♦️{9}♦️

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Entre la oscuridad el príncipe heleno sudaba sofocado y atrapado entre los brazos del guerrero Saggitaryus, las respiraciones de ambos se mezclaban estaban tan cerca que escuchaban a la perfección sus jadeos y hasta el sonido de sus corazones acelerados, tal vez se debía a su carrera o al nerviosismo que no sabían identificar.

—Aioros no me dejas respirar —Susurro y se movió un poco de su agarre ya que lo presionaba con posesividad hacía su cuerpo.

El príncipe movió un poco su mano y tocó algo duro...muy extraño así que lo tanteo con más vehemencia.

Un jadeo escapó de la boca del guerrero.

—¡Su majestad por favor no toque ahí!—Dijo completamente avergonzado, su cuerpo respondió muy mal ante la cercanía de Saga.

—Que es esto...—Entre la oscuridad volvió a hacer presión y sintió venas latir en su mano, sintió que la misma se quemó y de inmediato soltó aquel pedazo de carne—¡POR LOS DIOSES AIOROS!

El grito del príncipe llamo la atención del ciclope, pero también ambos en nerviosismo se movieron con brusquedad sin saber que solo los sostenía una indeleble capa de barro y hojas que se desplomó mandándoles hasta lo más profundo de aquella cueva que resultó ser bastante honda.

—¡Aquí están aquí están, me los comeré! —El único ojo del ciclope miraba a través  de la pequeña llanura de piedra para tomar a sus presas pero estos ya estaban muy alejados de ahí y su tosco cuerpo no entraba por ese espacio—No escaparan de mi me los voy a comer—Se acomodo para esperar que salieran sus bocadillos, no podrían estar ahí ocultos toda la vida.

Por su parte ambos jóvenes rodaban en caída hacia el fondo del lugar, no escucharon a su atacante en la parte de arriba de la cueva, después de segundos al fin tocaron el suelo, un quejido abandono los labios de ambos por la estrepitosa caída.

—¡Príncipe te encuentras bien!—Aioros empezó a tantear en la oscuridad sin éxito, por suerte el arco dorado también cayó con ellos y lo tomo para iluminar un poco aquel pozo oscuro.

—Estoy bien...—El monarca se acomodo el brazo que se le salió con la caída sin gritar siquiera, Aioros se sorprendió en sobremanera por su resistencia bruta al dolor ¿Que acaso era de goma?

—Oye lamentó lo de arriba —Se rascó la nuca incómodo—Soy un hombre y mi cuerpo a veces tiende a reaccionar por si solo ...¡Majestad tenga piedad!

El príncipe rodó los ojos—No menciones eso, y te pido que dejes de decirme majestad en este punto creí que ya habíamos superado las etiquetas.

—Mi príncipe realmente lo siento he excedido mis límites —Solo escuchaban sus voces, no podían ver sus rostros en aquella intensa oscuridad, Aioros agradecía eso ya que así el príncipe no vería su patética expresión.

—E insistes en llamarme así...está bien Aioros también respetaré mis límites y te llamaré general de ejército si quieres mantener este absurdo.

—¡No por favor, llámame por mi nombre! Me gusta oírlo de tu voz —Aioros se abofeteó a si mismo que demonios pasaba con el siendo tan impropio con su alteza, el mismo se pondría en la horca cuando volviera al palacio.

—¡¿Te acabas de golpear!? —Pregunto con asombro pero el guerrero lo negó con nervios así que decidió no darle importancia —Aioros yo...creía que éramos amigos, estaba muy feliz de que alguien me tratara como un  humano, también me daba ilusión verte en el jardín y todas las noches fui pero tú nunca estabas....—Dijo tan triste permitiendose ser honesto en esa oscuridad, si tuviera que ver los ojos del guerrero Saggitaryus no sería capaz de decir lo que daba vueltas en su mente y corazón.

El Príncipe y El Guerrero... {AiorosxSaga}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora