Navidad

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Navidad

(Tsubasa Ozora)


Hoy había nevado en Shizuoka, las calles están cubiertas bajo un manto blanco y níveo, mientras los niños juegan alegres sin importar el frio que hacia junto con su risas mostrando el entusiasmo de disfrutar una nevada en el día de navidad. Las luces coloridas y tintineantes que adornaban las casas daban una sensación de calidez mientras algunas parejas caminaban agarrándose de la mano en su paseo nocturno, deseaba poder algún día caminar de esa manera con mi persona amada. Con paso presuroso y una sonrisa en los labios no pude evitar recordar mi infancia en estos lugares, jugando entre la nieve con mis amigos y mi querido Misaki.

El club Barcelona nos dio algunos días libres por las celebraciones de navidad, apenas acabó mi último entrenamiento y después de escuchar las recomendaciones del entrenador, yo me enrumbé hacia mi hogar. Varios de mis amigos también regresaron a Japón por las celebraciones y al saber por Misugi que Taro está con su padre en Shizuoka fue un hermoso regalo de navidad por adelantado. Pero algo no estaba bien, yo sentía que Misaki trataba de mantener cierta distancia y el presentimiento que tenía no me deja tranquilo.

Al llegar hacia mi destino, respiré profundamente para controlar los nervios que sentía y sin pensarlo dos veces toqué la puerta de la casa donde vive ahora Taro y su padre. Después de unos segundos fui recibido por el señor Misaki; pero la expresión de su rostro mostraba angustia, afirmando el presentimiento que tuve todo el día.

-Tsubasa, es una sorpresa verte. Ayer tu club ha jugado un partido amistoso, hiciste un gran juego. Pasa por favor- el pintor me invitó que entre a su hogar, no pude evitar sorprenderme por los nuevos cuadros pintados por el mayor Misaki- Se puede saber el motivo de su visita? Y al parecer llegas en el momento indicado.

-Taro no se encuentra bien- hablé con seriedad, llamando la atención del padre de mí mejor amigo- mi corazón me dice que él no está bien, traté de comunicarme con Taro pero su teléfono móvil está apagado. Yo necesito estar a su lado, por favor.

La primera impresión que uno tiene del señor Misaki es que él es un hombre serio y calculador; pero todos estos años que lo conozco puedo dar fe que el padre de Taro es una persona sensible y amable, cuyas virtudes heredó mi querido amigo. Taro Misaki es la persona más cándida y afable que conocí en mi vida.

-Taro y yo teníamos que ir a un evento benéfico por navidad, pero quizás cancele porque él está enfermo- el pintor acomodó sus documentos en un portafolios con una mirada perdida- mañana entregaré los contratos a mi cliente así que no hay problema

-yo puedo quedarme con Taro, Señor- pedí aquella petición con anhelo y con la esperanza que pueda ser aceptado- yo cuidaré de Taro, mientras usted se encarga de sus labores. Sé que este evento es importante para ustedes y Taro estará triste al saber que usted no puede asistir al evento benéfico por cuidarlo. Por favor, permita que me quede con Taro.

La sorpresa se mostró en los ojos del mayor y me sentí un poco cohibido por la mirada examinadora del pintor. El silencio reinó por unos segundos en la sala de la familia Misaki, solo se escuchaban a lo lejos risas y las voces melodiosas de los niños cantando villancicos; hasta que el señor afirmó con su cabeza, al parecer estaba confirmando algo que yo no sabía.

Ichiro Misaki dejó a un lado su portafolio y se acercó a mi lado, ¿acaso mi desesperación por estar al lado de Taro hizo sospechar a su padre sobre mis sentimientos? Mi corazón latía con fuerza al pensar que esta situación parecía la de una pedida de mano.

-si tengo que dejar a mi hijo, lo dejaría contigo- Ichiro posó su mano en mi hombro mientras sonreía- Se lo mucho que lo amas y lo que tú eres capaz de hacer para ver sonreír a mi hijo. Cuídalo porque Taro es mi tesoro más valioso, lo mejor que tengo en la vida.

-Taro también es mi tesoro más valioso- miré fijamente al pintor, dándole a entender la profundidad y lo sincero de mis sentimientos por Taro- gracias por sus palabras y por su confianza hacia mi

Después de darnos un abrazo y recibir algunas indicaciones del señor Misaki, él se enrumbó hacia el baile benéfico dejándome a cargo del Misaki menor. Taro tenía fiebre y el doctor menciono que era un resfriado dejándole con una receta de medicamentos que su padre ya había comprado antes que yo llegara.

Entré a la habitación donde descansaba mi querido amigo, vi a Taro con las mejillas color carmín y respiraba con dificultad. En mi memoria apareció el recuerdo de Misaki después de ganarle a Hyuga en la final: él estaba en una camilla mientras yo sujetaba su mano, preocupado por el golpe en la frente que se había hecho para cuidar la portería junto a Wakabayashi. La misma situación se volvió a repetir cuando su lesión en su pierna izquierda empeoró tanto que le obligó renunciar a ser jugador profesional, lo único que yo podía hacer en ese momento era estar a su lado.

-Tsubasa- Misaki susurró con dificultad mientras yo me acercaba hacia donde él estaba descasando, sin pensarlo dos veces sujeté su mano mientras poso mi frente en el suyo- ¿Qué haces?

-aun tienes un poco de fiebre- murmuré con afecto mientras pasaba mis dedos en sus cabellos, al parecer mi caricia estaba tranquilizándole- el señor Ichiro me dijo que ya tomaste tu medicina, será mejor que descanses. Yo estaré aquí velando tu sueño.

-gracias Tsubasa- me separé un poco de Misaki para arroparlo, mis manos acariciaban con suavidad por sus mejillas rojas. Taro trataba de permanecer despierto pero el sueño iba ganando- por eso yo estoy... enamorado de...

Traté de tranquilizarme al ver a mi mejor amigo dormir plácidamente, mi corazón latía desenfrenadamente y el asombro me dejó con la boca abierta, sin poder pronunciar alguna palabra ¿acaso había escuchado bien? ¿Sus palabras fueron causadas por la alucinación de su fiebre? ¿Taro Misaki estaba enamorado? Un sinfín de preguntas me atormentaba en estos momentos y las ganas de despertar a Taro para conversar sobre esto me era demasiado cautivador, pero el dolor de la duda me embargó y con tan solo pensar que Misaki está enamorado de otra persona me hizo sentir enfermo.

Suspiré al ver a mí querido bello durmiente, metí mi mano en mi bolsillo y saco aquella caja que adquirí meses atrás; yo sujetaba la cajita aterciopelada que contenía el anillo de compromiso y con cautela saco la pequeña joya, la inscripción que traía el aro hizo que esbozara una sonrisa esperanzadora: "mi pareja dorada". Con suavidad agarro la mano de Taro y coloco el anillo en su dedo anular; al ver que le queda a la perfección el anillo de compromiso a mi amado, posé por unos segundos mis labios en el aro que adorna solo por ahora su mano.

-Solo falta unos meses más- entrelacé mis dedos con el de Misaki, mientras miraba embelesado a mi querido amigo- después de ganar el mundial, te voy a entregar este anillo y pediré que seas mi esposo. Espero que me aceptes, mi amor

La entrevista que cambió mi vida / TsubasakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora