Rápidamente regresamos al pueblo, y al acercarnos, nos dimos cuenta de que ya estaba amaneciendo. Al ver nuestra llegada, todos en el pueblo se alegraron mucho, ya que nos habían buscado durante toda la noche.
Ese día dormimos hasta bien entrada la mañana, con el cálido consuelo de saber que estábamos sanos y salvos. Una vez que almorzamos a algunos nos interrogaron pero nadie sabia que fue lo que pasó.
Aprovechando ese momento, decidí preguntarle a Veko qué le había sucedido.
Veko me contó que estaba explorando el pueblo con Magaby mientras el atardecer teñia el cielo de color rojizo oscuro. Decidieron que era hora de regresar, pero algo cerca de una casa en el borde del pueblo atrajo su atención, ella le pidió a Magaby que continuara sola, asegurandole que la alcanzaría pronto.
Luego de caminar un rato a medida que se acercaba a lo que antes había llamado su atencion, una oscura figura comenzó a tomar forma, y antes de que pudiera distinguir su monstruosa apariencia, un tentáculo se estiró amenazante, casi atrapándola.
El miedo la invadió y se alejó lo más que pudo con la intencion de buscar ayuda, pero para su mala suerte en ese momento "eso" estaba interrumpiendo su regreso agitando sus tentaculos, así que no le quedó mas opción que correr hacia el cerro. Ya estaba muy oscuro y las luces del pueblo se encendieron, Veko se encondió detras de una piedra observando con temor mientras la criatura permanecía en el límite entre la luz y la oscuridad, agitando sus tentáculos de manera amenazante. Intentó gritar pidiendo ayuda, pero estaba demasiado lejos y nadie la escuchó.
"Eso" permaneció inmóvil, observándola durante toda la noche, impidiéndole el regreso. Parecía que la luz del pueblo lo mantenía a raya.
Cuando el sol finalmente apareció en el horizonte, Veko se había quedado dormida de tanto cansancio por haber pasado la noche vigilando. Fue entonces, en la oscuridad de esa noche, cuando mi voz rompió el silencio, llamándola por su nombre. Ella se despertó sobresaltada, temblando de frío y con el estómago vacío ya que habia pasado todo el dia durmiendo. "Eso" la había utilizado para atraerme fuera de la zona segura, lo que llevó a Veko a exclamar: "¡Es una trampa!"
Cuando Veko terminó de contar su historia, las lágrimas brotaron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas. Sin dudarlo, la abracé con fuerza, envolviéndola en un cálido consuelo, al comienzo ella se quedó inmovil sorprendida por el gesto y dejo de llorar por un momento, sin embargo poco a poco dejó salir todo el miedo y angustia acumulado. Esa noche, nos acostamos lado a lado, con todas las luces encendidas.
A la mañana siguiente, el bus llegó puntual para llevarnos de regreso a la ciudad.
Nadie dijo nada, ya que no nos iban a creer.
Nos acomodamos juntos en la parte de atrás. Nadie dijo nada. Mientras estábamos recordando todo lo ocurrido y nuestras miradas estaban perdidas en el paisaje que pasaba ante nosotros , nuestras manos se encontraron, al comienzo Veko se sobresaltó y se puso roja, pero enseguida volvio a acercar su mano, entrelazando sus dedos con firmeza con los míos como si nunca los fuera a soltar.
Con el suave movimiento del autobús, nos dejamos llevar por la calidez de la cercanía, y pronto nos sumergimos en un plácido sueño. Entre el sonido del motor y el suave balanceo, el agarre de manos entre Veko y yo representaba todo el amor y la seguridad que habíamos encontrado juntos, un recordatorio de que, incluso EN LA OSCURIDAD, siempre estaríamos el uno para el otro.
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En la Oscuridad
ParanormalUn grupo de amigos, una competición deportiva y algo que cambiará completamente su forma de percibir la realidad