El portal

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Y mientras "eso" salia del portal, entre todos lo agarramos de sus tentáculos y con mucho esfuerzo luego de unos minutos (ya que se resistió) logramos tirarlo al piso,  donde cayó estrepitosamente y no se movió más. Con su cuerpo completamente fuera del portal comenzó la cuenta regresiva de los 3 segundos. En eso descubrimos que traía consigo a dos compañeros mas, a quienes levantamos y arrastramos de vuelta por el portal.

Habia pasado 1 segundo.

Yo fui de los últimos en pasar y mientras lo hacia escuché un grito muy fuerte lleno de desesperación y rabia, se me helo el corazón y no pude moverme. Veko ya había pasado, no recibiría su ayuda.  Me di vuelta ya que tuve el presentimiento de un gran peligro ya que "eso" nuevamente se alzaba imponente moviendo agitadamente sus tentáculos, si me atrapaba era el fin.

Habían pasado 2 segundos.

Respiré profundo para pensar mejor y pestañe, al abrir los ojos me di cuenta que "eso" estaba frente a mi, era increiblemente rapido como si se hubiera teletransportado, estaba frente a mi con la boca abierta a punto de devorarme. Cuando pensé que era mi fin una mano me tiro hacia el portal que en ese momento se cerró.

Habían pasado 3 segundos, los 3 segundos mas largos de mi vida.

Ya todos habíamos cruzado el portal. Al otro lado después de enfrentar esa aterradora experiencia, sentí que mi cuerpo al límite. Necesitaba una salida para todos esos sentimientos reprimidos.

Comencé a temblar de ansiedad y lágrimas brotaron de mis ojos sin que me diera cuenta. Sin embargo, en medio de todo ese caos emocional, aún aferraba la mano de la persona que había sido mi apoyo en el momento más difícil de mi vida. Mire lentamente a quien era mi salvador.

Era Veko.

Ella con dulzura, me apretó la mano con ambas manos. Sus ojos se encontraron con los míos, y una sonrisa genuina iluminó su rostro.

En ese instante, una cálida sensación de paz me invadió, disipando mis temores y preocupaciones. Era como si su presencia fuera la medicina que necesitaba para calmar mi corazón agitado. En ese abrazo de manos, encontré consuelo y seguridad, sabiendo que estábamos juntos y que juntos podríamos superar cualquier adversidad.

En ese momento dejé de temblar.
(Continuará)

En la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora