Satoru después de aquel suceso que a hecho hacia Yuuji, decidió ordenar a sus sirvientas a mandar sus cosas del pelirosa a otra habitación para que no pudiese tener que encontrarlo ahí, no quería dormir con él, ni menos tener relaciones sexuales solo para darle gusto a su ingrato padre.
El tiempo pasó lentamente y ambos jóvenes evitaban encontrarse el uno al otro para no tener que discutir y llegar a tales extremos como la violencia. Yuuji poco a poco se acostumbraba a estar en esa residencia que antes le parecía bastante grande y un poco aterradora. Su esposo había salido de la residencia para hacer sus funciones como próximo líder de su clan, tuvo la oportunidad perfecta de salir a pasear al jardín y así lo hizo. Observó con asombro el bello jardín que inconscientemente sonrió un poco, caminó hacia el admirando las hermosas flores que habían: lirios, margaritas, crisantemos, tulipanes, rosas, girasoles, ect...Y todas de diferentes colores cálidos que formaban un ambiente agradable para su gusto, pero su mirada se había fijado en un árbol que desde pequeño lo había visto una vez y le nombró como el más bello que a visto, se acercó a aquel árbol donde sus hojas eran pétalos de flores rosas como su cabello que caían poco a poco, para Yuuji era relajante sentir como bajaban aquellas flores tocando su delicada piel, sentía tanta paz en ese momento que cerró sus ojos para seguir con esa sensación que tanto deseaba...
Por otro lado, un joven de pelo azul oscuro y de tez blanca buscaba al pelirosa por la mansión para ver como estaba, ya que desde que su hermanastro Satoru se había casado a estado más arrogante que de costumbre y para él eso no era una buena señal, mientras caminaba por los pasillos, vió por la enorme ventana al pelirosa que estaba parado con los ojos cerrados frente al flor de cerezo (sakura), estaba un poco extrañado por aquel acto de pelirosa y decidió ir hacia al jardín para ver que estaba haciendo. Al llegar vio con cautela al pelirosa, parecía muy sereno estando ahí..
X: "Que extraño chico, se ve tan tranquilo, me imaginé que estaba abrumado por todo lo que pasó estando con Satoru, será que lo trata bien mi hermano...?, No...no lo creo" - Le tocó un poco el hombro y vio como se estremeció el pelirosa abriendo los ojos por tal acto que hizo hacia su persona.
Yuuji: P-pero que.. -Dirigió su mirada hacia el lado donde lo tocaron, viendo a un chico peliazul mirándolo un poco serio a su parecer- Le p-puedo ayudar en algo..?
X: Que haces aquí...?, no se supone que deberías estar con tu esposo -Dijo con una voz tranquila pero algo seria.
Yuuji: Y-yo....bueno él está atendiendo otras cosas que no me involucran a mí, así que.... s-solo vine aquí a pasar el rato para distraerme -Se sentía un poco incómodo hablar con aquel peliazul que aún no dejaba de mirarlo.
X: Ya veo....últimamente Satoru se ve más arrogante y serio cuando pasa en las reuniones e incluso a corrido a algunas sirvientas debido a sus rabietas... -Se sentó junto al árbol de cerezo, apoyando su cabeza atrás de ella cerrando su ojos- Por un momento pensé, que si se casaba con alguien, dejaría esa mala actitud...pero veo que empeoró.
Yuuji: -Veía con un poco de tristeza al peliazul por lo que dijo, sin bien sabía que su esposo estaba abrumado a cada minuto que pasa, y todo por culpa suya.., sin embargo aunque quiera ayudar tenía mucho miedo del albino- Perdón por eso.....quisiera ayudar, pero....
X: -Abrió uno de sus ojos para mirar al pelirosa- Pero qué...?
Yuuji: Yo le tengo un poco de m-miedo hacia mi esposo.. -El peliazul abrió el otro un poco sorprendido, mientras el pelirosa temblaba un poco, aún recordaba con claridad el suceso que hizo Satoru con él en el cuarto-
X: Ya veo....no te preocupes, su actitud es así de hipócrita, pero te aseguro que poco te tomará cariño, solo se necesita que tú estés con él para que ambos puedan conocerse y formar poco a poco un vínculo -Le dijo con una voz tranquila, para que pueda calmar al pelirosa-
