♦️{17}♦️

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Tal como Shaina se lo prometió a Tethis se encargaría de alejar las demás balsas para que está logrará su cometido, la neblina hizo su función y cegó y distrajo a los hombres mientras que los separaban.

Camus detuvo el remo anonadado con la neblina que los cegaba, Milo se puso alerta, despues de horas parecía que realmente todo se complicaría.

—Que es esto...—Susurro para si mismo el esclavo confundido.

—Era demasiado bueno y fácil para ser verdad, este lago de porquería está maldito después de todo.

—¿¡El príncipe donde está!?—El galo se preocupó al no verle.

—¿¡Están todos bien!?  ¡Hay alguien ahí!—Llamo la atención de ambos los gritos del general de ejército.

—Es Aioros...—Dijo Milo—Esta hacía el norte bastante alejado como diablos nos separamos tanto...

—Debemos volver a unirnos, Ikki y Shun deben están con ellos.

—Esta bien, nademos hacía allá, vamos Camus—El espartano se puso en la orilla de la balsa listo para lanzarse pero vio al otro removerse algo incómodo—Apresurate...o la corriente los alejara más...

—Y-yo...Agh está bien.

Ambos se lanzaron al agua pero el contacto con la misma les quemó la piel de inmediato, el espartano nado hasta la balsa pero bajo el agua vio como el francés se hundía sin control de sus movimientos, nado hacía el y lo llevo de vuelta a la balsa consigo, este tosia pues había tragado agua, Milo lo miro con dureza.

—No sabes nadar —Afirmo, ni siquiera era una pregunta pues era obvio.

—Nunca aprendí, y un esclavo no necesita saber nadar, jamás se me enseñó.

Milo frunció el entrecejo molesto —Si no sabías porque aún así te lanzaste al agua ¿Eres idiota?

Camus se ofendió —Tenemos que reunirnos con el príncipe a como de lugar.

—¡Pudiste morir!—Grito exasperado tratando de que entrara en razón.

—¿¡Y eso que!? Milo lleguemos hacia ellos no importa como o que tengamos que hacer, no dejaré al príncipe, lo haré contigo o sin ti.

El guerrero a regañadientes intento hacer andar la balsa pero está no cedía, Shaina estaba bajo ellos escuchando su conversación, tendría que hacer algo más que solo retenerlos para que no interfirieran.

Los ojos de la sirena se tornaron de un verde intenso y su canto resonó en los oídos de los jóvenes de la superficie, se los cubrieron pero aún así la voz era tan penetrante que las palabras que profería en canto no eran  entendibles.

~Con mi canto los embrujo, con mi canto los maldigo.

Un minuto terrenal será un día para ustedes, pasaran horas y creerán que pasaron años perdidos en el tiempo y la realidad.

El lago de color carmín verán, mi hechizo ustedes no romperán~

Ambos hombres perdieron el conocimiento cayendo en el agua maldita del lago Megge, al estar inconcientes flotaron por un tiempo hasta que el galo fue el primero en despertar, por suerte para el y de su experiencia nula en natación estaba cerca de una orilla y el agua llegaba hasta su pecho, sin embargo vio a unos metros al guerrero flotando boca abajo.

El esclavo arrastraba con dificultad el cuerpo del espartano a la orilla del lago, este estaba inconsciente y Camus se comenzó a preocupar pues al parecer se había ahogado,el francés tenía los ojos abiertos de par en par y su cerebro trabajaba al mil por hora con la adrenalina quemándole las venas, tenía que hacer algo pronto para salvar al insoportable.

El Príncipe y El Guerrero... {AiorosxSaga}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora