Fue contratado por la compañía más grande y popular de videos para adultos en Japón gracias a su manager, ahora debía soportar a las enormes estrellas con las que trabajaría de ahora en adelante.
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No podía ni respirar, tenía la gruesa polla de Nanami en su boca, era grande y su garganta podía sentir las venas marcarse con cada embestida.
Sentía como las lagrimas y saliva caían por su rostro. Nanami le follaba la boca con un ritmo muy brusco mientras lo veía fijamente, a traves de la mascara que llevaba podía sentir su sonrisa llena de lujuria.
Kaito intentaba alejarse pero tenia sus manos atadas a su espalda, quería resistirse, pero era imposible con el hombre tomando su rostro con una mano y su cuello con la otra. Realmente amaba la situación en la que se encontraba, pero ante la cámara debia actuar como si no.
Se encontraba en cuatro sobre su cómodo colchón, Nanami estaba a un lado, embistiendolo para buscar su propio orgasmo sin importarle las lagrimas ajenas.
El dormitorio del departamento de Kaito se llenó de gemidos ahogados y gruñidos roncos, el ambiente era caliente pero más que prenderlo, solo asqueaba.
-Mjh...!- su cuerpo se estremeció al sentir una palmada en su trasero apenas cubierto por la tela de sus bragas, tuvo el impulso de voltear a ver a la causa pero Nanami no lo dejo.
-Que perra más cachonda, ¿Te gustó que te golpeara? A parte de marica, masoquista- la espesa y gruesa voz junto con su risa de burla de Toji resonó por su cabeza, había estado tan concentrado con alejarse de Nanami que por poco olvidaba que habían sido dos los sujetos que irrumpieron en su departamento, como vandidos.
Las manos de Toji apretaban sin descaro su trasero al punto de que sus manos se marcaban en la palida piel, dejando una que otra palmada que enviaban corrientes de placer al pene de Kaito, Toji tomo las diminutas bragas del chico y las hizo a un lado, lamió sus labios al ver el agujero rosado, estrecho y bien cuidado que poseia Kaito.
Llevo su boca al aro carnoso, lamiendo y chupandolo como si fuera una paleta y usando su mano libre para masturbar su polla erecta. Kaito encorvó su espalda al sentirlo, removiendose algo incómodo por sentir la humedad lengua del macho entrar.
Tras unos minutos, los sonidos de su boca engullendo la polla de Nanami lo hicieron perderse, Toji atendia tan bien su agujero que dejo de forcejear, ahora su lengua se movia con forme las embestidas.
-Pareces un puta hambrienta, ¿Tanto te gusta ser jodido?- murmuró Toji sin despegarse del trasero del chico, verlo retorcerse de placer era la mejor vista del jodido mundo.
Kaito quería hablar, pero la polla de Nanami lo llenaba tan bien. Pero, quería escucharlo también, hasta ahora el rubio solo había soltado gruñidos y maldiciones. Kaito quería que también le dijera cosas sucias.
Su vista se pegó a la del rubio, mirándolo fijamente mientras aumentaba el ritmo de las embestidas, chupando con fervor la polla hasta que su nariz tocara el poco bello que había en la base.
Nanami no pudo soportarlo más, la boca húmeda que lo comía lo estaba haciendo llegar a su limite, ahora Kaito tenía una mirada igual de lujuriosa que la suya y eso lo ponía más cachondo.
-Maldición... Lo haces muy bien.- sus manos acariciar el cabello del pelirosa, animandolo a que siguiera, no faltaba mucho para que terminara en su boca.
Toji no quería ser excluido por lo que su mano libre volvió a abofetear su trasero.
Kaito tampoco podría soportarlo más, estaba en las últimas.
Una última embestida profunda y Nanami terminó por regar tiras espesas de su semen en la boca del pelirosa. Inmediatamente Kaito sintió como se ahogaba, teniendo el impulso de separarse de la polla de Nanami.
Algo jadeante, el rubio siguió con sus caricias en el pelo rosa del chico -Si te lo tragas todo te daré una recompensa- eso vasto para que Kaito se corriera y manchara las sabanas.
Con gran esfuerzo paso toda la carga de Nanami, respirando agitado cuando por fin su boca estuvo libre.
Se dejó caer en la cama, temblando y jadeando. Toji, no satisfecho lo tomó de la cintura y lo volteo bruscamente para quedar boca arriba.
-¿Ya te cansaste? Esto apenas comienza- La sonrisa de Toji le informó que no estaba jugando.
Kaito miró sin disimular la polla de Toji, era casi igual que la de Nanami, tal vez un poco más grande, no pudo evitar salivar, queria ya que ambas pollas lo jodieran rudamente.
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