Inseminación

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¡Hola! Esta historia es nueva, pero no me quitaba la idea de la cabeza y... me decidí en escribirlas. ¡Un saludo!

Hoy era el día. Hoy iría el médico para la inseminación. Según mi padre nos había comentado, los espermas serían de Sevathian, por que él era uno de los demonios más poderosos, no por otra cosa. 

-Vamos Vaggie, vamos a llegar tarde- dije yo. 

-Yo... Charlie prefiero no ir, no lo quiero presenciar- dijo ella algo enfadada. 

-Pero ¿por qué? ¡Esto hay que superarlo entre las dos!- dije incrédula. -¿Cómo no me vas a acompañar?

-Yo no quiero presenciar como pasas de ser mía a ser de un estúpido- dijo ella con un puchero, pensando que a mí se me haría tierno. 

-Me da completamente igual, ah claro, pero si te inseminaran a tí bien a gusto que estarías conmigo al lado ¿no es así?- dije- Lo primero, yo no soy tuya, me pertenezco a mí misma. Lo segundo, no seré de nadie más ni tendré ningún tipo de relación con otra persona por tener un hijo y último, odio que no me apoyes con esto. ¡Eres mi pareja!

-Ya se que soy tu pareja pero debes entender que me rompe el alma que nuestra relación ya no pueda ser tu y yo a solas- dijo ella. 

-Llego tarde, preparate lo que quieras para comer, comeré fuera- dije totalmente enfadada. 

Cuando salí de la habitación me encaminé a la sala de estar y allí mismo me choqué con Alastor, quién salía de la cocina. 

-Oh, lo siento de veras Alastor- dije apenada después de chocar con él. 

-Tranquila, tesoro, se te nota nerviosa... ¿algo de lo que deba preocuparme?- dijo él con su tono radiofónico de siempre. 

-Bueno, hoy es el día de la inseminación y tengo que ir sola ya que Vaggie no quiere venir conmigo, dice que no quiere presenciar como creo un "fruto de amor" no suyo. En estos momentos es cuando más la necesito- dije algo cabizbaja. 

-Si lo desea la puedo acompañar, para que no vaya usted sola- dijo él tan galán como siempre. 

-¿En serio? ¿Vendrías conmigo?- dije con brillo en mis ojos. 

-Por supuesto querida, sabes perfectamente que no soy de las personas que dicen de hacer algo y no lo cumples ¿no es así? -dijo él, sus palabras hicieron que me sonrojara, no sé por qué. Estaba emocionaba, sería eso. 

-De verdad que te lo agradezco- dije regalandole una sonrisa sincera, de verdad me hacía mucha ilusión, pero... ¿por qué?

Alastor se quedó petrificado y luego decidió ofrecerle el brazo, para entrelazarlo con el suyo. 

-¿Puedo conceber el placer de saber quién será el progenitor de su primogénito?- dijo él. Yo ya me habría líado intentando pronunciar esas palabras. 

-Oh, no me agrada nada esa persona, pero bueno... Sevathian Von Eldrich. Es lo que hay- dije muy desilusionada. Cómo me asqueaba ese demonio. 

-Ya veo -dijo él mirando al frente. En ese momento pude divisar el perfil de Alastor, la verdad es que me sorprendió. Lo observé y me dí cuenta de que era un demonio bastante guapo y atractivo. Pero ¿qué me estaba pasando?.

-Llegamos querida- dijo estirando un brazo junto a su micrófono para dar la bienvenida a un edificio gigante, bueno, más bien que el edificio nos diera la bienvenida. 

Los dos nos sentamos en la sala de espera, yo estaba muy nerviosa, ni siquiera noté que me temblaba la mano. De repente y sin previo aviso noté el calor de una mano más grande que la mía, negra y roja. Los colores se me subieron a la cabeza. 

-Estás temblando, tesoro. Debes estar muy nerviosa- dijo mientras retiraba la mano y la ponía sobre mi hombro.

-¿Tan notorio es? -dije yo mirando al suelo. -Siento que mi corazón va a escapar por la angustia. 

-¡Que imaginación la tuya, querida! Puedes estar tranquila, eso no va a pasar -dijo él. El chiste no tenía gracia, estaba claro de que lo que Alastor quería lograr era molestarme un poco, pero no se por qué me reí yo también. 

-Es verdad, no se va escapar- dije después de reír un poco. 

Noté la cara de sorpresa de Alastor. Notaba un raro brillo en sus ojos. Para no hacer mucho contacto visual, Alastor giró su cabeza hacia el lado contrario. 

-Yo siempre tengo razón querida- dijo mirando a otro lado. 

-¡Charlotte Magne!- gritó un doctor con apariencia de lobo. Esas palabras me pusieron tan nerviosa que me paralicé.

-N-No puedo -dije totalmente horrorizada. Noté como Alastor clavaba sus ojos en mí, con curiosidad. Tan solo me agarró de la mano, y me sentí aliviada. Él me guió a la sala y me sentó. 

-Traquila querida, después de esto no les deberás nada a tus padres. Te espero fuera tesoro- dijo para girarse. 

-Alastor espera, quédate por favor- dije yo. Que él estuviera a mi lado me hacía sentir aliviada.

-Pero querida, no se si yo puedo estar aquí- dijo él algo nervioso. 

El doctor entró con la inyección y mi nerviosismo volvió. Empecé a respirar muy nerviosamente y agitadamente y noté la mano de nuevo. La apreté con todas mis fuerzas. Su tacto era... suave. Me encantaba. 

-Señorita Charlotte Magne, su majestad, por favor retírese la prenda, necesito que tenga el vientre al descubierto- dijo el doctor.

Noté como Alastor miraba muy mal al doctor, y como él ponía cara de pánico.

Cuando empecé a desvestirme por abajo, Alastor giró la cabeza para no ver. Me pareció tierno, él respetaba mi privacidad, era un verdadero caballero. Volví a reír y noté como se destensaba, no sé que lo tenía tenso, pero bueno. 

Me senté y volví a agarrar la mano de Alastor, para tranquilizarme. Seguía muy nerviosa, apretando su mano.

-Charlie, mírame- dijo Alastor. 

Yo lo miré y tan solo sentí un pinchazo en el vientre y ya está. 

-Felicidades Charlie, todo ya pasó- dijo él mirándome con una sonrisa sincera.

Me volví a vestir y al salir del edificio lo abracé. 

-Lo siento, pero, gracias por todo Alastor, no podría haberlo hecho sin tí- dije muy agradecida y ruborizada. 

-De nada querida, a sido un placer acompañarte- dijo un una sonrisa sincera y... ese brillo en los ojos. Que peculiar. Que tierno. 


Nos equivocamos de espermas, Vaggie- (Charlastor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora