Met Gala

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POV Luisita

Nunca pensé que me invitarían a una fiesta como la Met Gala. Hace unos años estoy en el ojo del público, y es de puro conocimiento que no soy la persona adecuada en cuanto a los conflictos; parece que siempre hay algo que me atrae a ellos. Si no es por mi familia, es por mis novios locos. A veces no sé de dónde salen y cómo hacen para que me enamore de ellos.

Pero aquí estoy, en el Museo Metropolitano de Nueva York, vestida por Gucci con un atuendo de color blanco con piedras brillantes pequeñas, tranquilo pero bastante llamativo por cómo se marcan y resaltan mis pechos. Con mi pelo color miel suelto y maquillaje bastante natural, pero con un labial rojo fuego. Solo hay tres personas delante de mí, y voy a hacer mi aparición. Decir que estoy nerviosa, no es nada.

- ¿Luisi? ¿Estás bien? - me preguntó María, mi representante y acompañante en todo, sacándome de mi pensamiento.

- Sí, María. Estoy perfecta.

- Luisi, sé que estás nerviosa pero tranquila, y prepárate que ya es tu turno.

No sé por qué, pero no había notado que ya habían pasado las tres personas, y pronto seré yo. De pronto veo una señal del staff y sé que es mi turno; puedo escuchar cómo María me desea suerte y me afirma que nos veremos luego dentro. Camino despacio hacia los paparazzi y me detengo. Se puede escuchar un sonido excesivo de flashes. Sigo caminando y voy subiendo las escaleras. Los flashes continúan y aunque nadie dice nada, sé que estoy muy bien vestida. Si bien, tengo una estilista muy buena y marcas detrás extremadamente buenas, mi gusto por la ropa siempre estuvo y siempre me importó. Y sé que este vestido, todo el mundo lo amará.

- ¿Luisa Gomez? - dijo una reportera de Vogue - Buenas, ¿podría una pequeña entrevista?

- Claro.

- Aquí estamos con Luisa Gomez - mencionó a la cámara - ¿Cómo te encuentras? ¿Estás nerviosa por ser la primera Met Gala a la que asistes?

- Buenas - dije un poco nerviosa - Me encuentro estupenda, aunque no les miento diciendo que me encuentro un poco nerviosa pero muy feliz de estar aquí. Siempre fue un sueño asistir y bueno, aquí estoy.

- Estás muy bien vestida, diría que tu vestido es un clásico pero de esos que siempre dan de qué hablar por ser muy finos y delicados.

- Gracias. Estoy utilizando un vestido Gucci. Cuando me invitaron, me acerqué a Sabato De Sarno para comentarle lo que creía que iba bien con la temática de este año y juntos logramos este resultado. También estoy utilizando unos zapatos blancos de Jimmy Choo

- Te encuentras muy respaldada en las marcas - hizo una pausa - ¿Crees que tal vez salgas en las noticias como la mejor vestida? - y no sé por qué me hizo esa pregunta o si eran aquellas preguntas trampas.

- Yo sólo creo que me veo bien, y no por eso todos tienen que pensar lo mismo - y como si alguien viera lo incómoda que me estaba poniendo, me llamaron para que siga la caminata y pueda ser fotografiada un poco - Disculpen, tengo que seguir el camino, pero espero que si les gustó mi atuendo que me lo hagan saber, siempre estoy leyendo sus comentarios en las redes.

Solo dije eso, y proseguí a seguir subiendo la escalera y con una sonrisa en la cara seguí posando y no sé en qué momento, pero miré hacia abajo y pude verla. Podía pensar que iba vestida mejor que varias que había visto, pero ¿ella? Iba con un vestido rosa pastel con cola, con sutiles toques de diamante. Sabía quién era a la perfección, se sabía que cualquier persona que se acercara a Amelia Ledesma iba a estar radiada de fama. Si ella te escogía para que estés a su lado, ibas a ser la persona más famosa del mundo. Seguramente estaba aquí porque había ganado el segundo Grammy como álbum del año, el premio más importante para cualquier cantante. Tampoco era mentira, que tenía una belleza natural. Ni una cirugía, todo era de ella. Seguí caminando hasta que pude ver a María, me había demorado 30 minutos aproximadamente.

Entre Luces y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora