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17 años de edad

"Quemadura"


—Deja de hacer eso —Naya regañó a Taehyung que, sin quererlo, estaba salpicando pequeñas gotas de agua mientras ella freía al lado de él —, nos vamos a quemar y no quiero tener una cicatriz por una quemadura. Tampoco quiero tener que explicarles a nuestros padres que estamos los dos lisiados.

—Decir lisiados es un poco exagerado.

—No es mi punto.

—Bien, dame 5 segundos y ya termino —Naya sonrió al tono de berrinche del chico —. Además, no estoy salpicando tanto... estoy ayudando.

Naya pronunció un pequeño "mmh" con sarcasmo y rodó los ojos.

La chica ya llevaba más de medio bandeja con las frituras listas cuando Taehyung se desconcentró. Sólo bastó que dirigiera su vista a la ventana, dejando sus manos en automático, por unos segundos para que no se fijara que salpicó demasiada agua mientras lavaba los trastes sucios.

—¡Tae! —Gritó la chica mientras tomaba su mano con una mueca de dolor, Taehyung apagó el fuego y con rapidez puso la mano de la chica bajo el agua fría —¡Te dije que no hicieras eso!

—Me desconcentré...

—No puedes decir eso como excusa —Tae bajó la mirada con culpabilidad y Naya sintió más enojo cuando escuchó un "sólo ayudaba" de los labios del chico —¡No! ¡No estabas ayudando!

El chico frunció el ceño —¿Y qué crees que estaba haciendo todo este tiempo? No eres la única que hace labores.

—No lo sé, últimamente te comportas como si tuviéramos 5 de nuevo y no te preocupara ni un poco el madurar. 

Taehyung soltó la mano de Naya suavemente al oír esas palabras y se hizo para atrás con lentitud, dándose a ambos espacio. La chica bufó con molestia y analizó su mano: no tenía nada más que rojo y un poco de ardor. No era grave, pero el susto la hizo reaccionar así. Una capa de culpabilidad se posó sobre ella, en su mente sabía muy bien que no estuvo bien y que no tenía ni un gramo de verdad lo que dijo. Ni el susto ni la molestia justificaban el hablarle así, menos después de verlo preocupado y verdaderamente afligido. 

Taehyung se mantuvo detrás de ella apoyado en el mesón, los dichos de Naya le habían dolido, cada palabra se había colado en su ser de una manera que, si bien antes ya había sucedido, nunca le había dolido. Ella tenía consciencia de los trabajos que él hacía y del esfuerzo que hacía para no arruinar sus planes ni metas. Y, a pesar de todo eso, ¿así era así como ella lo veía? ¿Como un inmaduro que no hacía nada por su vida? ¿Esa era la real imagen que tenía de él?

El chico negó sintiendo un nudo en su garganta y buscó sus cosas para salir de ahí, al fin y al cabo había ido para ayudarla pero ni siquiera sabía si le hablaría. La chica sintió como Taehyung ordenaba sus cosas y vio de reojo como cerraba con fuerza su mochila haciendo que ésta quedara atascada. Naya se acercó lentamente, ofreciendo su ayuda al estirar sus manos, sin embargo, él se alejó rápidamente de ella.

—Déjame ayudarte.

—Creo que puedo solo.

—Tae... lo siento —Su voz era suave, cada sílaba dicha con lentitud a la vez que tomaba la mano de su amigo para que la mirara —, no debí decir todas esas cosas sin sentido, lo siento.

—Por algo las dijiste —Taehyung suspiró temblorosamente antes de desatascar el cierre con la mayor delicadeza posible bajo la atenta mirada de Naya —. ¿Ves? Te dije que no era tan inútil.

Stay [TH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora