Amor sin Materia. [Miku X Tu]

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Historia: Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]
Género: fanfiction, romance, drama.
Duración: 13 capítulos
Personajes: T/n Kobayashi, Miku Nakano, Tsukasa, Itsuki Nakano, Futarou Uesugui, Raiha Uesugui, Nino Nakano, Yotsuba Nakano, Marou Nakano, Ichika Nakano.
Autor: GabrielBuniaRapetti
Disponible en: Wattpad
Estado: Concluida
Puntuación: 8.0

Haré una excepción, está historia fue la mas votada para ser reseñada en tik tok. Por ello, haré una reseña de cada capítulo, analizaré su estructura, el mensaje y personajes así como su desarrollo. Espero disfruten de esta reseña.

Amor sin Materia: ¿Es tan buena como dicen?

Despertó, como si emergiera de un sueño profundo, solo para descubrirse en un mundo distinto. Una revelación, una ventana hacia un futuro en sombras. La llegada de aquella misteriosa presencia a su hogar desencadenó una cascada de pensamientos, como un río turbulento que arrastra todo a su paso. Recordó el catastrófico accidente que segó la vida de cinco almas, dejando a los supervivientes atrapados en un torbellino de dolor. La visión se desvaneció al regresar a la realidad, dejándolo perdido en un mar de incertidumbre. ¿Quién era ella, esa figura etérea que habitaba sus sueños? Sin tiempo para reflexionar, decidió abandonar su hogar en busca de una nueva senda. Se marchó con la esperanza de encontrarla, como si fuera la brújula que guía al náufrago en alta mar. Ahora, solo en aquella casa vacía, con su corazón como único compañero, su vida aguardaba un giro inesperado, como una hoja llevada por el viento hacia destinos desconocidos. Viviendo en la espera de una respuestas, de un susurro al oído que con dos palabras perfore su alma: Miku Nakano. El nombre del alma en pena de una chica fallecida.

El tiempo fluyó como un río sin rumbo, llevándose consigo el eco de su nombre. En la mente del protagonista, cuatro figuras se entrelazaban como ramas de un árbol ancestral: Ichika, Nino, Yotsuba, Itsuki. Cuatro destinos entrelazados en un baile de luces y sombras, como estrellas fugaces perdidas en la vastedad del universo. En las noches oscuras, una presencia invisible acechaba su sueño, como una sombra en la penumbra, recordándole la fragilidad de la existencia. Los susurros del pasado se entrelazaban con el lienzo de su memoria, pintando un cuadro de melancolía y añoranza. Como un trovador en busca de su musa, se detuvo ante la imagen de aquella chica: cabellos como ríos de tierra mojada y ojos que reflejaban el firmamento. Una voz etérea, como un susurro entre las hojas, lo envolvió: "flor..." El eco se desvaneció en el aire, dejándolo solo en su pequeño reino de soledad. En esa casa diminuta, habitaba un alma en penumbra, atrapada en su propio laberinto de recuerdos. Esa noche, el insomnio fue su compañero, mientras la oscuridad susurraba secretos sin nombre.

Como un coro discordante de memorias dolorosas, sus pensamientos se inundaron con los nombres de ellas. En sus sueños, los ecos del pasado se entrelazaban con la niebla del olvido, tejiendo un tapiz de anhelos y nostalgias sin fin. Sin embargo, la quinta figura permanecía en las sombras, un enigma sin resolver en el laberinto de su mente. En la quietud de su habitación, buscaba inspiración en las paredes como quien busca respuestas en las estrellas, pero solo encontraba el vacío de lo desconocido. La llegada de su amigo trajo consigo un eco amargo, un nombre que resonaba como un trueno en la calma del océano: Futarou Uesugui, el testigo silencioso de una tragedia insondable. El corazón del protagonista se desgarró ante la cruel realidad, como una flor marchita en el invierno implacable. Reflexionó en silencio, preguntándose por qué el destino lo condenaba a recordar, qué significado oculto se escondía tras los muros de su mente. Buscando consuelo, se dirigió a la cocina, pero un dolor repentino lo arrojó al suelo, atrapándolo en la espiral del sufrimiento. Despertó sobresaltado por el susurro de una voz etérea, un eco melódico que lo llamaba desde lo más profundo del abismo: "sabroso..." Giró en busca de respuestas, pero solo encontró el eco vacío de la noche. Y entonces, la vio... un espectro doliente, un alma en pena que lo observaba desde las sombras de la realidad. Su cabello, como las raíces de un árbol ancestral, y sus ojos azules, profundos como el océano, lo atraparon en un torbellino de emociones. Su sonrisa, un destello de luz en la oscuridad, aún perdura en su memoria como un faro en la tormenta. Con un gesto de saludo, se sumergió en un océano de pensamientos, mientras ella, en silenciosa compañía, permanecía a su lado. Aunque muerta, su presencia era más vívida que nunca, como un recuerdo que se niega a desvanecerse en la bruma del tiempo.

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