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Está a solo una llamada de distancia y lo dejarás, eres leal a mí.

Después de aquel incómodo momento en clase, Danielle luchó por desesperadamente enfocarse en las palabras del profesor

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Después de aquel incómodo momento en clase, Danielle luchó por desesperadamente enfocarse en las palabras del profesor. Los murmullos del aula se desvanecieron en el fondo mientras su mente seguía divagando hacia Minji. Recordaba cada detalle de su último encuentro: la suavidad de su piel al abrazarla, el brillo en sus ojos al sonreír, el calor reconfortante de su presencia.

Aunque había intentado aferrarse a las explicaciones del profesor, su corazón y su mente estaban en otro lugar, atrapados en el torbellino de recuerdos compartidos. Cada palabra del maestro se desvanecía en el aire, eclipsada por la intensidad de sus pensamientos y emociones.

El sonido del timbre, marcando el final de la clase, la sacó bruscamente de su ensimismamiento. Un suspiro de frustración escapó de sus labios mientras el resto de los estudiantes se levantaban para salir. Se sentía abrumada por la inquietud. ¿Cómo podría concentrarse en sus estudios cuando su mente estaba obsesionada con Minji y los momentos que habían compartido?

Mientras recogía sus cosas, una sensación de vergüenza la envolvía. Su rostro se caldeaba al recordar el bochornoso momento en el que se había quedado perdida en sus propios pensamientos. ¿Cómo podría enfrentar a Minji después de esa distracción vergonzosa? La idea la llenaba de ansiedad y anticipación.

Una vez que logró deslizarse fuera del aula, Danielle sintió cómo la prisa aceleraba su pulso, sus pasos resonando en el pasillo con urgencia. El reloj parecía desafiarla, recordándole que no podía permitirse llegar tarde a su clase de deportes. Cada segundo era vital, y ella lo sabía demasiado bien.

A medida que avanzaba, el bullicio del pasillo se desvanecía gradualmente, sumergiéndola en un silencio interno lleno de ansiedad. Su mente estaba ocupada por la imagen de Minji, una constante en sus pensamientos que se negaba a desaparecer. La idea de no poder verla, de no poder sentir su presencia cercana, la atormentaba mientras corría contra el tiempo.

Finalmente, llegó al vestuario, donde el sonido amortiguado de las conversaciones resonaba en el aire. Se apresuró a cambiarse, sus movimientos rápidos y precisos, como si el simple acto de ponerse el uniforme de deportes pudiera llevarla más cerca de Minji. Cada prenda que ajustaba era un recordatorio de la brecha que separaba sus mundos, una distancia que deseaba fervientemente acortar.

Cuando salió del vestuario, el sol del mediodía la recibió con su cálido abrazo, iluminando el camino hacia el pabellón deportivo. Los murmullos a su alrededor se convirtieron en un eco distante, apenas perceptible por encima del latido acelerado de su corazón. Los elogios de los chicos pasaron desapercibidos, eclipsados por el anhelo de un solo elogio, el de Kim Minji.

Cada paso que daba era una lucha interna, una batalla entre la anticipación y el temor. Su respiración se volvió irregular, su pecho apretado por la ansiedad de lo que estaba por venir. "Kim Minji, no tienes idea del efecto que causas en mí", murmuró para sí misma, sus mejillas encendiéndose con un rubor intenso que rivalizaba con el resplandor del sol sobre su piel.

ᴡʜɪꜱᴘᴇʀꜱ ||  HusseyzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora