el marco de la puerta y ligeramente ladeo su cabeza mirándome con una sonrisa diminuta pero queriéndome abrazar